Marichico


La escaladora Edurne Pasabán en la foto que publica hoy la edición digital de Público




23 de Agosto.-  Di que ya tenía yo el tema para el post de hoy cuando al entrar en internet como hago todos los días , he sufrido un shock y no he tenido más remedio que envainarmelo (para mejor ocasión lo dejo).

Como mis lectores saben, soy un voraz lector de periódicos digitales (bueno: soy un voraz lector: a secas). Todos los días leo El Mundo, El País, el ABC, 20 Minutos (si es que se puede llamar leer a lo que se hace con una cosa que tiene tan poca letra y tan zarrapastrosa) y, de un tiempo a esta parte, también sufro con la edición digital de Público: el periódico amateur en línea más visitado de España.



Estas lecturas, la mayor parte de las veces, son una fuente de dolor. No ya porque sean la constatación de que, como la pobre Remedios Amaya, el país no sabe quién maneja su barca (y, lo que es peor, que le trae muy al fresco quién la maneje); sino porque, además, casi todos los periódicos que he nombrado más arriba están trufados, pero trufados, de unos errores gramaticales, ortográficos y de expresión que darían pena si no diesen, además, susto.

En la edición de Público de hoy, por ejemplo, una señora llamada Noelia Román firma un perfil de la escaladora Edurne Pasabán que, ya desde el titular, pone los pelos de gallina.

Cito textualmente: “Alpinista de éxito. Fue una niña blandengue; y una adolescente marichico '; y ahora, una supermujer, con 14 ochomiles a sus espaldas”.

Dejando aparte el exótico criterio de puntuación de la Sra. Román (a mí también me pasa, que puntúo un poco como Dios me da a entender) al leer este texto a mí me ha pasado exactamente lo mismo que a mis lectores ¿Marichico? ¿Ein?

Presa aún del alipori a la vez que consumido por la duda, me he dirigido al Diccionario de la Real Academia que, naturalmente, y como yo sospechaba, no registra esta voz.

He supuesto entonces que la Sra. Román quería decir que la Sra. Pasabán era, en su niñez, lo que los habitantes de España conocíamos antiguamente como “Marimacho” (una palabra bastante fea, las cosas como son; de un notable tufo machista y reaccionario).

Debido a esto, sin duda,  la Sra. Román, en bien de la corrección política, ha decidido sustituir la fea terminación original por “chico” formando este nuevo vocablo que está, en beatería y, con perdón, en gilipollez, a la altura de “miembra”; ese neologismo que su inventora, la Sra. Dña. Bibiana Aído, no dudó en equiparar a otros tan brillantes y necesarios como “Fistro” y “Edredoning”.

Pero también puede ser que la Sra. Román, en algún momento de su vida, haya escuchado la palabra “Chicazo”, vocablo también, como “Marimacho” , y de manera igual de lamentable, de un indudable matiz neanderthal.

Por lo cual también es posible que ese “Marichico” que ella ha plantado en su columna sea hijo de este “Chicazo” que algunos aprendimos también durante nuestros primeros años escolares al tiempo que leíamos los libros de “Los Cinco” de la simpar Enyd Bliton.

Leyendo el artículo de la Sra. Román, cuyo audaz uso del idioma admira a la vez que entretiene, no he tenido más remedio que acordarme de aquellas voces que abogaban por desterrar las asignaturas de lengua y latín de los planes de estudio porque “eran inútiles” ¿Quién, se preguntaban muchos, usará la sintaxis y la morfología en una oficina? Vistos los resultados hay que darles la razón: muchos periodistas está visto que no. 

7 comentarios:

amelche dijo...

Yo también alucino, vecino (bueno, el anuncio de nuestra época decía: "alucina, vecina", pero me tenía que rimar y supongo que, a estas alturas, después de lo de "marichico", que te juro que es la primera vez que lo leo en mi vida, lo mío ni punto de comparación, vamos) cuando leo los periódicos y veo faltas de ortografía imperdonables, uso equivocado de palabras parecidas, pero que no tienen nada que ver unas con otras, y un largo etcétera de errores.

amelche dijo...

¿No se habrá equivocado la periodista pensando en las "mamachichos"? A ver si ha oído campanas y no sabe por dónde... :-D

con Ka dijo...

Hmm... pues siento decirlo, pero por estas tierras sí que se ha dicho 'marichico' durante mucho tiempo (ignoro qué dicen los críos hoy en día). Es lo que yo aprendí en la escuela, junto a palabros como 'borragomas' o 'basurera', que también hacen mucha gracia al resto del país. ;)

Paco Bernal dijo...

Hola a las dos:

A Amelche: de las faltas...En fin. Ya hemos dicho bastante. El nivel, y ahora en verano, no sé por qué,más, es de una pobreza que tumba. Pero...

lo que dice Ka tiene bastante sentido. Porque el artículo está lleno también de giros típicos del País Vasco !Muchas gracias guapa! Si es que no sé que sería uno sin los lectores de uno :-)

Besos

Landahlauts dijo...

"Machorra" era el palabro que más se usaba en mi tierra con un significado similar. Lo cierto es que el castellano ha sido rico en insultos para vejar a aquellos que eran distintos.
Por cierto, esa si aparece en el DRAE, aunque dice que se usa en México.

Saludos

(Los Cinco... qué buenos recuerdos)

La chica de la farmacia dijo...

Cuando leí el título pensé, "qué forma rara de decir marimacho"... y es que en verdad creí que me encontraría con una entrada en la que descubriría que por aquellos lares lo llaman de forma diferente. Bueno, me llevé una sorpresa. Más aún leyendo el comentario de "con Ka".

Todos los días se aprende algo nuevo. Eso está claro.

Un beso.

m. dijo...

No sé si será una expresión típica de Latinoamérica pero he visto a bastantes latinoamericanos usarla en los foros de Internet. No creo que la periodista lo haya hecho por motivos de correción política, o sí. Si así ha sido, no lo veo criticable en absoluto. Es como "aeromoza" y "azafata": a mucha gente, "aeromoza", le suena despectivo y no lo usa. Me parece correcto.