Uwe Scheuch (dcha.) y HC Strache ayer, durante la conferencia de prensa en la que anunciaron que volvían a ser amigos (foto: www.kurier.at)
17 de Diciembre.- Era una cuestión de tiempo y, al final, ha sucedido. Los dos partidos ultraderechistas austriacos (BZÖ y FPÖ) se han fusionado de hecho. Aunque mejor sería decir que el FPÖ, con Strache a la cabeza, se ha tragado al BZÖ mediante el expediente de partirlo por la mitad.
A ver si consigo explicarlo.
Desde la muerte de Haider, el BZÖ andaba anémico de liderazgo. En un principio, y como medida de emergencia, Stephan Petzner, entre llanto y llanto, ocupó el lugar del prócer muerto, hasta que fue aligerado de sus cargas por sus compañeros de partido y sustituido por un empresario de Carintia llamado Bücher.
En una maniobra todo lo inteligente que permitían las circunstancias, las cabezas pensantes del BZÖ decidieron vincular la suerte del partido a una especie de culto postmortem a la figura de Haider. Monumentos de la más diversa índole y variadas apariciones públicas de la viuda, Claudia (atrezzo imprescindible: retrato del muerto en marco de plata). A nadie parecía importarle que Haider hubiera tenido una vida privada que nada tenía que envidiar a la sandunga que se gasta Berlusconi.
Sin embargo, el tiempo demostró que Bücher, un hombre más bien gris, no tenía prestancia mediática suficiente para llenar el hueco que había dejado Haider y el lloroso Petzner, una vez pasado el morbo del se-acostaron-o-no, se disolvió derretido debajo de una lámpara de rayos UVA.
A pesar de todo esto, en el BZÖ no querían ni oir hablar de reunificaciones ni de niños muertos . Pero (y aquí viene cuando la matan) hace un par de semanas estalló la crisis del Alpe-Adria, y se supo que Haider, amén de besar mocosos, abrazar ancianas y estrechar las callosas manos de honrados campesinos Carintios, había tirado los caudales en una política populista que había colocado a su land al mismísimo borde de la ruina. Y los austriacos pueden pasar por que sus políticos pueblen su cama con animales de cualquier pelo o pluma (allá ellos:los animalicos y los políticos) pero por lo que no pasan es porque les toquen las cosas de comer.
El escándalo está siendo monumental y tuvo su punto culminante en el programa de televisión que yo contaba hace dos entradas (el de los tres expertos contra el campesino de Central Lechera Asturiana).
Si yo no estoy equivocado, él, de nombre Uwe Scheuch, ha sido la pieza clave de esta maniobra. En aquel plató, mientras le despellejaban, debió de sentir una enorme angustia: la de todos los estudiantes que se enfrentan a un examen que saben que no aprobarían ni currándose la asignatura. De camino a casa, en la soledad de su coche oficial, el bueno de Uwe debió de masticar en silencio el ninguneo del que había sido objeto. Strache debió suponerlo y consideró que había llegado el momento de hacer una llamada de teléfono.
Ayer, se escenificó delante de la prensa el acuerdo que dinamitaba el BZÖ siguiendo el modelo de la CSU alemana. Los dos partidos se presentarían con sus propias siglas a las elecciones, pero en el parlamento harían causa común. Cinco parlamentarios del BZö se integrarían el el FPÖ a nivel nacional y en Carintia el partido cambiaría de siglas pasándose a llamar FPK (si no estoy equivocado). Para Strache todo son ventajas: no sólo gana 5 diputados (pasando de 34 a 39, de momento) sino que se embolsa 1,2 millones de euros del erario público con los que empapelar el país con los tradicionales carteles que le muestran sonriente, dientiblanco, y ojiazul.
La facción superviviente (vienesa) del BZÖ se ha tomado fatal la cosa. Más que nada porque Uwe no dijo ni mú mientras duraron las negociaciones.
Para rematar la faena, Strache se presentó anoche en la tele, triunfante, para explicar cómo se había convertido en la tercera fuerza política del país sin contarse veinte y sin pasar por la casilla de salida. La explicación fue, como todas las suyas, bronca. Estuvo , frío como el hielo. Como todos los políticos de su pasta, Strache se lleva mal con las palabras y las sutilezas le son ajenas. Él lo que quiere es imponer su punto de vista y no dudaba en hablar al mismo tiempo que el presentador intentando que no se escuchase cómo leía declaraciones suyas de los últimos años en las que casi se ciscaba en los políticos que hoy son (oficialmente) amigos suyos.
Puede que yo sea un aprensivo, pero daba como miedito.
2 comentarios:
Cosas de la política, en el fondo son los que tienen una idea un poco diferente los que cabrean, al adversario de verdad al fin se le tiene en estima...pero que un recuerdo no te estropée una buena fusión.Y por otra parte en los espectros políticos no suele haber cabida para más de un radical por extremo.
Hola!
Ayer hubo un reportaje en los periódicos en el que se explicaba las respuestas que daban las "líneas calientes" de los partidos implicados para explicar la unificación. Y también decían eso de que "la política es así".
Daba miedito...
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