Feliz Aniversario: Un caso práctico

2 de Octubre.- Como todos mis lectores saben, me gusta la fotografía. Uno aprende a fotografiar de dos maneras: fotografiando, o bien mirando lo que han hecho otros. Supongo que, como le sucede a mucha gente, cuando veo una imagen lo primero que me llama la atención es por qué me gusta. Hoy, para compartir lo que he ido aprendiendo durante este tiempo, me gustaría analizar de esa forma una imagen tomada por mí que me gusta especialmente. Espero que mis lectores me perdonen la inmodestia.

Se trata de esta que encabeza estas líneas. Está tomada durante una fiesta de cumpleaños a la que asistí la semana pasada. Para aquellos más interesados en la técnica, diré por encima que está tomada con un ISO 800, apertura focal 3.5 y un tiempo de exposición de 1/15 de segundo.

Dicho esto, me gustaría apuntar que lo que más me gusta de esta foto es que rezuma clasicismo. Por la composición, por los colores...Y que sin embargo, está llena de movimiento.

Para empezar, la foto está dividida en tres zonas. Dos de las cuales aproximadamente paralelas y una tercera, los objetos dispuestos sobre la mesa formando un bodegón improvisado, que las enlazan.

Las figuras, asimismo, están envueltas en la elipse que forma la luminosidad de las velas de la tarta. La luz de las velas, siempre tan resultona en las fotos, crea un contraste que las separa del fondo y, con él, el efecto de profundidad.

Por último, otro factor decisivo para el éxito de esta foto es el juego de las miradas. Los dos personajes más extremos miran la tarta, la pareja qe está de pie, mira al chiquillo que, a su vez, mira la tarta. Y el personaje vestido de blanco mira al espectador, que queda así incluido en la composición.

En fin, que yo creo que ese día me levanté inspirado. A vostros, qué os parece.