Guapetona, ven aquí que te voy a dictar una cartita (un corte de El coloso en llamas)

Qué sufrimiento más grande, chiquilla

25 de Noviembre.- A mí los DVDs me salen siempre baratos porque los amortizo. No me importa el número de veces que vea la peli que, como sea buena, me sigue emocionando igual.
Ayer, en Müller, me compré “El coloso en llamas” (The Towering Inferno, 1974) que es una peli que he buscado mucho porque guardaba un gran recuerdo de ella. Ejemplifica, a mi modo de ver, un buen mal cine que juega miserablemente con los sentimientos del espectador, sin renunciar a los trucos más ratoneros y encantadores.
Me encocora El Coloso, con su torre mastodóntica (existe de verdad, está en San Francisco), con los ordenadores que dirigen dicha torre que, con sus lucecitas y sus tarjetas perforadas, tienen pinta de tener menos memoria que un mp3 de Todo a Cien. Sus espléndidos interiores (falsos, todo decorados) enmoquetados en color café con leche, butano y verde musgo. Esos personajes caracterizados a brochazos para que nadie se llame a engaño: el ricacho avaricioso, el joven trepa que ha escatimado en la seguridad para engordar los balances de la empresa de su suegro (Richard Chamberlain años antes de andar enredándose la sotana entre espinos), la secretaria un poco putorcio que muere porque tiene un lío con su jefe (que es Robert Wagner, antes de Hart y Hart). El inmenso Paul Newman, como un arquitecto rebotao porque le han tocado la memoria de materiales. Faye Dunaway, como su novia (luce dos modelos: el primero, un picardías rojo indescriptible y el segundo un traje de noche de color chocolate, escote en V y espalda descubierta, clásico, que resalta a la perfección esa belleza suya, tan fina, tan seventies) y, por último, Fred Astaire, que termina el pobre viudo de Jenifer Jones sin haberse casado con ella, y con el peluqín chorreandito.
Ayer, aunque he visto la peli cien veces, y me sé de memoria quién sobrevive al pavoroso incendio y quién muere hecho una tea, me seguí tapando los ojos cuando el helicóptero de rescate estalla en la azotea del edificio, y me siguieron sudando las manos cuando esas pobres mujeres (con dos niños repelentes) se quedan colgadas en el vacío de un cable de acero que tiende desde un helicóptero el valiente de Steve Macqueen (sólo muere Jennifer Jones, la pobre, por buena). Y seguí tarareando la canción de la peli –que estuvo nominada al Oscar, si no lo ganó- mientras los millonarios la bailaban con delicado glamour en un sitio que se llamaba el Salón Promenade –o sea, una hora antes de que el fastuoso Salón Promenade quedara hecho unos zorros-.
“El Coloso en llamas” es una peli de navidad, con estrellas vestidas con esmoking de solapas king size. Sin embargo es mejor no verla de madrugada sobre todo si, como yo, se es asustadizo como un gazapo: la descarga de adrenalina te deja el pulso a cien y los ojos como platos.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo me quedo con el remojón final, con todos atados a las mesas y las columnas para no salir por las ventanas arrastrados por el agua, como si de un gigantesco tubo sifónico se tratara.
Ah... el cine de catástrofes... ¡Cuánto purifica ver pasarlas putas a los demás...!
Pues si te gusta el género, no dejes de revisar "Terremoto", con Charlton Heston, George Kennedy y una crespuscular Ava Gardner. Mola cuando revienta la presa del embalse.
Posdata: Otro día hablamos de las películas con ovejas asesinas (perdón, quería decir avejas).

Arantza dijo...

Jo, hay que ver lo que los sinuosos caminos del inconsciente nos hacen asociar con la temporada de Navidad. A mí el "Coloso" también me parece una excelente-mala película, (sin mencionar que Paul Newman está espléndidamente guapo en ella, pero no tanto como en "Éxodo"), pero nunca la hubiera calificado de navideña :-). Dentro de una semanita publicaré mi lista de pelis para estas fechas,y me siento horriblemente cliché comparando con la tuya :-)

Paco Bernal dijo...

Hola a los dos:
Gracias por vuestros comentarios.
A Leandro: el remojón final mola mogollón. Y tienes razón ver a los demás pasarlo mal tiene un cierto encanto !Y Terremoto! Ava y Charlton debajo del cuatro por cuatro para que no les maten los cascotes. Por cierto, hay una peli de 1931 con Clark Gable, Spencer Tracy y Jeanette McDonald (San Francisco) que tiene el mejor terremoto de la historia del cine. No creo que hoy, con ordenadores, hubieran podido hacerlo mejor. Helo:
http://www.youtube.com/watch?v=VAoNDihnfbc

A Arantza: es una peli de navidad porque en España, como es larga, la ponen siempre para las fiestas jajaja. Pero no es lo mismo peli de navidad, que peli navideña.
Saludetes,
P.

Jabolka dijo...

jajjaja, que buena la entrada. Me han entrado ganas de verla, recordando esos momentos puntuales que tu has indicado para mayor disfrute de la película... En navidades,igual!

JOAKO dijo...

¡Grandiosa!
Yo estuve a punto de ir a verla al cine con mi padre, pero creo que al final creyeron que era demasiado pequeño, pero en aquel entonces era el no va más, de efectos especiales y de reunión de actores, aunque yo no lo sabia, aún no conocia a nadie, a mio lo que me llamaba poderosisimamente la atención era la historia, el cine de catastrofes estaba en ebullición y cada semana habia un no va más en la cartelera, y eso excitaba nuestras mentes infantiles con un Ranking de catastrofes mil veces dicutido. Puro americano.