El amor en los tiempos del Facebook



20 de Septiembre.- Una de las cuestiones que plantea tener un blog de las características de Viena Directo es que, más o menos intencionadamente, la vida de uno se hace pública. Yo digo mucho que la mía es tan conocida (o casi) como la de Belén Esteban. Con lo peligroso que es eso.

Por suerte, mi manía de no decir nada malo de nadie siempre que pueda evitarlo, unida a ciertos mecanismos que he ido desarrollando con el tiempo, han limitado los disgustos que me ha dado este blog en ese sentido al mínimo imprescindible.


Supongo también que, el ser alguien que aprendió a escribir cuando las cuentas se hacían con lápiz y goma de borrar, hace que tenga unos arcaicos prejuicios a propósito de la publicidad de los propios actos. Un pudor sobre las emociones que, a los de mi generación (y me temo mucho que a la de la mayoría de mis lectores) se nos enseñaba de pequeños en bien de ese cúmulo de hipocresías que forma la columna vertebral del mundo en el que viven las personas bien educadas.

Sin embargo, desde que la E azul apareció en los ordenadores del mundo (o el icono de firefox, o el de Safari, o guatéver) la exposición pública de los propios actos se ha convertido en algo protocolario. Ser públicos, estar expuestos al escrutinio ajeno, que todo el mundo sepa lo que nos pasa, se ha convertido en una de las normas de buena educación en la red. No sólo lo hacemos porque nos apetece, o por ansias de notoriedad, sino porque los demás lectores, que interactúan en esa red neuronal que es internet, esperan de nosotros la misma franqueza que, presuntamente, ellos ofrecen.

La llegada de las redes sociales ha convertido esto, además, en una estructura básica de la comunicación cibernética. Y, en mi opinión, no para bien. Porque hay cosas que, hechas públicas, violentan la noción más elemental del buen gusto.

Por ejemplo:

Antes, las querellas de amor se quedaban (y se quedaban muy bien) en la intimidad de las alcobas o, cuando a uno le dejaban, o era dejado, o le adornaban la testuz con dos bonitos cuernos, o adornaba uno testuces ajenas, uno quedaba con su mejor amigo, se pedía una cervecica y unas tapas, y ponía a la cónyuge o al cónyuge como Dios le daba a entender llevado por los celos, el despecho, el desamor u (otra vez) guatéver. Los amigos asentían (se esperaba de ellos) aseguraban que todas eran unas lagartas en el caso de ellos y, en el caso de ellas que el mejor hombre era el que pendía de una soga y, sin solución de continuidad, se pasaba a buscar la mora verde que quitase la mancha que uno llevaba.

¿Qué pasa hoy? A través de Facebook, desde la intimidad de sus hogares, los amigos de la pareja que se separa pueden seguir con todo el confort del mundo el culebrón que antes era privado y que ahora se desarrolla, un mucho obscenamente, delante mismo de sus ojos, al alcance de su ratón.

Estos “chóus” que, por desgracia, uno tiene que presenciar vía internet con una frecuencia más alta de lo deseable, a mí, que soy un ser pacífico y extremadamente púdico (quién lo diría) me revuelven el estómago lo mismo que ver a alguien comer con la boca abierta. Será que estoy chapado a la antigua.

4 comentarios:

La chica de la farmacia dijo...

Somos iguales, o al menos nos parecemos en mucho, pese a tener diferentes costumbres y diferentes nacionalidades, claro.

Qué desagradable tener que seguir esas cosas a través de la web. Claro que se hace por elección, porque si no queremos no leemos y ya, pero a veces, indirectamente, también somos "usados" para sacar información, y con ello, ventaja. No me gustan las novelas virtuales, prefiero ver una en la tv. Hace meses dejé de tener FB, y me siento muy bien así. Por cierto, mi guatéver es el Chrome, tan bonito él y no lo mencionas :P

Un beso, Paco. Buena entrada. Celebro que seas chapado a la antigua como yo.

Landahlauts dijo...

Ya somos tres... no me gusta retransmitir mi vida en directo... ni que me retransmitan la de nadie.

Con "faisbú" o twitter la gente pierde la intimidad tanto como quiere... me refiero a que son ellos los que se desnudan, no los desnuda nadie. Y hay personas muy propensas a hacerlo: he visto casos en twiter de "me he levantado", "salgo al cine", "vi la película X y no me gustó", "me acuesto, hasta mañana"...
Leches! les falta la webcam para que tengamos imágenes también!!!

Saludos!!

Giikah dijo...

Pienso lo mismo que tú sobre facebook, es más, si lo mantengo es por vagancia de eliminarlo, porque hace milenios que no lo uso.

Lo que más me hace gracia es la gente que te dice eso de "Jemand quiere ser tu amigo/a"...y tú piensas....¿conozco yo a esta persona?, por no hablar de los que sólo te escriben para felicitarte por tu cumpleaños, en fin...

Sobre Twitter pienso que no es exactamente lo mismo. Yo lo uso bastante amenudo y si bien es un "di lo que vas a ir a comer", lo utilizo más como una herramienta informativa que como una simple red social. Es decir, tu tienes tus personas a las que sigues (periódicos, blogs, etc), y además puedes de vez en cuando, ver la "realidad" de la persona que escribe en cierto blog.

Pero como quien dice, para gustos, colores.

Un abrazo y felicidades por el blog, ya está en mis favoritos ;)

Paco Bernal dijo...

Hola a todos:

Gracias por vuestros comentarios.

A La Chica de la Farmacia: a mí no me gustan estas situaciones porque tengo la sensación de estar invadiendo un ámbito que no es mío, y eso me violenta, la verdad. Y sí, el Chrome es muy bonito :-) yo también lo uso.

A Landahlauts: yo eso tampoco lo entiendo. Como no entiendo el microblogging (debe de ser que, al no tener talento para la concisión, esas limitaciones de palabras me paralizan). Yo tengo Facebook pero procuro dar informaciones que a) no me compromentan y b) aporten algo a mis amigos. En fin...

A Giikah: yo tengo la regla de no agregar a nadie a quien no conozca personalmente (regla que he roto con dos o tres personas a las que, debido a la distancia geográfica no puedo conocer personalmente, pero a quienes llevo leyendo muchísimo tiempo). Creo en cualquier caso que cualquier herramienta tiene que aportar cosas a los lectores. Yo no puedo twittear porque no soy conciso (ya lo he dicho y lo demuestro continuamente). Por cierto, ya estás agregado a los enlaces.

Saludos