Herr Joseph Bucher (BZÖ) el amigo de los niños
Ejemplos de Real Politik

3 de Diciembre.- San Francisco Javier (o sea, mi santo). Una de las cosas que más mola de Austria es que, cuando los políticos van a la tele van “a dejarse la piel en el pellejo” (Mazagatos dixit).

La otra noche estuve viendo el programa Report, que emite la segunda cadena de la ORF y que es el equivalente (en riguroso) del Informe Semanal español.

Se hablaba en esta emisión del Bundesland de Carintia un año después de la muerte de su presidente más famoso: Jörg Haider. Se explicaba que no era extraño que los Carintios le hubieran querido tanto: Haider había pagado bastante caro por ese amor, llenando los bolsillos de mucha gente y organizando diferentes cuchipandas propagandísticas con él como protagonista, por lo cual la deuda del Bundesland ha alcanzado unos niveles récord (y subiendo).

Al objeto de obtener liquidez, las diferentes administraciones Haider enajenaron el patrimonio de Bundesland en una carrera que se ha revelado insensata. Incluso, se desprendieron del banco Hypo Alpe-Adria, la joya de la corona de Carintia, para obtener la inyección urgente de fondos que necesitaban para mantener el fastuoso nivel de gasto que mantenía turgentes los niveles de popularidad del difunto.

Lo malo es que, hoy por hoy, el banco vendido se encuentra con el agua al cuello –como muchos, por otra parte- y el Estado austriaco se verá en la obligación de inyectar fondos para enjugar unas pérdidas que amenazan no sólo la viabilidad de toda la región.

Y aquí es donde enlazo con el comienzo.

La presentadora de Report invitó al estudio a Herr Bucher, sucesor de Haider al frente del BZÖ (Alianza por el futuro de Austria) para que, como empresario y como político, explicara, “qué invento es este” de decir que vendes un banco para librar a la administración de un peso y, al cabo de dos años, pedir que la administración te dé unos eurillos por amor de Dios. Así: sin paños calientes.


Se reveló entonces que Herr Bucher se parece a aquel monstruo de dos cabezas que salía en Barrio Sésamo. Como un bicéfalo de peluche, la cabeza empresaria abogaba por la aplicación contundente de recetas neoliberales, mientras que la cabeza política defendía la dudosa gestión financiera de sus compañeros de partido al frente del gobierno de Carintia. Por supuesto: críticas a Haider verbotten.


Lo malo es que las dos cabezas no conseguían ponerse de acuerdo y, cuando la presentadora preguntaba, Bucher se afanaba en defender lo indefendible, como un bombero patoso que estuviera todo el rato pisándose la manguera.

Todo lo cual resultaba un espectáculo de lo más clarificador (aparte de involuntariamente cómico).

1 comentario:

JOAKO dijo...

El político malo intenta nadar y guardar la ropa, el bueno sabe que tiene que decir cosas que no gustan, y las dice, pero somos los electores los que no debemos perdonar la incoerencia.Porque si seguimos perdonando incoerencias, al final decir la verdad basada en ideas y no en "real Politik", no significará nada, tan solo que el político en cuestión, en lugar de honrado es tonto.