Funcionarios


16 de Mayo.- Hoy escribo este blog desde la biblioteca del Instituto Cervantes. Es uno de los sitios de Viena que más me gustan. Principalmente porque las paredes, en dos pisos, están forradas de libros y películas. También resulta un lugar ideal, recóndito (sobre todo por las mañanas) para andar escribiendo los pensamientos de uno, y las historias que, de vez en cuando, le brotan por la cabeza. Como decía en el blog anterior, mis amigos M. y A. han estado visitándome, y por eso he dejado de tener tiempo de contar algunas cosas de la vida de Viena. La verdad es que, salvando el cambio de tiempo (brutal) no han pasado muchas cosas. Bueno, algunas que en España no darían ni para medio telediario sanguinolento y sensacionalista de los que ahora se estilan. Por ejemplo, el ferry que une Viena con Bratislava ha encallado. Nadie sabe cómo, pero el caso es que el barco, modernísimo, se ha empotrado contra una marisma del Danubio. Venían ayer las fotos en la portada del Kronen Zeitung (como no podía ser de otra manera, porque es un periódico de los de foto grande y titular escandaloso) y la verdad es que uno no se podía explicar, con lo ancho que es el Danubio, cómo un bicho tan grande se podía haber metido contra un árbol.
Por lo demás, pues hoy he estado en el AMS (INEM de aquí) para decirle a mi asesora personal (la Frau Friedrich) que he encontrado un bonito trabajo nuevo y que ya no necesitaré sus servicios. En Austria, cuando te apuntas al paro, el AMS te asigna un funcionario sólo para ti (y para varios cientos de personas) que es, como si dijéramos, quien lleva tu expediente y se encarga de darte un tirón de orejas cuando piensa que no estás buscando curro con suficiente diligencia.
La Frau Friedrich es una señora gordita, que tiene plantas en su escritorio y una foto de un dinosaurio. Lleva gafas, es enérgica y tiene en la cara como un herpes o manchas de nacimiento. No se detiene en tonterías aunque es respetuosa con los extranjeros como yo, y les deletrea las cosas si hace falta para luego no tener que hacer trámites innecesarios. Lo cierto es que, durante el último mes, he tenido una buenísima experiencia con los funcionarios austríacos. Por ejemplo, con los de la Seguridad Social, a los que tuve que ir el otro día porque estoy dado de alta con dos números distintos (lo cual es un coñazo a nivel burocrático). Todo vino por el taco que se hacen los aborígenes con mis apellidos. En un lado me llamo Bernal a secas y el otro Bernal mas el apellido de mi madre, con las catastróficas consecuencias a nivel archivístico que se pueden imaginar facilmente. Así que el otro día, descubierta la pifia, me personé en la Gebiets Krankenkasse y allá que me atendió una señora amabilísima que, tras admitir sonriente que no sabía nada de español, me dejó explicarme en alemán (superorgulloso que yo me puse al ver que podía hacerlo con solvencia) y arrugó la boca como la rana Gustavo cuando le mencioné a los funcionarios del AMS que, según ella, se habían sacado la plaza en una tómbola. El caso es que, reunificados mis números, todo parece que está bien (hasta la próxima).
Mi nuevo trabajo consistirá basicamente en viajar mucho. Así que, si todo va bien, a partir de la vuelta del veano, probablemente Viena Directo sea escrito desde Nueva York, Pekín o Quatar. Esos lugares de este planeta terráqueo que siempre usted quiso conocer y nadie le dio la oportunidad…

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Phileas Fogg cabalga de nuevo. ¿Ha encontrado usted un nuevo trabajo o se trata de otra apuesta del Rotary Club? ¿Dónde puedo apostar por usted?
Saludos.

Anónimo dijo...

Vaya, pues me alegro mucho por ti, Paco :) Espero que tengas mucha suerte en tu nueva aventura laboral. Eso sí: queremos seguir disfrutando de Viena Directo, ¿eh?. ¿Qué tal todo? Que ya te he perdido la pista y no te puedo contar mis penas... Un besazo.