Las mujeres y los niños primero
Foto: Metro de Viena en Thaliastrasse

9 de Febrero.- Renuncio a comentar el espectáculo a cuenta de la pobre Ortiz, que ha vuelto a sacar lo peor que el ser humano lleva dentro. En particular el ser humano Penafiel (decíamos ayer) que ha publicado un artículo en El Mundo que te hace preguntarte si su odio a los Reyes y a lo que representan no será de orígen patológico. Aparte de poner a la muerta a escurrir (la mujer, que no pudo defenderse de nada) viene a decir poco menos que se ha sucidado por culpa de su hermana. En fin, que hay seres que, cuanto más los conoces, más quieres a tu perro.
Ayer estuve en otra entrevista (por llamarla de alguna manera) con un señor que quería que me hiciera vendedor de seguros (otro). Simultanea su labor de protección de la humanidad con una academia de idiomas situada, según confesión propia, en lo que fue un consultorio veterinario. Durante una hora y diez me tuvo contándome que el sistema público de pensiones era algo abocado al más absoluto de los fracasos y que, para evitar sus consecuencias, había que convencer al personal de que se hiciera un maravilloso seguro de vida que equivalía a ahorrar cien euros todos los meses pero pagando sólo treinta. El precio de unos cubatillas, vaya. Yo, no hubiera tenido nada en contra de la perorata si no hubiera sido tan tarde (me había levantado a las seis y no podía con mi vida), si no hubiera sido en alemán (ese idioma que me tengo que concentrar para entender) y si no hubiera tenido la ligera sospecha de que aquello era un timo de aúpa disfrazado de “Las mujeres y los niños primero que el Titanic de las pensiones se hunde”. Asimismo, debo indicar que mi entrevistador olía a sudor rancio y que no cesaba de llamarme Lieber Bernal (o sea, querido Bernal). Lo intentó todo, desde prometerme sustanciosos ingresos mediante un sistema piramidal diseñado para atrapar incautos, hasta intentar venderme la posibilidad de irme de vacaciones a las Canarias (cerca de su casa, como dijo él) acompañado de más chatis que James Bond en Octopussy. A la hora y diez, el incansable vendedor, al ver que mi interés decaía un tanto, me preguntó que qué me parecía. Sentí mucho derribar el castillo de arena de su entusiasmo diciéndole:
-Verá, me parece todo muy interesante –la cortesía, primero que nada- pero es que yo busco un trabajo, ¿Sabe?
El, inasequible al desaliento, se levantó, me dejó coger mi abrigo, guardar su tarjeta y después me enseñó lo que él pensó que inclinaría mi opinión hacia su lado del campo: un poster megagigante con todos los incentivos que un buen vendedor de seguros se lleva por hacer su trabajo fenomenal (y, de paso, forrar a quien le ha metido en la organización): que si un reljo, que si una pluma, que si un clip de oro y brillantes –que ya ves tú, para qué querré yo un clip de oro y brillantes- en fin, la ostia en verso y un peine de nácar.
La verdad es que fue un alivio salir a la calle y reconquistar el silencio después del chaparrón. Me quité la corbata (que amenazaba con hacerme rozaduras en el cuello) y anduve tranquilamente hacia la estación de metro más próxima, que resultó ser Nussdorferstrasse. Allí, mientras subía las escaleras (es una estación de la U6, que es toda del siglo XIX, de Otto Wagner) pasó a mi lado una señora turca hablando sola. O eso creía yo. La señora (que aún no había descubierto la depilación de labio superior) iba poniendo a escurrir a un señor turco que iba tras ella deshaciéndose en disculpas, empequeñecido por los avances tormentosos de su santa.
En Längenfeldgasse, una desequilibrada mental (la de la bolsita de plástico en la mano, no, otra) se paró delante de mí y me hizo una proposición deshonesta (no es que yo desconfíe de mis prendas, es que le hacía proposiciones deshonestas también a las papeleras).
Al llegar a casa tenía una carta de mi amigo Leandro, de Coslada, que me mandaba amablemente una revista con sus cuentos. Más majo, que las pesetas.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hello! No he leído el artículo del Peña aunque algo he oído comentar en los corrillos rosas de las mañanas televisivas. No me cae mal este hombre. Sí que es cierto que a veces su imparcialidad se ve notablemente reducida por su poco aprecio a la institución que, según dicen, representa a la ciudadanía española; pero bueno: para algo estamos en un país democrático en el que, expresar las propias opiniones, es un derecho reconocido constitucionalmente. Bueno, nada qué decir: simplemente les deseo lo mejor. Por otra parte, espero que tengas suerte con tus próximas entrevista de trabajo. Una servidora también está en plena "Misión Trabajón con sueldo del copón". Jejeje. Algún día podrías dedicar un post a toda esa fauna rrrara-rrrara-rrrara que te vas encontrando por estos mundo de Gott. Madre mía, entre la de la bolsa de plástico, la del bitoge y la de las proposiciones guarras habría para hacer una sit-com. Lieber Bernal, que tenga usted un día espléndido. (Porcier: a tu amigo del esmóquing lo había confundido con un modelo. Creía que las fotos las habías sacado de algún folleto promocional). Jaté. Goodbye!

