La canción de los piratas (foto: www.tuswalpapersgratis.com)
Bajo el signo de libra

4 de Diciembre.- Como muchos de mis lectores saben, antes de ayer el Gobierno español  incluyó en un macroproyecto de ley una serie de medidas en contra de la piratería (!?). En fin. Era un lugar como cualquier otro. Y, de hecho, muchos podrían decir que a buenas horas mangas verdes, porque ya diferentes organismos internacionales nos habían llamado la atención a propósito de la excesiva afición de los españoles a este hobby.


El clamor entre los internautas ha pretendido ser universal. Aunque, desde mi punto de vista, falaz y con altas dosis de demagogia. Como nadie sensato puede protestar por robar lo que no es suyo, se ha elaborado un manifiesto en el que se protesta por los métodos del Gobierno para atajar el problema. Principalmente por la posibilidad de cerrar una web sin necesidad de una autorización judicial.


Toda esta cuestión a mí me ha suscitado una serie de reflexiones que quisiera compartir con mis lectores:

-Robar contenidos de la red, aparte de feo, está mal, entre otras cosas porque perjudica a los propietarios legítimos de esos contenidos (por ejemplo, a mí, si alguna vez escribo un libro y la gente no le sale de las gónadas pagar por él). Sin embargo, como consumidores, no tenemos la percepción de que, cuando nos bajamos el último episodio de nuestra serie favorita, estemos haciendo nada malo. Es más: nos parece que es nuestro derecho ¿Por qué? Estos días atrás, incluso he leido varios comentarios en los que se decía que “la cultura debe ser gratis” ¿Desde cuándo? Como dice mi amigo O. ¿No sería más lógico que, puestos a poner algo gratis, fuera el pan y la leche?


-Y si sólo fuera esto: los artículos robados de internet no pagan impuestos. Y con el dinero que se defrauda (una ingente cantidad) se podrían hacer carreteras, hospitales, escuelas o universidades... Incluso, ayudar a la creación cultural que, según los protestantes, se encuentra amenazada por la ley antipiratería (lo cual, por otra parte, es como decir que los que venden polos de Lacoste falsos ayudan a la difusión de la moda).

-Bajo todo este problema, y derivado de lo anterior, subyace que todos pensamos que, quien canta, quien escribe, quien actúa, no hace ningún esfuerzo. Y que, si lo hace, es lúdico y, por lo tanto, menos digno de consideración y de pago. Los consumidores de cultura no ven a los productores como trabajadores. Por lo tanto, tienen la sensación de estar robando a millonarios. Y quien roba a un millonario, en el imaginario español, tiene cien años de perdón.


-La piratería en internet, por lo menos en España, enlaza con otra característica que, desde que viene al mundo, el españolito tiene tatuada en las meninges: la cultura se considera un bien público, y lo público no es de nadie. Esta regla vale tanto para las canciones de Chenoa como para las piscinas públicas o los polideportivos o las papeleras, no existe la noción “bien común”. Y así nos va.

Lanzo estas reflexiones porque creo que hace falta re-equilibrar el debate.

Y como hay cosas que yo no he sabido decir pero que otros han dicho muchísimo mejor, aquí dejo este link.


Y este otro:

14 comentarios:

m. dijo...

Bueeenooooo, con la piratería hemos topado. Me han puesto verde (de hecho, me han puesto como el arco iris) por mi postura con respecto a este tema. Pero bueno.

1) Yo lo que veo es que en España nos gusta la música pero no pagar por ella. Mi 'contabilidad' de este año refleja que he comprado un total de 26 discos: algunos nuevos (me refiero a que han salido este año) y, otros, antiguos (por ejemplo uno de 1995 y que no tenía 'original' porque no se comercializcó en España). Pues bien: cuando les digo esto a mis amigos me miran con cara de estar viendo un ser de otro planeta. 'Ah.. ¿pero es que compras discos?'. Pues sí.

2) Lo que hace la SGAE me parece aberrante (cobrar un impuesto abusivo a una señora que tiene una emisora musical sintonizada en su peluquería). El famoso y polémico canon no me termina de gustar, pero eso no legitima a nadie a las descargas indiscriminadas. Es lo mismo que si yo digo que, como en el súper los productos llevan un pequeño 'añadido' en previsión de los robos que van a tener, eso me legitima a mangar mi cesta de la compra. Pues no. Eso sí: lo de la SGAE clama al cielo.

3) En España es verdad que los discos son MUY CAROS. No, la música en España no es barata. Me quedé alucinada cuando me compré un par de discos en Austria (que acababan de salir al mercado) y me costaron 13 euros (más o menos). Lo miré también en España (por curiosidad) y me pedían 17 por uno y 21 por el otro. Hombre, ¡por favor! Eso por no hablar del salario de España y el salario de Austria. No fastidiemos: la música, en España, es cara. Por eso yo compro por Internet (más que nada porque el 98% de lo que me gusta no se vende en España).

