La venganza es un plato que se come frío (ñajajá, ñajajá)

¿Queréis tener glamour? Pues aquí es donde váis a empezar a pagar !Con sudor!

En su cabeza se enrosca/ una serpiente amarilla, /y va soñando en el baile/ con galanes de otros días.

18 de Enero.- Un día después de la de Dita von Teese, fue la rueda de prensa de presentación del baile de la ópera 2008.
La nueva organizadora –una buena mujer con pinta de bacaladilla que atiende por Desirée nosecuantos-nosefunken- y el director de la ópera de Viena (un señor algo tronado, con pinta de abusar de algún psicotrópico) estuvieron explicando que va a haber un ballet relacionado con el fútbol y que ya habían confirmado su presencia José Carreras y Nana Moskouri, así como Ana Netrebko, la famosa diva del flamenco, que no se sabe si se cantará unas bulerías para animar el cotarro, como es su costumbre.
A destacar:
Momento en el que uno de los chicos de la prensa le pregunta al director del teatro de la ópera por el precio de la entrada del baile.
El viejecito, mirando con ojos golosos una botellita de schnaps que hay sobre la mesa, dice una cantidad astronómica (me pareció entender 130 jEur, sin consumición) hace una pausa y luego va, y se pone:
-Yo no los pagaría, se lo puedo asegurar.
Ante el visible nerviosismo de la bacaladilla, que reza porque se abra en el suelo un agujero que se la trague.
Otrosí:
La prensa le pregunta a nuestra amiga Desirée por Dita von Teese y entonces ella, que según mis fuentes pertenece a la más empingorotada sociedad, tartamudea y dice que a ella la Von Teese le gefällt gut (o sea, que le gusta, porque le parece una mujer muy hermosa) y que le parece una chica “como muy” de culto (que es una manera de decir que, si se la encontrase en el baño empolvándose la nariz, disimularía su asombro educadamente,como si hubiera visto un marciano) y, ante el silencio del reportero, la tipa se lanza y dice que le da mucha alegría que este año Lugner vaya a traer al baile a una mujer de verdad, en vez de a una chiquilicuatre (por Paris Hilton).
No se sabe si Desirée continuó cubriéndose de gloria, porque ahí le hicieron el favor de cortar la entrevista. Lo que sí que puedo decir es que la pobre bacaladilla estaba hecha un manojito de nervios, la criatura.
Nada que ver con la anterior organizadora del evento, la amerikanerin casada con el (difunto) dueño del hotel Sacher, y por ello Frau Gürtler, que posa tan sencilla en la siguiente instantánea:

Foto: blende.at
La defensora a ultranza del correcto uso de la paleta de pescado (decíamos ayer) también compareció ante los masa media para darle el relevo a Desirée y desearle alles gute y que se fuera por la sombra.
Sonreía la muy cuca de medio ladín, con pinta de profesora mala de película de Harry Potter, enfundada en un correctísimo traje de chaqueta de esos espartanos (aunque femeninos) que tanto le gustaban a Coco Chanel:

-Madame, hágame un uniforme que pueda llevar hasta el día de mi muerte.

Después de ver el comportamiento del director de la ópera, entendí perfectamente por qué aquella dama había decidido declinar el honor (y la responsabilidad) de organizar el evento anual que marca el punto álgido de la temporada social austriaca. También compadecí a la pobre Desirée que, sin duda, había aceptado sin saber lo que se le venía encima.
Mientras la bacaladilla luchaba a sonrisa partida por mantener la calma ante los flashes, a la americana le brillaban los ojos como si estuviese saboreando quién sabe qué venganza.

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