Descubriendo el troglodita que hay en mí
NHM

9 de Febrero.- Lo que tiene el invierno es que estimula las neuronas –mayormente, porque, debido al frío, tienes que hacer cosas que sean bajo techado-. Por ejemplo (un, dos, tres, responda otra vez): ir a los museos.
-Ir a los museos.
-¡Se calle, hombre, que estoy hablando yo!
-Ah, vale.
Pues eso: ir a los museos. Ayer, para recuperarme de la noche en el más allá (que, como decía mi dentista argentina de España, sarna con gusto no pica, pero mortifica) y para huir de los churrascos de aguanieve que caían inmisericordemente del firmamento cielo, me metí en el Naturhistorisches Museum o Museo de Historia Natural, que aún no había visitado. Y noté unas cuantas cosas que quisiera compartir con mis lectores:
a) Un museo del tamaño del NHM hay que verlo por partes. O sea, que intentar verlo todo y enterarse es darse una panzada de cultura que, a la larga y a la corta, resulta contraproducente;
b) los museos en Austria molan porque están pensados para que la gente, niños en particular, aprendan cosas. Es un gusto, repito, UN GUSTO, ver cómo casi en cada sala hay actividades para que los críos interactúen con los objetos y los conocimientos que se exponen en el museo. Todo para intentar que no se convierta en un almacén de cachivaches que pertenecen al Patrimonio del país; por ejemplo: lugares en donde los chicos pueden hacer modelos de plastilina de los animales, o manejar microscopios, o hacerse fotos, como la que encabeza estas líneas.
c) en el NHM hay una parte rara que, casualmente, es la que a mí más me gusta: además de referirse a los animales a los que nos esforzamos tanto en hacerles la puñeta, el NHM tiene una sección muy amplia (más de un 25% del total, diría yo) referida a los primeros pasos de la civilización. En el marco de esta colección permanente está expuesta la Venus de Willendorf, que hace poco que ha vuelto de donde la descubrieron, en donde estaba prestada. Una de las cosas que llama la atención, por cierto, es que es muy pequeña. O sea, que la estatuilla cabe en la palma de una mano. Alrededor de la figura hay fotografías y vídeos que enseñan cómo la hicieron sus artífices y resultan muy didáctico. También es espectacular la colección de fósiles que tiene el museo y los esqueletos de dinosaurios. Como en todos los museos de historia natural, la parte más tristecilla es la de las bestias disecadas (es una herencia de aquella época, la Ilustración, en la que los museos eran un poco depósitos de saber y otro poco gabinete de curiosidades), produce un poco de melancolía la mirada perdida de los ojos de cristal de los leones rellenos de gutapercha o los pájaros, de brillante plumaje, desplegando sus alas un tanto apolilladas. O los corales tiesos, iluminados con ondas marinas artificiales para prestarles una apariencia de vida. O los peces gigantes, con una textura como de papier maché.
La lluvia rodaba por los cristales de los altos ventanales pero ni la chavalería (ni yo) nos dábamos cuenta.

5 comentarios:

Marona dijo...

¡Buenos días! Es cierto que el NHM es una gozada y que la venus decepciona por su tamaño llavero. La foto me recuerda a una que yo me hice con una cota de malla en el castillo de Mauterndorf (salvando las distancias, claro, que la tuya es elegancia pura comparada con mi pinta de "Igor"), ¡cómo se llegaron a reir de mí mis colegas cuando se la enseñé! :D:D:D

Jorge dijo...

Yo la visión que tengo del NHM es un capítulo de REX que pude ver aquí en España donde toda la acción se desarrollaba dentro del museo. Muy curioso. Y muy bonito.

Anónimo dijo...

¡Qué envidia! Por allí no he paseado, pero por Londres sí y todavía me dura la impresión.

Paco Bernal dijo...

Hola!
Gracias por vuestros comentarios.
A Mar: la verdad es que lo de la foto me pareció un detallazo, yo no quería pero la compañía insistió tanto en inmortalizarme...que no me pude negar :-)
A Gio: me acuerdo yo también de ese capítulo, y no se me quitaba de la cabeza ayer mientras recorría las salas. Está todo más o menos igual que en la tele. Es impresionante.
Saludos,

Paco Bernal dijo...

Hola María (estaba publicando el comentario cuando has puesto el tuyo): la verdad es que los museos de Londres son impresionantes. A mí el que más me gustó fue el Victoria & Albert. La National Gallery, comparada con nuestro Prado...En fin :-)