Aceptémoslo: en esta ciudad se ven cosas muy raras. Un dinosaurio amenaza a los viandantes de una céntrica arteria vienesa y a ellos, ni plín.
25 de Mayo.- yo no sé si le pasará también a alguno de mis lectores pero, a veces, tiene uno la sensación de que, a su alrededor, sólo pasan cosas raras. O sea, que uno sale a la calle y nada más que ve expedientes X.
Un poner: hoy ha sido poner el pie fuera de mi casa y, en cosa de diez minutos me he encontrado con las siguientes cosas:
-Un chico de unos veintitantos ha cruzado el paso de cebra que hay frente a mi edificio completamente absorto en una conversación telefónica. Yo sólo he podido distinguir unas cuantas palabras (no he podido evitarlo porque iba hablando a gritos). Con fuerte acento del este –de Europa- iba diciendo: “!Pero te casas conmigo o no te casas! Contéstame sí o no”. Unos principios la mar de inquietantes. O de sugerentes, según.
-Apenas cincuenta metros más adelante, un cartero albino (pupilas grises, pelo blanco, piel nívea surcada de diminutas venas violaceas) clasificaba un mazo de cartas mientras chupaba un cigarrillo que llevaba colgado a lo Lucky Luke de la comisura de la boca.
-Me subo al autobús: encuentro el único asiento libre. Delante de mí, una señora de la edad de mi abuela –setenta largos- soporta los baches del trayecto sumida en las páginas de un libro. Como cotilla irredento que soy, aguzo la vista y veo que la señora está leyendo a Sartre (!) en una edición de bolsillo polaca. Yo no digo nada, pero empezar la mañana con el existencialismo, a palo seco, debe de ser como esas gentes que uno se cruza a veces por estas calles que, con las claritas del día, desayunan Red Bull –con lo malo que está-.
-El autobús para frente a la iglesia en la que el pobre Schubert estuvo de cuerpo presente. Me bajo, llego al metro y, en el andén de enfrente, un musulmán ortodoxo, de unos treinta o treinta y cinco años (luenga barba ensortijada, chilaba) recorre el andén en patinete para arriba y para abajo (¡En patinete!). Lamentablemente, no llevaba la cámara. Si no, hubiera hecho fotos. Porque una cosa así no se ve todos los días.
Pero la cosa no termina aquí.
El tren entra en la estación. Trayecto hasta la Universidad.
Subo las escaleras mecánicas. Delante de mí va un hombre en chandal, de unos veintitantos. No me fijo mucho en él. En cambio, como siempre, me inquieta la abundante presencia policial que hay en mi parada de metro. Un retén de entre seis y diez agentes (y agentas) armados con pistolones y porras como si se esperase de un momento a otro una pelea entre hinchas de equipos rivales. Tras pasar las barreras que aquí delimitan la zona en la que hace falta billete, separándola del vestíbulo de la estación, veo como media docena de policías se aproximan a un hombre delgaducho con aspecto de turco. Le piden la documentación y mantienen una conversación con él que no puedo oír.
Tiro el periódico gratuito en una papelera y paso, como de costumbre, por la panadería en la que la gente pide bollos y bocadillos a toda pastilla. De pronto, se me cruza el tipo del chandal que mencionaba tres líneas más arriba y me doy cuenta de que lleva el culo al aire. No es que lleve los pantalones medio bajados enseñando los calzoncillos. No. Es que lleva el culo al aire. Y por la pinta no nota el fresco.
Perplejo, me pregunto ¿Será una nueva moda entre la loca juventú? Al tiempo que, disimuladamente, me palpo las asentaderas. No vaya a ser que vaya yo también enseñando las joyas de la familia y no me haya dado cuenta.
Cosas más raras se han visto.
(Y para muestra, este post).
4 comentarios:
¿No serán actores que te ponen los vieneses cuando sales a la calle para que tengas temas de los que hablar en el blog? :-D
¿Y todo eso en una sola mañana?
Qué suerte, así da gusto salir de casa. Paco, cronista de la Viena surrealista ;)
hay tanto friki en viena...
a veces me pregunto si hay algo raro en el agua ;)
me hubiera gustado muchísimo ver el musulman en patines :)
Hola a todos!
A Amelche: yo a veces también lo pienso, que es como el Show de Truman.
A Ka: uy, pues me han contado algunos lectores que puede llegar a ser mucho más friki todo :-)
A marmota: lo del patinete fue lo más friki, tienes razón. Y no te diría yo que lo del agua...:-)
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