Petzner (izda.) y su lebensmensch Jörg Haider (q.e.p.d.)
18 de Febrero.- La literatura, a veces, puede ser una actividad de alto riesgo. Si no, que se lo digan a David Schalko –conocido personaje austriaco, autor, por ejemplo de “El programa sin nombre”, de gran popularidad en estas tierras transalpinas-.
Herr Schalko, un día, invocó el espírtu de las musas, se crujió los dedos (crás, crás) se sentó delante del ordenador y parió un libro que se llama “Noche Blanca” el cual, inmediatamente, se convirtió en un éxito de ventas.
No a gusto de todos, ciertamente. Porque hubo un ciudadano austriaco, que también conocen mis lectores, que se sintió desfavorablemente retratado en el libro y que se cabreó más que Toro Sentado. El austriaco descontento es Herr Stephan Petzner, el desconsolado viudo (por supuesto, solamente emocional y politicamente) del político Haider.
Herr Petzner, haciendo uso de su derecho, e imitando a todas las folclóricas españolas que en el mundo han sido, le ha cascado a Herr Schalko una querella.
Por dos cosas: a) por, a pesar de que en ningún momento se le menciona por su nombre, pensar que Schalko le ha retratado en el libro de una forma que el querellante juzga difamatoria y b) por haber utilizado el término Lebensmensch (de muy difícil traducción, se siente, pero que podría significar persona de tu vida). Término que, según el escocido demandante, es creación personalísima de él mismo y de Haider y que, según sus pretensiones, sería una especie de marca registrada de esta relación –intelectual y solo inteletual- que tan importante fue para la vida de Herr Petzner hasta su trágico fin en octubre de hace un año y pico en las luctuosas circunstancias que todos conocemos.
Más indicios, según la parte acusadora, de que “Noche Blanca” es un roman á clef: al protagonista, como a Petzner, le apasionan las cabinas de bronceado; le gusta –como a Petzner- el color turquesa (!) y por fin el protagonista lleva –como Petzner- un tatuaje en forma de delfín cerca del ombligo en el lado izquierdo (!!) –el artículo de Kurier que me sirve de cañamazo para este post indica que el delfín está tatuado “en el lado izquierdo del bajo vientre”-. En fin. Sigamos.
La demanda también se hace eco de las escenas de contenido erótico que se reflejan en el libro que son, obviamente, lo que más ha encalabrinado a Herr Petzner.
La reacción del abogado de Czernin –la editorial que ha publicado el libro- ha sido regocijada, viniendo a decir que, el que se pica, es que antes ha comido eso que tanto asusta a los vampiros. Y que está claro que, para los lectores, “Noche Blanca” es una sátira política que se lee como sátira política y no como novela en clave. Y que, en ningún caso, pretendía atacar ni revelar detalles íntimos de ninguna persona en concreto cosa que, según el abogado “ha hecho Herr Petzner mediante sus apariciones públicas y al interponer la demanda”. Alfred Noll, que así se llama el letrado, argumenta que la demanda de Petzner es un ataque contra la libertad artística del señor Schalko y, naturalmente, pide que no se tome en consideración la querella.
Una que, por cierto, Petzner tardó en interponer; pues el libro apareció en Septiembre de 2009. Si se estimase la querella, el juez podría pedir la prohibición de la venta del libro. Los expertos juzgan este caso muy improbable y piensan que, más bien, la situación se va a volver a favor del autor demandado que, gracias a Petzner, habrá obtenido una publicidad gratuita que, en estos tiempos, es impagable.
2 comentarios:
Miá que la gente es susceptible: a ver si en la próxima reedición hay ilustraciones y vemos ese delfín. Saludos. L.
Hola!
Aprovecho para decir que la juez desestimó la demanda al final y que consideró que Petzner no tenía razón.
Para ver el delfín no hará falta una edición ilustrada, porque el propio interesado se ha dejado fotografiar (posando) para mostrarlo.
Helo:
http://rotersalon.files.wordpress.com/2008/10/stefan_petzner.jpg
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