Miscelanea

24 de Junio.- Hoy, por falta de tiempo -ando liado con mis planes de mi próximo viaje a España- haremos un post miscelanea con las cosas que han ido pasando últimamente.
Por ejemplo, esta: la tarde del jueves Viena y toda la zona de la Baja Austria fue azotada por una tormenta huracanada que llenó los periódicos de Terror (aquí, para modificar el significado de un sustantivo, los periodistas, perezosos como en todas partes, le añaden otro, es como la neolengua de 1984; por ejemplo una Hochzeit a secas, es una boda, pero si se le añade Traum (sueño), formando Traum-Hochzeit, se convierte en una boda de ensueño; lo mismo con Horror, Terror, y sus derivados, que no hace falta traducir).
En cosa de media hora el caos se adueñó de una ciudad que no está preparada para esto y hubo tres muertos. Uno, en el lugar que sale en la foto; conocido ya de mis lectores porque está en el primer distrito. Y es la plaza Am Hoff. Aquí, se cayó una grúa contra un cuartel del ejército -un bonito edificio recién rehabilitado, por cierto- y el conductor de la grúa murióse. Asimismo, una señora que iba tranquilamente conduciendo su coche murió aplastada por un árbol. Yo viví la tormenta en la calle y en un breve trayecto (del metro a mi casa) llegué ensopado. La foto es de ayer. Aún continuaban los trabajos de retirada de la grúa y de los bloques de hormigón que le servían de contrapeso.

Esta chica, disfrazada de falsa boliviana, estaba ayer en el Graben bailando danzas típicas de un país que seguro que nunca ha visitado, dentro de la campaña de Médicos sin Fronteras que se desarrollaba ayer.
Asimismo estos chicos, que pertenecen a un grupo de bailes típicos de la zona levantina del Mediterráneo.

Por último, continuando un poco con la temática de hace dos posts, decir que esta foto está tomada en el lugar en donde estuvo el Hotel Metropol; el cuartel general de la Gestapo en Viena. Ayer, mientras tomaba la foto, por cierto, un padre judío ortodoxo con sus chiquillos se dirigía a una sinagoga cercana. Los niños, con sus gorrillos, sus ricitos colgantes y sus pantalones subidos hasta los sobacos, los pobres, se subían a las escaleras del monumento sin tener ni idea de lo que significaba....En fin, uno no pudo dejar de encontrar simbólico el tema. Asimismo, decir que, por casualidad, descubrí que esa zona está copada por comercios hebreos; hice una compra en uno de ellos y mi compañía, al salir, se sorprendió de que, estando donde habíamos estado, no hubiera regateado para lograr un mejor precio.



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