Violencia cerebral
Se trataba, por fin,/del amor y sus hirientes hojas,/nada nuevo.
19 de Noviembre.- Ya he hablado aquí de mi afición por las tiendas de segunda mano. Bueno: por mi tienda de segunda mano. El lunes pasado encontré, rebuscando entre los DVDs, uno de importación. Se trataba de una edición BBC world de la serie “The long firm” de cuya existencia yo no tenía ni idea. Los trabajadores de la tienda habían decidido darle a los dos discos el bonito precio de tres euros (dos noventa y nueve, para ser exactos) en la confianza de que aquello no lo iban a picar ni los pájaros. No contaban con mi existencia. Me lo compré y es una maravilla, la verdad. Una miniserie de cuatro episodios hecha en 2004 (al mismo tiempo que la televisión pública española hacía Ana y los 7, esa peazo serie que habría que revisar algún día junto con La Casa de los líos).
The Long Firm cuenta las aventuras de Harry Stark, un personaje del hampa londinense de los sesenta, duro, violento, homosexual, fan absoluto de Judy Garland y dueño del club Stardust, que sirve de excusa para reunir a los personajes de las tramas.
Harry Stark -Mark Strong-está rodeado de unos más que solventes actores ingleses, de una calidad de producción más cercana al cine que a la tele, y descansa sobre unos guiones que, en algunos momentos, pierden algo de fuelle, pero que están escritos con competencia y un oficio notable. El resultado es una serie solventísima que no da ninguna vergüenza ver y que huye de todos los tópicos posibles. Narrativamente, también es novedosa (aunque se comprende que, después de ver el último engendro parido por Pedro Ruiz, a uno todo le parezca novedoso).
La serie cuenta la historia de Harry Stark, pero no de una forma lineal, sino utilizando el recurso de cambiar el punto de vista. En cada episodio, vemos a Harry a través de los ojos de un personaje diferente. En el primero, a través de Teddy,un diputado conservador al que Stark soborna con jovencitos para que sirva de hombre de paja en una sociedad fraudulenta. Teddy (interpretado por el inmenso actor shakespiriano Derek Jacobi) es un personaje bondadoso y débil que termina envuelto en una extravagante aventura en Africa.
En el segundo, vemos al personaje a través de una actriz fracasada de las de pelo rubio y cejas negras, a la que Harry Stark acoge y que termina convertida, gracias a él, en la integrante más eficiente y voluntariosa de una red de difusión de porno en la frontera de la legalidad.
En el tercer episodio, un Stark quijotesco investiga la muerte de un joven chapero con la ayuda de un fracasado camello de pastillas borrachín y perdido. En este episodio, Stark se enfrenta con la oscuridad de sus propios fantasmas y ejerce de una especie de ángel de la muerte en el que la violencia más bestia está extrañamente unida a la bondad.
En el episodio que cierra la serie, Harry entabla relación con un sociólogo más rojales por la época y el contexto que porque lo sienta de verdad. No cuento el final para quienes tengan la improbable intención de ver la serie.Por cierto´, detalle de poderío BBC. Una parte del último episodio pasa en Fuengirola. Pues bien: el taxi que lleva a Harry Stark tiene una visible matrícula de Málaga y cuando HS llega a su casa y coge una cerveza es: San Miguel.Uno a cero.Pero, eso sí: sale un chico moreno haciendo de español (un moreno como muy de los Chunguitos) y, aparte de no hablar en un español correcto, lo hace con un acento que hace dudar de con quién habrá tenido relaciones sexuales para conseguir el papel.Empate a uno.
The Long Firm está basada en una novela de un tal Jake Arnott (concretamente en la primera). Me he tomado alguna molestia en investigar sobre este señor y he averiguado que tiene una experiencia laboral que, casi casi, podría compararse con la mía. El pobre ha hecho de todo. A mí me falta el tema de la industria funeraria pero, por lo demás, está claro que los escritores, laboralmente hablando, somos seres de lo más sufrido (que se lo digan a Cervantes o a Borges).
En el DVD echa uno de menos que se hayan tirado un poco el rollo con los extras (al fin y al cabo no trae ni un making que echarse a la retina) pero en este mundo en el que las buenas historias escasean, esta de Harry Stark hace hasta ilusión y por tres euretes...Menos da un canto.
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