Polvo de Estrellas
Foto: Peter Alexander

25 de Enero.- (Advierto que, lo que viene a continuación es un recorrido subjetivo (quizá no el único) a través de la galaxia de las estrellas austríacas. Faltarán muchos, así que, probablemente, este tema dará para más posts).

Cuando uno aterriza en un país extranjero, lo primero que hay que hacer (más que nada para tener conversación) es meterse a) en una tienda de discos y comprarse unos cuantos de artistas autóctonos y b) irse a un kiosco –en Viena son parecidos al top manta de Madrid- y comprarse un par de revistas que uno vea que tienen un poquito de enjundia, porque una cosa es tener conversación y otra pasar por una maruja de Leopoldau (el Parla de aquí, con todos mis respetos a Parla, que es una ciudad de España a la que quiero mucho).

Hecho lo cual, lo más probable es que uno se encuentre con alguno de estos personajes cuyos perfiles detallo a continuación:

-Fiona Swarovsky y su santo, el ministro de economía Grasser, que es el ministro de economía con los abdominales mas pétreos de la Unión Europea (como ya se encarga él de enseñar en todos los robaos y todos los posaos que puede). Asimismo, Grasser tiene pétreas otras cosas, como por ejemplo, la cara que le echa a la vida y que le lleva a venderse como el mejor detergente para lavar las manchas de la economía austríaca. Grasser ha sido ministro de Economía durante un tiempecito, período en el que se casó en el Wachau –una de las regiones más hermosas del mundo, doy fe- con Fiona, heredera de un imperio construido a base de cristalitos y cuentas de colores. O sea, talmente como las baratijas que los taimados holandeses les dieron a los indios a cambio de la isla de Manhattan (aquí hay que añadir que eran baratijas para los europeos, pero no para los indios que jamás habían visto algo así, y es que la escasez marca el valor de las cosas). Fiona y Grasser hicieron una boda de cuento de hadas y, de vez en cuando, saltan a las páginas de la prensa por su vida glamurosa que ha incluido intentos de secuestro de ella (dichos intentos han terminado con la pobre muchacha emparedada entre media docena de fornidos guardaespaldas).

-Peter Alexander: cuando los austríacos empezaron a despertarse de la pesadilla de la postguerra se encontraron con este señor de sonrisa permanente, tupé indespeinable y voz todoterreno que era la versión austríaca de los showman americanos que lo mismo te valen para un roto que para un descosido. Alexander encarnaba las virtudes del caballero estándar con esa soltura cool, a la par que doméstica, que en su día lució Joaquín Prat a dúo con Laurita Valenzuela –ese matrimonio morganático al que el sexo le era tan ajeno como a Doris Day-; Alexander formó pareja durante varias películas con Caterina Valente, una chica francesa que pronto levantó el vuelo hacia el jazz (vaya, al mismo tiempo que se dio cuenta de que la depilación a la cera para el labio superior existe y no es ningún pecado capital). Hoy, Alexander goza de una apacible ancianidad y, de vez en cuando, se reponen sus viejos programas (por ejemplo yo le he visto con ocasión de su ochenta geburstag). Era un presentador muy competente, un actor monoregistro y un cantante deliciosamente kitsch (las letras de sus canciones están a la altura de complejidad de Barrio Sésamo). Imprescindibles, a la par que provechosos para aprender alemán, resultan sus viejos hits “Mandolinen und Mondschein” (Mandolinas y luz de luna) y, naturlich, “Der Badebane tango" (el tango de la bañera). Si uno resiste la primera audición sin pegarle un tiro al reproductor de cds, la cosa está hecha.

-Armin Assinger: presentador del cincuenta por quince, quiere ser millonario, etc. Nada que ver con Sobera, ya lo advertimos desde el principio. Assinger fue campeón de eskí y, dicen las malas lenguas que, asesorado en todo momento por su santa esposa (que se las sabe todas) decidió utilizar la campechanía que Dios le dió presentando programas de televisión y sacándose unas perras haciendo anuncios. Una especie de Arguiñano, vaya. Es eficaz, y gesticula muy bien (mucho mejor que Sobera, queda dicho). Yo le seguía porque, a pesar de no tener ni idea del idioma, podía entender lo que decía.

-Tokyo Hotel: los TH son la versión austríaca de la Boy Band más típica (creo que son austríacos, pero también podrían ser alemanes, porque la noche me confunde). Su éxito, como en todas las formaciones de su estilo, radica en que son ambiguos y en que las canciones son fáciles de seguir. Tokio Hotel aportan al menú al uso que son un poquito más siniestros de lo usual en los países mediterráneos (esos rímeles, esos ojos pintados de negro, esa pinta de jockey anoréxico). Quizá de entre ellos salga un Robbie Williams (quién sabe, who knows).

(En fin, creo que continuará, se me han quedado en el tintero Zarah Leander –que no era austríaca, aunque hubiera merecido serlo-, Marika Rökk –el otro día estuve en el asilo en que murió-, el simpar Udo Jürdgens, la hermosa Daliah Lahvi, el drogata de Reinhard Feindrich –creo que se escribe así...- en fin, un montón; una auténtica galaxia).

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Ese Armin! Je,je,je. No sabía que también presentaba el 50x15 austríaco. La última vez que supe algo de él, estaba medio picado con una tal Ingrid por un problema de "quítate tú, pa ponerme yo" referente a las tertulias y discusiones políticas de la ORF. (Corrígeme si me equivoco; yo no dispongo de información 'in situ').

A los demás que nombras no los conozco. Los chicos estos de Tokyo me suenan de algo, pero ahora mismo no caigo. Los bucaré en el youtube, a ver qué tal suenan estos 'jockeys anoréxicos' xD xD

Espero la continuación de este Stardust, que seguro que hay más estrellas en el panorama alpino a las que puedes sacar punta. (¿Hay también personajillos a lo Esteban? Eso estaría genial). Aixxx... te has dejado a mi favorito de la ORF. Aunque ese no creo que sea Star.

Paco Bernal dijo...

Hola! Y quién es tu favorito de la ORF? Personajes a lo Belén Esteban no, creo que no. Tenemos a los Lugner, pero son una especie de familia Gil, de los Gil y Gil de toda la vida...De todas maneras, aquí el corazoneo no tiene nada que ver con el español. No existe el modelo famoso friki. Aunque hay unas revistas que son totales (Bunte, y por ahí) que sacan siempre a Letizia con un problema gordísimo (infidelidades de Felipe, cánceres, peleas con la reina...Sofía, por supuesto)en fin...cuéntame, cuéntame, que me muero de la curiosidad :-)

Anónimo dijo...

xD Sí, algo había oído de que en Alemania y Austria están obsesionados con la Leti. Deben andar escasos de panorama marujil.

Pues mi favorito es el rubito molón que trabaja en redacción del programa de un tal Roman ("Thema" creo). Seguro que lo conoces; es más: en tu experiencia con la plancha y cierta entrevista en la tele que te hizo asustarte de la posibilidad de ponerte 'orondo' estaba el mozuelo en cuestión.

¿Ya lo sabes? ¡¡Shhhttt!! No digas su nombre, ese THEMA, si acaso, por el correo privado. (Ya ves, una también tiene su lado mitómano).