Que no quiero, leñe
28 de Marzo.- No voy a hablar del café. Porque, la verdad, me parece un insulto a la inteligencia de quien tenga la paciencia de leerme.
Cada periodista que esta mañana ha cogido el boli para hacer la O con un canuto, ha hablado de los céntimos que al presidente del gobierno le cuesta tomarse un cafelillo todas las mañanas en el bar del Congreso (alguno, suponemos, que se tomará también por las tardes, para sacudirse el sueño que a buen seguro le produce la oposición coñazo que le ha tocado en suerte). No: hablemos de otras cosas.
Por ejemplo, del gráfico que precede a estas líneas. Está extraido del periódico El Mundo, el cual, en uno de los apartadillos de su edición onláin, le pregunta al sufrido paisanaje lo que le pareció la actuación del presidente del gobierno. El pueblo soberano, a golpe de click, dibuja un panorama de lo que son las dos Españas, y las maneras que nos gastamos los celtíberos, tan dado a los extremos.
Así, al 33 por ciento de los participantes, les parece que Zapatero le gana en méritos a José Tomás, y que debería ser sacado por la puerta grande de cualquier coso político. Mientras que al 35 por ciento les sucede lo contrario y ven al señor Rodríguez (así le llaman los de la cuerda de Losantos con la intención de denigrarle) como un trasunto de Antoñete cuando tenía una tarde mala.
Yo no tuve la suerte de ver el programa en cuestión (obviamente, la ORF no lo transmitió) y me he tenido que calmar el gusanillo de la curiosidad con los refritos que las diferentes cabeceras han colgado de la red. A la vista de estos refritos quisiera decir que
a) la idea me parece fenomenal, y que quiero ya, pero ya, ver a Mariano Rajoy fuera de su vocabulario habitual (¿Qué hará él pudiendo usar sólo a tiempo parcial las palabras “rendición”,”Juana”,”desafío”,”batasuna” y el etcétera demasiado largo que últimamente forma el grueso de su vocabulario?)
b) Qué lejos esta entrevista y este formato de las que concedían –se utilizaba aún este verbo principesco- hasta ahora los políticos, incluido (sobre todo) el anterior presidente del gobierno. Recuerdo la última con la que nos castigó. Entre cornucopias y otros artefactos del siglo XIX almacenados en el Palacio de la Moncloa, el entonces jefe de gabinete desgranó su política contradictoria de mesa camilla y alianzas otánicas, de chalet adosado y maneras chulescas de policía internacional.
Estas entrevistas tenían un referente semiótico claro: los mensajes anuales que el Rey Don Juan Carlos dirige a la nación con motivo de las fiestas navideñas. También el presidente se expresaba en frases pronunciadas lentamente para que le entendieran hasta los ancianos más derrotados por el Alzheimer, dejando oceánicas pausas entre las palabras y moviendo las manos sólo lo imprescindible para subrayar tal o cual concepto importante. Eran entrevistas (estas de antes) hechas para que el entrevistado se explayara y para condenar la biodramina al sueño de los justos. Nadie podrá marearse jamás por la realización sincopada de los mensajes navideños del rey.
c)Hablando ya de la pura circunstancia visual: qué astuto el decorador, qué original, al remedar un hemiciclo como el de la carrera de San Jerónimo. Qué sesudos, qué conspicuos aparecían todos los ciudadanos sentados en sus bancos tapizados de azul.

2 comentarios:
Paco, Paquiño. Ya sabes que soy proclive a dejar largos comentarios en tus posts expresando mi opinión acerca de lo que en ellos cuentas. Sin embargo hoy me mantendré en el terreno neutral del silencio/ausencia de palabras, ya que los comentarios de índole política suelen suscitar malos rollos, ya que siempre sientan mal a uno u otro. Así que, por una vez y sin que sirva de precedentes, no me voy a mojar. Aunque, de todas formas, ya sabes de qué pie cojeo y de sobra conoces mis preferencias. ¡Ah! Si tu vecino viniera, por casualidades [y bondades] de la vida a pedirte un poquito de sal, dile que no tiene que preocuparse por nada y que no me sea tan celosón. En mi Top 10, él sigue siendo el namber güan. Pero que no se confíe, que hay otros zapatos que le pisan los talones de los suyos. Lots of love.
PS: Paco, por Dior. ¿Estaré volviéndome majara? U_U
La nausea española es tediosa, por repetitiva. La preguntita del café tiene tela ¿cuantos cafés pagará un presidente del gobierno durante su mandato?¿Cuantos informes económicos que recibe le informarán sobre esa piedra angular de la economia de "este pais" que es el precio de una taza de café? Nos quedamos siempre en la anecdota. Seguro que Pepe Blanco sabe el precio exacto en cada tasca, bar, cafeteria, restaurante y maquina de cafe de "este pais". En fin, ironias aparte, un poco de vida viení, por favor.
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