Paul Newman y su mujer Joanne Woodward (bueno, y su perro, claro)

Mi madre y Paul Newman son primos

Porque son ya tres años desde entonces,/ porque no hay en la tierra, todavía, /nada que sea tan dulce como una habitación/ para dos, si es tuya y mía

8 de Enero.- Ayer, minutos antes de caer en coma, pude ver una imágen extraña. En la ORF estaban poniendo –echando, para entendernos- un reportaje a propósito de España.
¿De España? Sí: de ese país justo debajo de los Pirineos.
¿Y de qué trataba? Pues dizque trataba de los grupos fascistas españoles, y los conectaban con la supervivencia de peligrosos criminales nazis que escaparon de Alemania tras la caida del régimen de Hitler, siendo acogidos por el siempre amoroso abuelo Paco (que no fue el único en acoger indeseables, por cierto: los Estados Unidos y Argentina se mostraron singularmente activos en esto).
Sigo: la imagen extraña era la de uno de estos viejos canallas haciendo gimnasia en calzoncillos en su dorado refugio marbellí. Como un galápago anciano, hacía catas delante de un espejo, como para demostrar que estaba preparado por si las tornas volvían a cambiar.
En principio la imagen era un poco patética, lo de aquel tío en calzoncillos explicando que Hitler había sido una de las personalidades más significativas del siglo XX (y cómo) pero también daba miedo pensar que hay colgados así que, por un quítame allá esa esvástica, serían capaces aún de cometer las mayores atrocidades.
Esto hizo que me fuera a la cama un poco desasosegado.
Mientras me llegaba el sueño, sin embargo, se produjo en mi mente una ecuación: nazi igual a ojos azules y recordé que, por la mañana había leido en el periódico que un científico que responde al nombre de Eiberg había descubierto que todas las personas de ojos azules provienen de un sólo individuo. Un ancestro que vivió hace entre cuatromil y diezmil años. Este hombre sufrió una mutación tan exitosa que ya se ha copiado trescientos millones de veces. Me vino a la cabeza que Greta Garbo, Hans Christian Strache, Paul Newman y mi madre (que también tiene los ojos azules) están emparentados. Me hizo ilu ser familia de Paul Newman. Aunque nuestro abuelo común viviera en la época en que se empezó a pergeñar el relato del diluvio y los hombres descubrieron la agricultura.
Fue dormirme y soñar con la cara de la madre de aquel tatarabuelo mío cuando le enseñaron a su hijo y descubrió que era el único ser del mundo que tenía los ojos claros.
¿Qué pensaría la madre de aquel bello monstruo?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

si yo tuviera un poco menos de nariz me parecería a la de la foto, verdad cielo claro cuando era joven?porque ahora no jajajajajaja un besin

Luisru dijo...

El post es genial, pero es que la foto me ha dejado epatado. Estos dos son (eran, sigh) tan asquerosamente bellos...