23 de Febrero.- Nunca sabe uno cuánto y cuánto necesita un día libre hasta que le da por cogérselo. Bueno, a mí no me ha dado por cogérmelo, es que tenía que hacer mandaos (como se decía cuando yo era chico); he empezado la mañana en una interviú laboral. Esta vez el entrevistador era del tipo: “Anda, convénceme de que no me estás mintiendo; demuéstrame que no te has dedicado a falsificar tu currículum echándole típex a los papeles”. En fin...A su favor, tengo que decir que, una vez me ha quitado el flexo de la cara, hemos terminado la conversación casi amigablemente. Una vez fuera de la entrevista he caido en la cuenta (he realized, vaya) que estaba en el culo del mundo, así que he decidido acercarme a un lugar más céntrico –y cercano a mi vivienda- para darme un paseo y, por qué no, hacerme un regalo (hale, porque yo lo valgo). El metro me ha dejado en la parada de Stephansplatz (o sea, la de la catedral) y de ahí, me he echado a la calle a ver cómo se lo monta la peña durante una mañana de viernes soleada, aunque un poco fresca para ser primaveral. Y la verdad es que la gente se lo monta de lo más soso, las cosas como son. Cuando llego a casa, con un libro debajo del brazo (un libro gordo, de fotos, que son los que más me gustan), después de poner un poco de orden (parecía que había habido una explosión) me dispongo a leer los periódicos del día y me encuentro con que un personaje llamado Jose María García sigue dando muestras de lo que todos ya sabíamos: o sea, de que padece el síndrome Camilo José Cela. El síndrome Camilo José Cela les aqueja a los famosos que son rebasados por los tiempos y por las circunstancias de su vida. Al bueno de Don Camilo (unas gachas Don camilo? Venga) le aquejó después de ganar el nóbel. Los síntomas más evidentes consisten en un vacío existencial que te lleva a hacer lo que sea con tal de salir en los papeles. Y quien dice en los papeles, dice en los vídeos, o en las entrevistas de Quintero. En el caso de CJC aquello se explicaba perfectamente: una vez que has ganado el nóbel de lo tuyo, ¿Qué más se puede hacer en la vida? En el caso de Jose María García (conocido también por un cierto número de apodos ordinarios que no voy a reproducir aquí), cuando has tenido el poder de que cientos de taxistas españoles (el gremio más carca que existe) te sintonicen para escuchar cómo pones verde a diestro y siniestro, cuando la suerte ha querido que termines retransmitiendo el 23-F –por cierto, tal día como hoy-, cuando otros predicadores, en suma, ya han cogido tu puesto (Fedeguico, ay, Fedeguico) ¿Qué más puedes hacer? Pues contar una serie de cosas que todo el mundo sabe. O es que, a estas horas, ¿Ignoraba alguien la –evidentísima- filiación política de Sáenz de Buruaga? ¿Había alguien que no estuviera al cabo de la calle de que, desde que dejó el páguer, el expresidente del gobierno sufre de saudade? –como, por otra parte, le sucedió a Felipe González en su día-; en fin...Jose María García es un señor que tiene ya bastantes conchas y sabe cómo se fabrica un titular. Lo único que hizo ante Quintero fue hacerlo, y Quintero, que es listo, le dejó hacer. Ahora Jose María García, como Maria José Campanario, como Belén Esteban, se dedicará a hacer las televisiones y los platós contando su historia: una teoría de la conspiración para callarle a él, a la parte más conspícua del Pueblo Soberano, de los taxistas y los camioneros de España a los que tanto quería Encarna Sanchez.
Lo de menos es que Jose María García venga a estas horas con estas películas de indios y estas sombras chinescas. Lo de más, es que, JMG haga estas cosas y encima, tenga público...
Lo de menos es que Jose María García venga a estas horas con estas películas de indios y estas sombras chinescas. Lo de más, es que, JMG haga estas cosas y encima, tenga público...

1 comentario:
Es difícil resistirse a la tentación de la fama en un país tan dado al cotilleo (y donde, al parecer, estos menesteres se pagan bien). En un pseudo-debate sobre periodismo, con ocasión del suceso de la hermana de doña Letizia, un periodista del chascarrillo le dijo a uno de los serios: Lo que os fastidia, en el fondo, es que nosotros ganamos más pasta. De nuevo, todo se reduce a lo de siempre.
Publicar un comentario