Un escarabajo aparcado en algún lugar de Alemania. Foto flickr, usuario nico78

No, si cuando ellos se ponen...


22 de Marzo.- A lo largo de la historia, los austríacos se han distinguido, aunque un poco menos que los chinos, es cierto, por una enorme industriosidad, que les ha llevado a parir varios inventos y a perseguir varios descubrimientos sin cuya existencia este mundo que habitamos no hubiera sido el mismo.

En el capítulo de Erfindungen (o sea, inventos) cabría citar:

-Los Mozart Kugeln (o bolas de Mozart, o cojones de Mozart, que así los llaman los castellanoparlantes que no han ido a colegios de pago). Estos bombones tan característicos (y un tanto empachosos) se inventaron en la dorada Salzburgo en el siglo XIX y están compuestos de chocolate Nougat, Mazapán de pistacho y chocolate con leche en capas concéntricas. Los Mozart Kugeln son el souvenir por excelencia para llevar a España cuando uno viene de visita. Una recomendación muy práctica a este respecto es no dejarse engañar como un chino (o como un japonés, más certeramente) y comprar los MK en cualquier supermercado y no en las tiendas para turistas (particularmente alrededor de la Opera y el Albertina) en donde te sa-jan por una cajita de huevecillos de Mozart. De todas maneras ya digo: aunque un poco empachosos, están muy ricos.

-La máquina de coser: ese invento un tanto en desuso, pero que tantas horas de solaz dio a nuestras abuelas. Fue inventado por el señor Joseph Madersperger en 1818. Como anécdota, decir que, después de la guerra civil, la iglesia pretendió restringir (si no prohibir) el uso de la máquina de coser en las fábricas porque decían que el constante movimiento de las piernas de las mujeres a la hora de accionar el pedal que movía la aguja, podía inducirlas a cometer actos impuros y lúbricos (en fin).

-La máquina de escribir, que fue inventada por el señor Peter Mitterhoffer en 1864. Según la Wikipedia (ese pozo de saber), la invención de Mitterhoffer, a pesar de ser patentada, nunca fue comercializada. Aún así, haciendo gala de una muy austríaca cabezonería, el señor Mitterhoffer continuó incansable produciendo modelos de máquina de escribir cada vez más mejorados hasta culminar con el modelo de 1868 que se considera el más perfecto de su producción.

-El algoritmo que ha permitido la comunicación por teléfonos móviles. Esta sí que es una historia curiosa: este algoritmo fue inventado por Hedy Lamarr. Probablemente, a mis lectores más jóvenes (y aún a los mayores), este nombre no les dirá mucho. Pero Hedy Lamarr (también conocida como Lamarrvellous) fue una actriz austríaca muy famosa en su época que, cuando fue a Hollywood, se especializó en papeles de odalisca de harén al lado de los simpares Abbot y Costello. Era una mujer tremendamente lista, además, y durante la segunda guerra mundial quiso ayudar al esfuerzo bélico inventando un sistema de codificación cuya patente cedió al ejército y que es la base del algoritmo que, actualmente, utilizan los teléfonos móviles. De hecho, cuando Hedy inventó el mencionado algoritmo, ningún científico de la época pudo ponerlo en marcha por demasiado avanzado y la patente durmió el sueño de los justos hasta los años sesenta, en que empezaron a desarrollarse los teléfonos móviles. Durante muchos años, Hedy Lamarr fue conocida por ser la primera mujer que se había desnudado totalmente en una película. Fue en un film checo que se llamó Extasis. Cuando Hedy se casó, su marido (muy rico y con mucha paciencia) se encargó de secuestrar y destruir todas las copias de Extasis (afortunadamente no lo consiguió) lo cual hizo que corriesen todo tipo de leyendas a propósito de lo que Hedy hacía o dejaba de hacer durante el metraje de la película. Hasta el punto que Lamarr, con un sentido del humor que la honra, tituló sus memorias “Extasis y yo”

-La hélice de los barcos, que fue inventada por un austríaco, el señor Kepler (no confundir con el famoso astrónomo)

Dejo para el final el invento sin el cual los días de año nuevo no serían los días de año nuevo: el esquí alpino. Si bien la idea de deslizarse sobre la nieve con dos tablas en los pies sólo puede atribuirse a los noruegos, es austríaca la invención del esquí alpino: ese deporte coñazo que sólo es apto para la resaca de después de la nochevieja. Fue inventado por un señor llamado Starsky que descubrió el gusanillo de tirarse ladera abajo esquivando obstáculos.

Lo que antecede son sólo algunos de los inventos que Austria ha dado al mundo. Pero, asimismo, este es un país que ha dado grandes científicos, como Doppler –descubridor del efecto que lleva su nombre, o el mismísimo Sigmund Freud, padre del psicoanálisis. Por no hablar del bueno de Ferdinand Porsche, inventor del simpático Volkswagen escarabajo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya... sí que inventaron cosas estos austriacos, sí. Dicen que la mayoría de grandes inventos se descubrieron por casualidad. ¿Sería también el caso de toda esta gente? En fin, que nunca está de más saber algo más culturilla ajena. Clase magistral impartida por Paco. =P

Anónimo dijo...

¡gracias, hedy lamarr! ¿qué sería de mi vida sin el teléfono móvil? menos mal que eras una mujer lista y austriaca ;)