Abre los ojos (bueno, mejor no)

30 de Mayo.- La mayoría de las veces es mejor conformarse con un buen recuerdo que intentar revalidarlo. Esto me pasó a mí ayer con Abre los Ojos, de Alejandro Amenábar.
La ponían en ARTE (Esa cadena que nos alivia del aburrimiento de existir) y como la echaban en versión original (¡Milagro!) me dispuse a verla mientras me dedicaba a la operación Plancha Duradera (que es, indefectiblemente, lo que viene detrás de la Operación Lavadora Infinita).
Después de hacer Tesis, Amenábar, ese chico tan raro, pasó, de ser un mediocre estudiante de Ciencias de la Información, rama imagen, a ser llamado “el niño prodigio del cine español”. Y, como dice el refrán que cría fama y echate en brazos de Morfeo, pues hasta hoy.
Amenábar será como Ramoncín: un saludable sesentón que acuda a los debates de la tele a hablar de los problemas de los jóvenes españoles. Pero, a lo que yo iba, que me pierdo. Tesis fue un bombazo (merecidamente) y Amenábar se enfrentó al reto de hacer su segunda película con un presupuesto enorme para el cine español y para la época. E hizo Abre los Ojos.
Contrató a Eduardo Noriega –que había bordado el malo de Tesis-, contrató a Najwa Nimri –musa del cine raro español y una criatura, en mi opinión, abofeteable sin ninguna provocación previa-, contrató a Penélope Cruz –antes de que Penélope Cruz se convirtiera en Pe, ni conociera a To, ni nada de nada-; y Fele Martínez –ese Algarrobo del sigloXXI- encarnó al amigo inseparable del protagonista declamando sus diálogos como si estuviera leyendo las instrucciones de una lata de tomate frito Estarlux.
Se arropó con lo mejorcito del cine patrio en materia técnica –aunque no pudo evitar la iluminación de quirófano característica de todas las cintas celtíberas-. Y, pertrechado de este aparatoso equipaje, se lanzó a rodar lo que, visto hoy, se ve claramente que es la obra de un aficionado con un cierto talento y una sobredosis de libros de los cinco, de Enyd Bliton.
Si hay algo que se le tiene que reconocer a Amenábar es la ambición. Es una persona que no sóo intenta hacer una peli más grande que la anterior sino que, además, piensa que el modelo a a seguir es el cine americano, con sus prespuestos grandes y sus mamporros, porque es lo que la gente paga por ver (lo otro, si hay suerte, se lo descarga del e-mule). Las sutilezas, los localismos y la sagrada forma de Michelangelo Antonioni están muy bien para los críticos, pero no vende DVDs.
Sin embargo, en Abre los Ojos, el tema no acaba de cuajar. Y aunque, después, la película dio para un remake americano (Vanilla Sky, que no he visto, ni me quedan ganas) se nota que a Amenábar le cuesta hilar las escenas y hay como un algo de torpe, de marcha a trompicones durante todo el discurrir de la película.
Quizá porque todo el peso del filme descansa sobre los hombros de un actor más bien mediocre (Eduardo Noriega) ex-compañero de estudios de Amenábar y que hoy hace sus cositas por Francia. En Abre los ojos no dice una sola frase a derechas –también porque es una película que parece escrita por un traductor, igual que toda la producción literaria de Ray Loriga, ese señor que no sabe reirse- y la única persona que está medio decente, a pesar de tener un papelillo tirando a cursi, es mi paisana, Pene López –como dice mi abuela, la mujer, que no ha escuchado mucho a Serrat-; que, aunque aún lucía una generosa mata de pelo de la dehesa, la verdad es que ya apuntaba maneras –yo sigo diciendo que PC es ya, por derecho propio, una estrella mundial, y que no le hace falta ni saber actuar-.
Y Najwa Nimri...Ays, qué grima da esa mujer. Qué infulas que arrastra. No puedo con ella.
En fin: que mientras planchaba me acordaba yo de aquel lejano año 1997 en que vi la peli (11 años ya, que son una eternidad eterna) y, suspirando, decía con Rubén: “Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos”.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Que va, que va. Estamos igualitos. Solo un poquito mas reflexivos.A mi tampoco me gustó Abre los Ojos.

Paco Bernal dijo...

Hombre, yo creo que igualitos no. Estamos muchísimo más buenos jajajaja. A mí, Abre los Ojos no me gustó en su día, pero anteayer me gustó muchísimo menos.
Un abracete.

Pilar dijo...

jajajaja...lo que me he reido leyendo esta entrada...
Saludos