Rovinj (Croacia)
21 de Mayo.- Primer día de trabajo que me he pasado estudiando manuales de los productos que me tengo que saber. Es curioso, pero esto de los trabajos es como las reencarnaciones. Cada nuevo empleo es una nueva vida. En fin. Permanecen frescos en mi memoria estos días pasados en Rovinj, de los que dejo fotos. Han sido tres días, pero me han parecido treinta, por lo mucho que he descansado y las pilas que he repuesto. De entre las numerosas impresiones que me ha causado viajar a la antigua Yugoslavia, quiero entresacar algunas. Helas:

-El misterioso romance que une a Croacia y Eslovenia con España y que se manifiesta cuando la radio Croata o Eslovena no cesa de pinchar a cada rato grandes éxitos de ayer, de hoy y de siempre del folklore patrio ¿Quién me iba a mí a decir que, en ese lugar del mundo, iba yo a escuchar a Peret y a su borriquito como tú? ¿Quién que oiría yo en aquellas soledades chiringuiteras la voz de Juan Perro? Como decía La Señorita de Trévelez, me quedé que, si me pinchaban, no me sacaban ni un coágulo.

-La hospitalidad de ese pueblo croata que yo he visto en el amigo Mili, cuyo tío ha sido cocinero de la Guarnición Española en Móstar, cuyos legionarios le regalaron sendas botellas de viño Peñascal que Mili compartió conmigo y mi compañía (además del vino de Peñascal compartió diversos schnaps de la tierra, como uno con muérdago que hubiera podido servir de gasolina a un coche, estos eslavos no veas qué cosas beben, coleguita, hay que ser muy machote; y Mili decía que los húngaros se toman los licores por decilitros)

-La marchosería de los jubilados nórdicos. Me explico. Aunque yo no quiera contar cosas como lo del prepucio de mi blog anterior, que luego me llaman ordinario, pero es que, ciertamente, queridos lectores, la vida me lo pone a huevo (y nunca mejor dicho). Las playas de Croacia no son de arena, ni siquiera de piedrecitas. Como se ve en las fotos, son grandes planchas de roca que, a la manera de las vértebras de un dinosaurio que se hubiera muerto junto a la costa, están amontonadas junto al mar. Concentrado como andaba yo en no partirme la crisma y precipitarme a la mar océana, no había yo prestado atención a un bullicio que había en mi línea de reojo visual. Mis amigos, que saben que yo soy un español conservativo y pudoroso como hay pocos, se gozan y divierten en sacarme los colores. Como decía, estaba yo concentrado en no partirme la crisma cuando me tocan en el hombro: “Paco, Paco, miramos, miramos” –su español es un poco especial- y yo: “ a ver, el qué miramos, al suelo, coño, que me voy a matar (castigo de playas, gensanta)”. Y ellos: “Paco, miramos al hombre” y yo: “A qué hombre”; “a tu derecha, Paco” y a esto que levanto la vista de las rocas y me encuentro sentado en una hamaca a un señor nórdico con semejante costurón en el esternón –operación cardiaca reciente- que está siendo atentamente servido sexualmente hablando por otra señora de su misma edad empeñada en demostrarle sus habilidades bucales. Mis amigos muertos de risa de verme la cara y yo, mu pofesioná: “Qué pasa, las criaturas, que han tenido un apretón” y vuelta con la mochila y la toalla a intentar no partirme la crisma. Pero es que, señoras y señores, ese hombre podía haber tenido un percance. Recién operao y practicando el sexo verbal en la playa ante una asamblea de curiosos. Esto en Benidorm, no pasa, joé. Luego me explicaron que es que los jubilados nórdicos tienen ciertas zonas de la playa de Rovinj para practicar sexo comunal. La verdad es que los que estaban alrededor de los que estaban en plena acción, estos que digo, demostraban un interés bajito tirando a nulo. Igual, mal comparao, que si se hubiera tratado de los pacíficos monos del zoo. Pero ya decía el Guerra (el torero, no el político) que hay gente pa tó. Y qué verdad que es.

Quisiera terminar diciendo que los colores de las fotos no están retocados con photoshop y que Croacia es así de hermosa tora tora y tora.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

que fotos mas bonitas guapo parecen postales un beso cielo

Anónimo dijo...

me uno al comentario del anónimo, las fotos son preciosas. Y que viva el amor a cualquier edad, el sitio, para otra española pudorosa, no es muy indicado, encima con las rocas, uhhhh, un poco incómodo, no? nuria