El actor Miroslav Táborský, del que se habla más abajo
Alf en Ruanda

A este que admiramos en luciente, /Émulo del diamante, limpio acero,/ Igual nos le dio España caballero /Que de la guerra Flandes rayo ardiente.


11 de Febrero.- Una de las cosas que más me gusta en esta vida es conocer gente nueva.
Por eso, este fin de semana me lo he pasado muy bien.
Antes de seguir quisiera decir que, últimamente, y debido en parte a este blog, me he interesado mucho por la estructura de las redes sociales. Existen constelaciones de personas, unidas por intereses o circunstancias comunes, que forman una red. Estas redes, a las que todos pertenecemos, siempre tienen una ventana al exterior, que suele ser un indivíduo en particular, que es capaz de servir de puente entre constelaciones de personas muy diferentes. Mi amigo A. es uno de esos conectores.
Pues bien: A. decidió que uno de sus propósitos de año nuevo sería cuidar más a sus amistades. Y su método de hacerlo ha sido organizar una reunión semanal, los viernes, e invitar a parte de sus amigos a tomar cafelete y bollos (eso al principio: porque al final terminamos todos en champán).
El viernes pasado, estuvimos, aparte de mí mismo, un periodista sagaz, una fisioterapeuta berlinesa enamorada de las situaciones límite (voluntaria en Ruanda, próxima parada Irán) y una soprano checa especializada en papeles Wagnerianos. Sólo tenías que tirar una piedra cualquiera al pequeño estanque de la conversación para disfrutar con las ondas que producías (si se me permite la metáfora).
En estas reuniones siempre salen anécdotas que ilustran cómo es este mundo en que vivimos. Una de ellas fue la siguiente.
Contaba la fisioperapeuta que, durante su voluntariado en Ruanda, un habitante de ese país le pidió ver un casette de video que ella llevaba como material educativo o vete tú a saber. El caso es que en el casette había grabados cuatro o cinco episodios de Alf. El ruandés se sentó disciplinadamente enfrente del renqueante equipo de video y, durante más de una hora, asistió a las idas y venidas de la familia americana que tenía al extraterrestre en régimen de acogida.
Al final, su impresión fue esta:

-Es curioso que en las casas americanas la gente no solo puede hablar, sino que, además, comen.

Ayer por la tarde, también invitado en casa de mi amigo L. topé con M., que había estado viviendo en España debido a sus estudios. Una hombre de rostro simpático, sonriente, que hablaba muy rápido en alemán con acento del este. Recordaba un poco, en más guapo, a un personaje de ficción al que yo le tengo mucho cariño: Vaslav, el traductor de “La niña de tus ojos”, para quien haya visto la película el actor checo Miroslav Táborský,( y para quien no, he aquí la foto).
Como la impresión de los extranjeros sobre mi país me interesa mucho le hice varias preguntas. Reproduzco aquí, condensadas, las respuestas.

-¿Por qué te fuiste a España?

-Porque estaba de Erasmus. Terminé en España mis estudios universitarios.

-¿Por qué te fuiste de España?

-Acabé mis estudios y...Bueno.

-¿Volverías? ¿Dirías que en España se vive bien?

-Volvería, pero no para vivir. La calidad de vida tiene muchas facetas. Por un lado, en España hay calidad de vida porque para la gente es muy importante la familia y los amigos. En ese aspecto, la calidad de vida es buena. Aquí en Austria, los aspectos sociales no son muy perfectos. Pero también la calidad de vida es la cosa económica. En Austria se gana más y los precios son más baratos. Esto es muy importante para una persona como yo, que soy solo. En Austria somos muy individuales. Una persona sola en Austria puede sobrevivir porque la estructura del estado es muy buena. Para alquileres, pisos, el sistema sanitario...Pero en España, eso no es así.

Y sobre la estructura de la familia:

-En España los hijos son lo más importante del mundo y los padres les ayudan mucho. Aquí eso no es tanto así. Por ejemplo, si yo quiero comprar un piso en España, pero mis padres no firman por mí...

Además de llamarme la atención el uso del verbo ser mas el adjetivo solo era curioso como M. cambiaba al hablar en español, de la persona burbujeante y risueña que es en alemán, a un tono de voz cuidadoso, bastante bajo, los sonidos “zeta” y las “ct” (como en “estructura”) cuidadosamente remarcados.
Como Vaslav, vaya.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me alegra leer eso de que te encanta conocer gente, porque dentro de nada... nos toca! :-)

con Ka dijo...

Es bueno que nos hablen de nuestro país 'desde fuera', porque es la única manera de conocerlo de verdad.

Gracias por el link, por cierto ;)

Paco Bernal dijo...

Hola!
(Ay, qué retraso tengo contestando comentarios). A ver:
a Miriam: mándame un correo con cuando llegas y así yo te mando mi teléfono para que nos podamos localizar en Viena. Ya contaremos cómo ha ido esa cumbre blogera :-)
a Karmele: para mí es muy interesante que me hablen de España gentes que no son españoles. Porque, como tú dices, es la forma de conocernos. A veces, dicen cosas superinteresantes de las que nosotros, ni nos damos cuenta.
Lo del link no es nada, noblesse oblige :-) jejeje. Además, es interesante compartir lo que a uno le parece interesante. Por cierto, muy bonita la foto de mi postal :-)
Saludines a las dos,
P.