The killers , "Humans", una canción que me mola

El muro de silencio

3 de Diciembre.- Querida sobrina: las noticias quem e llegan de Madrid indican que tanto tus padres como tus abuelos están empezando a desearle a Emilio Aragón (padre) una muerte lenta y dolorosa. Porque has descubierto youtube y te pasas el rato pidiendo que una versión virtual de Miliki (el pobre no está para otros trotes) te hable de la incontinencia de la gallina turuleta (que pone huevos en la sala y también en la cocina, pero nunca los pone en el corral) o te diga que su barba tiene tres pelos.
Tu tío mismo, muchas veces, va canturreando por esos metros vieneses lo de “cuando te digo china china china del alma, tú me contestas chinito de amol”. Y es que tu tío tampoco es inmune al poderío del emporio Aragón.
Hoy quisiera compartir contigo una problemática que, posiblmente, y contando con que salgas un poco a tu padre (y a tu tío) sufrirás tú también. No quiero pues que te sientas sola y me gustaría ponerte en antecedentes, por si las moscas.
Como es de dominio público gracias a este blog, nuestra familia es una descojonación. Tenemos nuestros más y nuestros menos, claro, pero puede decirse que nuestro pasatiempo favorito es reirnos los unos con los otros. Atiende a esta preposición, sobrina, porque es importante. No nos reimos los unos DE los otros, sino los unos CON los otros.
Cuando empieces a salir de casa quizá te pase como a mí y, en cuando empieces a cogerle cariño a la gente, te dará por reirte con ellos. Descubirás que es una cosa que no todo el mundo entiende.
Como creo que ya he dicho aquí, los que hacemos reir a los demás también tenemos nuestra cruz. Primero, que nadie nos toma en serio. Y después que ofrecemos a los demás nuestra vida para que se rían con ella (porque de todos es sabido que las coñas sobre cosas abstractas no tienen maldita la gracia).
A mí me pasa muchas veces Ainara, después de terminar una reunión con amigos, que siento esa tristeza que se experimenta cuando se disuelve la euforia del alcohol. Y me pregunto muy desazonado si no me habré pasado y qué pensará de mí la gente. Me refiero a esa gente más normal que yo, que no hace coñas con las miserias de sus seres queridos (ni tampoco hace coñas con sus propias miserias, aceptémoslo). Y por lo tanto no entienden que es muy difícil dejar que la realidad te estropee un buen chiste. Me siento a veces, y esta no es broma, como si mi vida estuviese en un escaparate. Vulnerable, preparada para que culaquier desaprensivo pueda hacer con ella lo que quiera. Y no solo con mi vida, sino también con la de los que quiero y que, al fin y al cabo, no tienen la culpa de que yo tenga la boca tan grande. En esas ocasiones, a solas conmigo mismo, siento un gran arrepentimiento y hago propósito de enmienda (que me dura lo que tardo en tener un público, aunque sea unipersonal).
Hasta aquí las lamentaciones. Porque hace unos años descubrí que, a pesar de todo, la gente opina de tu tío que es una persona reservada. Un ser que tapa muy bien sus secretos y que nunca da puntada sin hilo. Quizá sea porque las coñas sólo las hago con cosas inofensivas. En mi vida, las cosas realmente importantes están escondidas detrás de un muro de silencio.
Besos de tu tío.

7 comentarios:

amelche dijo...

¡Por Dios y por la Virgen (Jesus, Mary, Joseph!, que dirían los irlandeses) que me encantaría verte por un agujerito mientras cantas esas cosas por los metros vieneses! ¡Ja,ja,ja!

JOAKO dijo...

Te llegó hondo lo de la "puntada sin hilo".
Yo soy también de chifla fácil, y aunque con el tiempo me he ateperado soy de los de chiste facil y de reirme de todo.
Te entiendo y comparto lo de el canturreo incomprensible para los que me rodean, pero como yo no vivo en Viena, pues tengo que afinar, no me suelen fallar canciones como las sevillanas de Pepe da Rosa (Han robao un camión de chirimoyas/ aquí el teniente Koyak...) o aquella que dice "...La loles, la loles eeeeel conejo de la loles...", en fin tal vez si me enseñases una canción vienesa podría causar el mismo efecto en el metro de Madrid, aunque ahora que lo pienso siempre podré cantar alguna de "Sonrisas y lágrimas" de las raras.

Mrs Jones dijo...

Iba a comentar algo más inteligente y elaborado, pero al leer el comentario anterior me han entrado unas ganas enormes de ver "Sonrisas y lágrimas" y de ir a Salzburgo a bailar por las calles.

Paco Bernal dijo...

Hola a todos!
Gracias por vuestros comentarios.
A Amelche: uy! Yo canturreo mucho, y la del chinito de amol es porque me recuerda a mi sobrina jajaja. Pero me sé muchas canciones.
A Joako: lo de la puntada sin hilo es una cosa que me llegó hondo, sí. Porque yo no tenía (ni tengo, la verdad) conciencia de ser así. Qué curioso, a mí las sevillanas de los cuatro detectives también me gustaban. Las tenía mi padre en una casette "Las cosas de Pepe da Rosa" se llamaba.
A Mrs. Robinson: Sonrisas y Lagrimas es una peli que siempre conviene revisar. No te cortes, a mí me mola muchísimo (no se lo digas a nadie, pero me compré el año pasado en Müller la edición especial de dos DVDs con la caja de lata y tó, y me la pongo mientras plancho jajaja).
Saludos a todos,
P.

JOAKO dijo...

Planchas con sonrisas y lágrimas y tienes gatos...¡ummmmm!

Paco Bernal dijo...

Joako! Ya veo que se te ha caido un mito jajaja. De todas maneras también plancho con "La semilla del diablo" y con "El resplandor" (es curioso pero para planchar prefiero las pelis de miedo).En cuanto a los gatos, tengo efectivamente dos: Pauli y Sofía.
Cuidate

JOAKO dijo...

El mito sigue intacto, quería ser un comentario jocoso, pero como el tuyo de la Barranquillas (que realmente no me sonó ni in apropiado ni ofensivo)tal vez es la dificultad del canal, en realidad puedes sentir que "metes la pata con tan poco". Un abrazo Francisco Javier