El misterio de las tarjetas mudas (Otro caso para VD Servicio Público)


10 de Octubre.- Antonio F. (nombre supuesto) es un chico español que llegó a Austria de la mano de una multinacional en la que trabaja como ingeniero.
Antonio vive aquí con su novia, también española, a la que conoció mientras los dos estaban becados en el frío norte de Alemania.

Precisamente, durante su estancia en tierras germanas, Antonio y Lola, su novia, conocieron aPierre y Adeline, una pareja de franceses pelirrojos, pecosos y muy simpáticos. Adeline y Pierre decidieron casarse en Rouen el pasado mes de Julio.
Quizá influidos por el fondo cultural que adquirieron en Alemania, Antonio y Lola son una pareja metódica que le tiene bastante manía a las sorpresas (sobre todo si son desagradables). Así que, nada más recibir la invitación, empezaron a preparar su viaje cuidadosamente.
Encontraron un hotel pintiparado en las afueras de Rouen, a un precio asequible; se aseguraron de reservar un vuelo con tiempo para que no les saliera demasiado caro, hicieron una lista con el equipaje que tendrían que llevarse procurando estar preparados para cualquier contingencia.
Fue en estas, cuando Antonio se fijó en que la tarjeta sanitaria que le había proporcionado su empresa no tenía sus datos personales al reverso. Se quedó mirando al trozo de plástico bastante sorprendido, rascándose la cabeza.
Al día siguiente, le pidió a Kurt, su compañero de despacho, que le enseñase su tarjeta sanitaria. Al principio, Kurt le miró extrañado pero, luego, rebuscó en su cartera y sacó su e-card.
-¿Ves? –le dijo Antonio mientras comparaba los documentos- la tuya tiene tus datos personales. La mía sólo asteriscos.
Kurt levantó las cejas mientras que, en la cabeza del metódico Antonio, se dibujaba un posible imprevisto en suelo francés. A saber: una habitación de hotel, una alfombrilla de baño mal puesta, un resbalón en la bañera, una luxación de muñeca, una visita al médico gabacho, la tarjeta sanitaria que no vale: una abultada factura. En resumen: un putadón.
Antes de iniciar sus pesquisas, Antonio le preguntó a Paco (que tiene un blog):
-Oye, ¿Tu tarjeta sanitaria tiene asteriscos o tiene tus datos personales?
Paco sacó su tarjeta de la cartera, la miró y también se rascó la cabeza:
-Jopé. Pues no. Sólo asteriscos. Pero yo la he usado en España y no me han puesto ningún problema.
Antonio, suspicaz, frunció el ceño:
-Ummm. No me fío, no me fío.
Efectivamente, Antonio tenía razón: la Seguridad Social austriaca le indicó que, a pesar de que su tarjeta le garantizaba una cobertura total mientras permaneciese en territorio austriaco,  al no tener ellos constancia de las cotizaciones que había hecho en España, no podían darle cobertura a nivel europeo.
-¿Y qué hago? –preguntó Antonio.
La funcionaria que le atendía se encogió de hombros:
-Póngase en contacto con la seguridad social española y ya le dirán.
Largo y activo, o sea, ni corto ni perezoso, Antonio se puso en contacto con la Seguridad Social española (llamó al 915907100 y, tras exponer su caso, le pasaron con el departamento de Asistencia Sanitaria). En dicho negociado, un funcionario de Jerez, excepcionalmente jacarandoso y servicial, le indicó que tenía que tenía que pedir elformulario E-104, para obtener un resumen de sus cotizaciones.  El simpatico funcionario jerezano le explicó que, para recibir el documento, tenía que mandar un fax o un e-mail con los siguientes datos: número de la seguridad social, dirección en la que quería recibir el documento y (para cualquier contingencia) un teléfono de contacto.
Sin mucha fe, Antonio realizó la sencilla gestión y, a las dos semanas, recibió el formulario con sus cotizaciones españolas.
A partir de ahí, el trámite fue bien  simple. Hizo llegar el formulario a la dirección siguiente:
Wiener Gebietskrankenkasse, Gruppe EU- und Vertragsstaatenservice,
Wienerbergstraße 15-19 in 1100 Wien, Zimmer E 58
(Aunque también hubiera podido enviarlo por fax al número  60122 2449 o por correo electrónico a la dirección laevs@wgkk.at ).
Ufano, Antonio recibió, al cabo de una semana, la tarjeta sanitaria completa al cabo de poco más de una semana.

Redacción: Paco Bernal
Idea y documentación: D. Figuero

3 comentarios:

amelche dijo...

Pues menos mal, bien está lo que bien acaba.

María dijo...

Es que hay gente muy competente.

Paco Bernal dijo...

Hola!

A Amelche: jajaja. La verdad es que "Antonio" sí.

A María: es que "Antonio" es un tipo que no para hasta que consigue las cosas.

Saludos a las dos :-)