Paco Bernal dijo...

Hola corazón!
Mucha suerte con el tema interviús;yo te animo también a que postees la fauna que te encuentres. En cuanto al hombre del smoking, recojo el piropo doblemente: por él, que se pondrá muy contento, y por mí, el fotógrafo, que retrato a las personas humanas con tanto glamour. Porcier: mañana sábado emplearé la mañana en comprarme otro photoaparat, porque el que tengo -una Canon digital más gonita que todas las cosas- se me escachifolló la semana pasada, el día antes del concierto de los ska-p y no pude documentar este evento cultural en la tercera fase. La fotografía es mi segundo amor.
Porcier (otro): creo que no te contesté el otro día: aquí todo el mundo que tenga menos de cincuenta años habla inglés perfectamente -hasta las personas más insospechadas-;para muestra, una anécdota: unos amigos de mi amigo C. que vinieron a visitarle, se sorprendieron mogollón de que un mendigo que había en la calle les indicara en un inglés perfecto el camino del hotel. Pensaban que habían aterrizado en el país de las maravillas. También hay bastante gente que habla italiano y francés, y una minoría, hasta español (muchas veces con un acento que ya quisieramos otros para el alemán). Y si no, pues el lenguaje de las señas que es internacional.
Si mi curiosidad no es mucha, ¿De qué buscas trabajo?

Anónimo dijo...

Hola! Pues bueno... de cualquier cosa, la verdad. No está el panorama como para andar siendo señoritingos. Pero vamos... que si puede ser en relación a lo que estudio pues mejor que mejor. (Die BWL: Betriebswirtschaftslehre) <-- Toma profesionalidad la mía, ¿eh? :P Ya hace bastante tiempo que me muevo por el mundillo laboral en trabajos duros y mal remunerados, como todos (se hace lo que se puede, ¿no?). La verdad es que die BWL no son mi gran pasión, pero todo se andará. Porcier: mucha suerte en tu compra de camarita. La puedes estrenar volviendo a retratar al modelazo glamuroso, jejeje. Eso sí: ándate con el radar puesto, a ver si mañana te encontrarás a otro miembro de la fauna freak. Bye!

Paco Bernal dijo...

Hola! Hombre, una colega (aunque, para saberlo, he tenido que mirarlo en el diccionario). Yo estudié ciencias empresariales, pero lo hice porque todo el mundo me decía que "tenía muchas salidas" (las tiene, pero no las que a mí más me interesaban). A mí me hubiera encantado estudiar filología hispánica, o historia del arte, o algo así, pero supongo que el realismo me pudo.
Muchos ánimos y, si se puede hacer algo por ayudarte...No lo dudes. Y si sabes de alguien que busque a un español para trabajar en Austria...Pues ya sabes también jejeje. Tamañana :-)