Una fotografía ilegal

28 de Octubre.- Me gusta esta fotografía porque es contundente, escueta e informativa. Muestra el estado en que quedó el coche de Jörg Haider justo después de tener el accidente que le costó la vida. El máximo ejemplo de uno de mis dogmas de fe como fotógrafo: una imagen es, ante todo, un momento del tiempo. Es involuntariamente magistral: los policías rodeando el coche, la luz blanca que delimita las figuras, la textura un poco granulada...
También me gusta esta fotografía por otra razón: hoy he sabido por el periódico que, el funcionario que la hizo con su cámara privada y luego intentó venderla a varios medios de comunicación, ha sido suspendido. Esta fotografía es, pues, el cuerpo del delito del consabido debate: ¿La publicación de imágenes macabras de un accidente de coche, aunque el protagonista haya sido un político famoso, es justificable? Desde el punto de vista del informador: ¿Mostrar los sesos de Jörg Haider en el salpicadero del coche añade algo a la información, hasta qué punto es defendible la publicación de imágenes como esta?
En España hemos tenido casos parecidos -algunos, comentados en este blog- y el trato ha variado mucho dependiendo de la simpatía pública de que goce la persona que clama por la privacidad de sus miserias.
En el caso de la hermana de la Princesa de Asturias, Telma Ortiz -señora que no parece gozar de un natural afable, simpático ni modesto, según mis lectores más conspícuos- el veredicto general ha sido que, puesto que es persona pública, debe apechugar con las servidumbres de su fama, al igual que utiliza esa fama (o el reflejo de la ajena) en beneficio propio. Sin embargo, fue unánime la repulsa que suscitaron las fotografías publicadas en internet de los restos de las víctimas de los atentados de Atocha.
En España se publican todos los días imágenes que violan la intimidad de las personas, que no sólo degradan a quien las produce, o a quien las comercializa, sino también, y no nos engañemos, a los espectadores. Producen ruido, información inútil y, es más, desgastan el escaso poso ético que nos va quedando. Convierten a la gente en monigotes, en figuras de cartulina recortadas. Todos nos sentimos seguros amparados en la masa pero no pensamos que, algún día, en ese inmenso aquelarre de vecinas malas en el que se ha convertido el mundo, nosotros mismos podemos ser las víctimas.
La pregunta es: si el fallecido hubiera sido nuestro padre, nuestro amigo, nuestro hermano, nuestro primo, nuestro amor ¿Qué nos parecería que se publicasen las fotografías o que las imágenes abriesen un telediario?

3 comentarios:

JOAKO dijo...

Paco estas atrasado en la información, Gonzalo Miró a ganado su querella, porque entre otras cosas la presentó mucho mejor que Thelma.
En cuanto a Heider, mira aquí, piensa que es un blog de humor salvaje:
http://www.mimesacojea.com/2008/10/el-bueno-de-jrg.html

amelche dijo...

Tienes razón, ¿dónde están los límites de la información? Telma Ortiz tal vez pierda la razón por las formas, pero pienso que, en gran parte, tiene mucha razón. Eso sí, si mi hermana se casa con el príncipe, la mato, porque me habría hecho una gran faena. Sólo me faltaban los fotógrafos detrás cuando salgo sin peinar y en chándal a bajar los cartones a reciclar porque, total, el contenedor está en la esquina. Ya tengo bastante con los alumnos y sus padres, que siempre me los encuentro en el momento en que más desastrada voy. Tendré que salir de casa como si viniera de la peluquería y fuera a una boda. :-)

Paco Bernal dijo...

Hola: Gracias por vuestros comentarios.
A Joako: Gonzalo Miró ha ganado su querella y muy bien que me parece; y la pobre de Telma es que andará mal asesorada la mujer jajaja. Lo del humor salvaje también me ha gustado.
A Amelche: yo a mi hermano también le he prohibido acercarse a ninguna famosa por dos motivos a) porque mi cuñada vale su peso en oro y b)porque yo el tema de los paparazzis y los masa media -como decía Chus Lampreave- lo llevaría fatal. Eso de salir en la lista de los mejor/peor vestidos...Puf! Qué perezón.
Saludetes :-)