Herr Kurzmann, candidato del FPÖ a la presidencia del land de Estiria (foto: http://www.kleinezeitung.at/)
26 de Septiembre.- Hoy, domingo, ha habido elecciones en el estado(Land) de Estiria. Unos comicios que se presentaban emocionantes debido al cara a cara entre los socialistas (que en las últimas elecciones le arrebataron el estado a los populares después de seis décadas de gobierno conservador) y los populares que querían recuperar el cetro perdido.
Los ganadores (por poco) han sido los socialistas, que han obtenido, según los últimos recuentos un 38,43 por ciento de los sufragios. Los pretendientes conservadores se han quedado a algo más de un punto del empate a falta del voto por correo (37,14%) y los que han doblado su participación en el parlamento regional han sido nuestros amigos los azules del FPÖ (Strache y sus boys para quienes no estén versados en la política austriaca) que han doblado su representación en el parlamento regional hasta alcanzar un diez por ciento de los votos, lo que les deja con seis diputados de un total de 56.
Los verdes se quedan como estaban (3 diputados regionales) y los comunistas pierden dos representantes quedándose en 2.
Naturalmente, las reacciones después de conocerse los primeros resultados de las votaciones han sido tan rápidas como ufanas en el caso de los socialistas y, como manda la educación por estos lares, de agradecido reconocimiento a los votantes en el caso de las demás fuerzas políticas. Seguirá siendo pues presidente del land el Sr. Voves, pero no lo va a tener facil porque seguramente tendrá que “cohabitar” (utilizando la expresión francesa) con un gobierno de mayoría conservadora pues, según el (algo confuso) sistema electoral austriaco, los representantes del ÖVP (Populares) y del FPÖ (liberales, al menos por sus siglas) tienen 4 y 1 ministros respectivamente en el consejo de gobierno del land.
Un pifostio, vaya.
Por otra parte, en el parlamento regional, si el SPÖ, como parece, no puede formar coalición con los populares (no está el horno para bollos) al Herr Voves no le queda más opción que coaligarse con el FPÖ para obtener una mayoría que le permita sacar adelante su proyecto de gobierno regional. Problema: el FPÖ que ha ganado está dirigido por un tal Kurzmann, Gerhard; el cual simpatiza abiertamente con la extrema derecha (viene a ser una versión masculina de la Frau Rosenkranz que intentó ser presidenta de Austria, como recordarán mis lectores más memoriosos). El Herr Kurzmann este es una joyita visigoda: informan los medios locales que se le ha visto en reuniones de la organización Kameradschaft IV, que agrupa a antiguos miembros de las SS (malas hierbas que parecen inmortales).
Otro motivo de preocupación es el hecho patente de que las clases populares, como ocurrió durante la ascensión del nazismo, están huyendo de la izquierda tradicional seducidas por los eslóganes de extrema derecha del FPÖ. Esto es algo que Strache sabe perfectamente, de ahí su insistencia en los votantes menos favorecidos del espectro de cara a la lucha electoral vienesa. Todo el mundo es consciente de que los sectores menos cualificados del electorado son los que inclinarán la balanza en octubre.
Esto, y la necesidad de Strache de mostrar que algún día puede gobernar en la arena nacional (se está jugando mucho, la campaña vienesa amenaza con quemarle) harán que, a partir de mañana, o en un par de días, amanezcamos con nuevos carteles aún más demagógicos de lo que ya lo hemos hecho.
Si cabe.
(Gensanta, qué cruz)
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