Los señores Uwe Scheuch y Heinz Christian Strache demuestran la felicidad evangélica que les invadió el año pasado una vez superadas sus diferencias (foto: http://ais.badische-zeitung.de)
Kleider machen leute (*)
(*) literalmente: "Los trajes hacen a la persona"; porque, en alemán, los hábitos hacen a los monjes.
11 de Enero.- Los políticos ultras austriacos son a los políticos normales lo mismo que los directivos de clubes de fútbol son a los ejecutivos como Dios manda. Ayer se vio a las claras.



En el plató del programa Im Zentrum, debate político moderado por la simpar Ingrid Turnher, se produjo un derby con morbazo: por un lado Uwe Scheuch, presidente del estado de Carintia que ha abandonado el BZÖ para convertirse en el hombre fuerte de un nuevo partido, el FPK (partido liberal de Carintia), aliado del FPÖ –sé que es lioso, pero es que esa zona de la política austriaca es un poco pifostio-. Sentado a su lado, Heinz Christian Strache, el nuevo amigo de Scheuch. Frente a ellos, Joseph Bücher, actual presidente del BZÖ, partido fundado por el difunto Haider (esto es importante); y a su lado, Joseph Petzner, lebensmensch del político difunto –o viceversa- y guardián de su memoria.


(Prometo que lo que sigue es más ligero).


Mientras los tertuliantes se arreaban patadas „por debajo de la línea del cinturón“ (según la eufemística expresión aborigen) y la presentadora se complacía, con aire divertido, en intentar que perdieran los estribos, yo me fijé en las vestimentas; lo cual es una cosa que, aunque parezca mentira, siempre clarifica. Sobre todo en debates como este, en los que, como en las tertulias futbolísticas, las palabras no son lo más importante. Estaba claro que, como en los programas de tema deportivo, se trataba de un duelo de machos alfa, y los estilismos así lo pregonaban.


Scheuch y Strache iban vestidos según el mismo patrón estético; quizá para escenificar, mediante signos no verbales que, en la actualidad, parten piñones juntos. Camisas caras de cuello muy alto –casi a lo Karl Lagerfeld-, la de Scheuch de corte algo más vulgar; trajes de los de a mil euros la pieza. Lo que llamaba la atención, sin embargo, era que los dos habían elegido portar sendos emblemas de su éxito en la vida, en forma de do relojes de pulsera extragrandes, del tipo que un seleccionador nacional compraría en El Corte Inglés para sus pupilos. En la muñeca derecha, tanto Strache como su nuevo partner in crime llevaban esas pulseritas de cuero que las novias les regalan a los vendedores de pisos justos de curriculum pero sobrados de desparpajo.


Bücher eligió para el duelo un atuendo que hubiera horrorizado a Mario Conde. El ex chico de oro ya lo dijo una vez al salir de la cárcel durante uno de sus permisos penitenciarios: “un caballero nunca viste de marrón”. De ese color era el traje de Bücher, combinado –es un decir- con una camisa de rayitas grises y una corbata átona y fofa que no le hacía ningún favor. A pesar de ir vestido de granuja según la opinión del conspícuo ingeniero español de los balances, hay que decir que Bücher mantuvo durante todo el debate una compostura que le hubieran envidiado los hidalgos de El Greco y que, al final, a fuerza de nervios de acero, consiguió que los de enfrente perdieran los nervios y abandonaran el aire paternalista que les había caracterizado durante toda la conversación.


¿Y Petzner? Para la ocasión eligió un atuendo a medio camino entre el “voy a salir de marcha a una discoteca pija pero no quiero llevar corbata” y el “mañana ingreso en una cartuja, ten piedad de mí, Señor”. De negro, como corresponde a quien aún se duele de una pérdida tan personal como la que él sufrió hace año y medio, Petzner, mucho más contenido que cuando paseaba su pena de mostrador en mostrador, apoyó a Bücher con una batería de tirones de hemeroteca que hicieron que Scheuch se pusiera colorado y Strache ladrase casi ininterrumpidamente durante los últimos diez minutos de programa.


Lo que quedó claro es que lo que queda del partido de Haider, los últimos fieles a la memoria de Haider, no están dispuestos a tirarse a por el bollo ahora que el muerto está en donde rima. Aparte de una motivación moral que, a estas alturas resulta algo dudosa para algunos, hay en juego varios millones de euros.

2 comentarios:

J.Insausti dijo...

Me gusta mucho como escribes, como cuidas tus textos y me sorprende como puedes sacarle tanto jugo a un debate entre politicos de la tele. La prueba de que eres un buen escritor esta en que leo hasta el final tus articulos de politica cuando la verdad es que a mi esta me .. trae bien floj..

Sigue divirtiendonos asi.

Paco Bernal dijo...

Hola!

Sólo por un comentario como este, merece la pena escribir todos los días. MUCHÍSIMAS GRACIAS.

En cuanto a este tipo de programas, la verdad es que se aprende mucho sobre la naturaleza humana si uno sabe mirar. Y aprender sobre el ser humano siempre es interesante.

Abrazos