Darle a la lengua

12 de Septiembre.- Estoy empezando a escribir en alemán y, la verdad, es una experiencia extraña. Sobre todo para alguien que, como yo, aspira a hacer de la escritura su profesión. Al hablar del tema con un amigo le decía que era como ir por la vida con guantes. Uno pierde el sentido del peso, de la medida, de la rugosidad o suavidad de las cosas. Igual al escribir en un idioma que no es el tuyo pierdes la noción del valor de cambio de las palabras. De pronto, tu equipaje linguístico desparece y no sabes si escribes como un niño de primaria o como un profesor (bueno, eso es fácil saber que no), o como la señora que te vende los schnitzels. Tu voz desaparece detrás de un conjunto de expresiones prefabricadas. Tu discurso se convierte en un frankenstein de retazos de conversaciones escuchadas en programas de televisión.
El lenguaje dice tanto de nosotros...Nuestra clase social, nuestro nivel educativo. Es el reflejo más exacto posible de nuestra manera de aprehender la realidad. Sin él somos vulnerables, estamos desnudos. Permanecemos impenetrables a la curiosidad ajena. Nadie más apátrida que el que no tiene un idioma que le ladre.
Uno de los faracasos más constantes de los españoles a lo largo de nuestra historia es que no hemos sabido convertir nuestra lengua, tan sonora, tan hermosa, en un vehículo eficaz de transmisión de cultura. Quizá porque el producto de los caletres de nuestros intelectuales (sobre todo en los últimos siglos) no ha sido lo que se dice brillante. Sin embargo contamos con un instrumento precioso para la difusión del pensamiento.
(Qué pena que los austriacos –salvo excepciones- no se den por enterados).

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues me ha recordado al caso de una chica catalana (Laia), que se marchó a vivir fuera (Holanda) hace ya unos diez años. Bueno, en realidad fue de Erasmus, volvió aquí, se quedó con ganas de más y se marchó otra vez a Holanda para aprender holandés y pasar más tiempo allí. Casualidades de la vida, recuperó un texto que escribió cuando era una adolescente (unos 10 años, creo) y lo continuó en holandés (cuando ya lo dominaba más). Encontró un trabajo y unos horarios compatibles con la vida privada (Europa, claro) y lo terminó después de que un editor se entusiasmara con los primeros capítulos. La chica ha tenido un éxito impresionante en Holanda (dice que también motivado por aquella cosa de que es una catalana que escribe en holandés)y el libro se ha traducido a otros idiomas (danés, catalán, castellano, francés, italiano, y noruego). En Holanda ha sido toda una revelación y hombre, desde aquí es un orgullo que nuestra cultura se difunda por tierras Europeas. Y creo que es de tu quinta más o menos. O sea que ya sabes... igual podrías ser tú otro caso. Lo de los idiomas es genial, pero a estas alturas me cuesta horrores.

Paco Bernal dijo...

Hola!
Pues me alegro que esta chica se haya convertido en un fenómeno editorial. De momento, mis esfuerzos van en direcciones más humildes (cartas y cosas).
Eso sí, me intriga la insistencia en tu comentario del adjetivo "catalán"...¿Los personajes del libro de esta chica van con la barretina puesta? En un mundo globalizado como este en el que vivimos ¿En qué se distingue "lo catalán"? Y conste antes de nada que soy un catalanófilo irredento. Tengo muchos amigos catalanes e incluso entiendo el idioma, aunque no lo hable, como demuestra la lista de favoritos de este blog. Pero lo del nacionalismo, no lo entiendo.
Saludetes,
P.

Anónimo dijo...

Chico, si es catalana no voy a poner que es andaluza, ¿no crees? Lo mismo que si hubiera hablado de una persona de Viena: si es de Viena, no voy a decir que es de Vorarlberg. Pues lo mismo en este caso. Para usar el adjetivo "catalán" no hace falta que los personajes vayan con barretina. ¿O crees que los catalanes vamos así por la calle? El libro se centra en una etapa concreta de la historia de nuestro país, pero contando específicamente cómo vivió la sociedad catalana dicha época. Simplemente he dicho eso: una catalana que ha escrito un libro en Holandés y ha tenido éxito. Punto. Si tú quieres ver nacionalismo en mi comentario, eres muy libre de hacerlo. Pero vamos... si lo prefieres, diré que es una española de tomo y lomo. No sé qué pinta la globalización en todo esto, pero bueno.

JOAKO dijo...

De acuerdo con que el lenguaje es uno de nuestros pasaportes, el más revelador de nuestras caracteristicas, para una persona inteligente basta oir a alguién un rato para poder aventurar muchas cosas de él. Lo de la trifulca del adjetivo "catalan", pues que quereis que os diga, a mi nunca se me hubiera ocurrido decir "Madrileña" si es que fuese el caso, yo soy de madrid y nunca lo hago, en realidad ese es un sintoma de lo que hablamos, un detalle que un alemán que habalse y escribiese en Castellano probalemente se le escaparía.

Paco Bernal dijo...

Hola!
Yo también soy de Madrid y por eso el adjetivo me canta tanto...Pero vamos, no tengo nada en contra de Cataluna ni nada. Faltaría más.
Saludos