Meryl Streep caracterizada como Julia Child


Meryl la grande, la singermornings y las formas menos evidentes del machismo


27 de Octubre.- Supongo que una de las causas de haber arrastrado toda mi vida una fama (absolutamente merecida) de raro es que, desde que era niño, ciertas convenciones me han tocado mucho los pelenguendengues. Contra la que me rebelé con más constancia era la estupidez que mis condiscípulos cometían al no jugar a determinadas cosas, en mi opinión divertidísimas, porque eran “de niñas”.

El hecho de que hubiera maneras de entretenerse “de niños” y “de niñas” me parece una de las características del machismo que más nos han perjudicado a los chicos. Mis compañeros de clase se hubieran dejado despellejar antes de que les vieran jugar a la goma; pero a mí, queridos lectores (y, sobre todo, queridas lectoras) me chiflaba. Las canciones de los juegos de niñas también me gustaban un rato largo, y aquellos que consistían en dar palmas sincronizadamente cantando que en la calle veinticuatro una vieja había matado a un gato con la punta del zapato, hacían mis delicias.

Este largo preámbulo para decir que, por favor, no se me tome a mal que diga que la película Julie&Julia, que estuve viendo el domingo, es cine para chicas. Se trata de un cine regocijante que, como el juego de la goma, tiene sus virtudes y sus problemas (sobre todo, para los que no somos chicas y no entendemos por qué determinado tipo de personajes femeninos es mostrado insistentemente, especialmente por las directoras, como si fueran meapilas sin posibilidad de redención).

Cuento el argumento: Julie&Julia trata de dos mujeres cuya historia se narra simultáneamente. Julia Child es una americana consciente de no poseer especiales virtudes que, en el París de los últimos años cincuenta, decide escribir un libro de cocina francesa para amas de casa (gringas). Julie (la singermornings) es una chica actual que rescata el libro de cocina de Child y escribe un blog sobre sus recetas. La señora americana en París está interpretada por Meryl Streep en su primer papel de mujer madura. Y yo, señoras y señores, le daría ipsofactamente el Oscar. Está inmensa. Es una actriz en pleno uso de sus facultades que domina todas las escenas, que está payasa, tierna, simpática y muy humana a pesar (o precisamente por) lo desmelenado de la caracterización.

En la época actual le da la réplica una actriz absolutamente olvidable (particularmente, porque junto a la Streep, no veas lo que canta); pero, lo que es más irritante, con unas pretensiones de convertirse en el estereotipo de lo-que-debe-ser-una-mujer del siglo XXI alrededor de los treinta que, la verdad, le hacen a uno preguntarse a dónde narices va esta civilización. La chica de la película cifra todas sus aspiraciones en recibir un collar de perlas (de pel-las) de su novio y es capaz de ponerse a llorar como la singermornings que es porque se le cae al suelo un pollo relleno.

Cuando ella aparece, la película, que con Meryl Streep alcanza cotas de cine de primera, se transforma súbitamente en un capítulo sacarinado de cualquier serie sobre brujas adolescentes.


Tras este desahogo tengo que decir que Julie&Julia se disfruta mucho y que uno se ríe (particularmente con Meryl Streep) lo que no está en los escritos. La secuencia en que Julia Child aprende a cortar cebolla es uno de los momentos cocina más divertidos de los últimos años (casi tanto como cuando Penélope le llama niñata a Scarlett Johanson en la cosa esta de Woody Allen que me resisto a llamar película).

Técnicamente, Julie&Julia  también está resuelta con mucha eficacia. Sólo un ejemplo:

Pido a mis lectores que la vean (o que la revisen) que se den cuenta de lo bien que está hecho todo para que parezca que Meryl Streep (que mide 1,67 según cifras oficiales) tiene la estatura de una jugadora de baloncesto. Todos los trucos que existen desde que el cine es cine le ayudan a conseguirlo: desde encontrar a actores que sean más bajos que ella (y que no sufran de acondroplasia) a decorados en perspectiva, pasando por calzarle unos taconazos de aúpa (en aquellos planos largos en donde es inevitable que se le vean los pies).

También el París de mediados del siglo pasado está muy conseguido (vale, venga, va: un poco Ohlalá a ratos) y, mientras que el novio de la blandorra es un mindundi, atención al señor que hace de marido de Meryl Streep. Se llama Stanley Tucci –ya salía en lo del diablo y Prada- porque, seguro, dará que hablar.

5 comentarios:

amelche dijo...

Yo también fui una víctima de ese tipo de educación que te clasifica por sexos pero por lo contrario que tú: era chica y ODIABA jugar a la goma (quizá porque siempre he sido muy patosa) y mucho más jugar con muñecas. Todas las muñecas que me regalaban mis tíos (mis padres y abuelos se rindieron pronto) acababan arriba del armario sin estrenar, desde el primer día que me las regalaban. Es que no les hacía ni caso.

Sin embargo, me chiflaba jugar con espadas, pistolas y esas cosas que, se suponía, eran para chicos. Por no hablar de lo que disfrutaba subiéndome a los árboles...

Anónimo dijo...

Pues no es por desanimar pero sigue pasando. En el cole de mi hija (4 años) ya juegan niños con niños y niñas con niñas...y es ella (y sabe Dios de dónde lo ha sacado) la que dice eso de "es que es cosa de niñas" asi tosa sabiencilla y algo chulesca....

En cuanto a la peli...iré a verla, ya me parecía apetecible pero ahora me ha picado mucho más la curisidad,gracias!!

Un beso

Maite

JOAKO dijo...

Mai mai mai, maise foyuti tu eres ancla...

Paco Bernal dijo...

Hola a todos y gracias por vuestros comentarios.

A Amelche: a mí subirme a sitios siempre me ha dado miedo jajaja. Yo creo que lo que más me gustaba de los juegos de niñas es que en todos la palabra tenía algo que ver y la negociación. En fin...

A Maite: no te preocupes que tu niña es normal enteramente. Hace años, en el canal Odisea vi un documental de unos padres que intentaban comprarle a sus hijos juguetes no sexistas desde el principio. La cosa funcionaba hasta los tres años o cuatro. Luego, los chicos pedían coches y las chicas se vestían de rosa.
La peli está muy bien de todas maneras. Un buen rato que se pasa.

a Joako: esa no me la sabía jajajaja

Saludetes

María dijo...

Después de leer esta entrada, no me cabe la menor duda de que debe ser una peli de chicas, como dices. Precisamente, porque nos han gustado (o no) cosas totalmente opuestas de la película. Por ejemplo, creo que es perfectamente normal que Julie llore cuando se le cae el pollo al suelo, igual que te entran ganas de llorar cuando algo que llevas horas preparando se rompe-cae-pierde-estropea.
Por otra parte, lo de la altura de Meryl Steep es de lo peor que he visto en muchísimo tiempo, desde la primera parte de El señor de los anillos, creo yo.
¡Saludos!