4) En España, el hecho de pagar por la música, se percibe como algo raro. Y a ver: no voy a ser hipócrita. Por supuesto que me he bajado música de Internet sin pagar un duro. Y, si el disco me gusta, me lo compro. Y mis amigos dicen: '¿¿Te lo bajas y lo compras??'. Pues sí: si el disco me gusta, lo compro. Es como la ropa: me pruebo unos pantalones y, si me gustan, los compro. De lo contrario, no. El problema es que mucha gente baja.

5) El argumento de 'No quiero pagar por un disco entero cuando sólo me gusta una canción' no me vale. En Internet tienes páginas de descarga legal que te permiten hacerte discos a tu medida. Si del disco de Fulano sólo te gusta una canción, la compras por menos de un euro y listos. ¿Es caro? Yo creo que no. Más caras me parecen otras cosas a las que la gente se lanza de cabeza.

6) Internet no es Satanás. Sirve para que puedas tener cosas que, de otro modo, no tendrías. Hay material descatalogado o que se vende a un precio abusivo . Pero también me he comprado discos a precio de ganga. Ayer mismo, uno del año 96, cinco euros (gastos de envío inclusive).

7) Perdón por el rollo. Sé que mucha gente discrepará conmigo, pero es lo que pienso. Y no, lo de 'bajar el precio de los discos' (que se debería hacer) no serviría de nada. La gente bajaría igual. Si lo pueden tener gratis, no pagarán por ello. Lo de las series... mmm: es otro tema. Es como si no las puedo ver y me las grabo. De hecho, muchas cadenas las cuelgan gratis en su web.

Saludos.

JOAKO dijo...

Yo he colgado el dichoso manifiesto en mi blog, y lo he hecho principalmente porque me parece aberrante el que se salten derechos fundamentales a "la torera", o por lo menos tengan proyecto de hacerlo.
Actualmente estoy pagando, a plazos, mis multas detrafico de los últimos años, multas que nohabía pagado por no haberlas recibido al haber cambiado de residencia y no haberlo notificado en tráfico, ascienden a 1500 eurazos, y no me queda más remedio que pagarlas, y no me he negado, pero el sistema empleado para hacerme pagar creo que es adecuado y la reivindicación de la administración justa (realmente era yo el que infringio el código). Pero imagina que sale una ley que habilita a los agentes del orden para registrarte los bolsillos y/o pedir un informe de situación financiera en el momento de la sanción y que en ese momento junto con el compañero (o cualquier otro "comité") deciden pasr a la "acción" y congelarte los fondos hasta...bueno no se hasta cuando.
Por supuesto que la cultura no ha sido nunca gratis, pero es que nunca ha sido tan cara como en la segunda mitad del S XX. Hay que pagar, pero cuando se roba hay que tener garantias de trato justo.
Luego hay situaciones en el mercado de la cultura que son aberrantes, pero de las que nunca se habla.
1. Un autor de prestigio, como mucho se lleva el 10% del precio de su producto en el mercado (si ha negociado bien, hay casos de un 2, he incluso un 1%)
2. Ese mismo auror se lleva el 90% si lo que ofrece es un concierto, una conferencia...
3.Aquí lo que ha cambiado es la forma de hacer y distribuir las copias, además de una manera definitiva, ya NUNCA VOLVERAN LAS ANTIGUAS FORMAS DE COPIAR Y DISTRIBUIR, y estamos intentando legislar y pensar en función de un sistema ya muerto. ¿no sería mejor comenzar a pensar en un nuevo sistema de copia y distribución en el cual la distribución de la riqueza generada sea justa?

A mi me encanta la tecnología, cada vez más y si me pusieran un producto atractivo y a buen precio en la red, lo compraría. Por ejemplo, una canción en la red a 10 centimos (precio imaginado9, con alta calidad de sonido, más extras, todo ello compatible con mis sistemas de reproducción, pués seguro que lo copmpraba en lugar de "robarlo".Es un poner

Marta Salazar dijo...

tienes TODA la razón!

te pondré un link,

muchas gracias!!!

Jorgo dijo...

A mi me parece que no sabes bien de lo que estas hablando.

Primero, un delito contra la propiedad intelectual legalmente no es lo mismo que robar. Si compras un coche, es tuyo. Si compras una película en DVD, es tuya o no? Puedes hacer físicamente con ello lo que te da la gana, como dejarlo a un amigo?
Pues si, no debería haber ninguna diferencia pero las grandes empresas de media trabajan justamente para que sea ilegal.

Puedes hacerte una copia tú para verlo en tu portátil mientras viajas? Y puedes dejar esa copia digital a un amigo?
Aún que la respuesta no sea fácil en todos los casos, "robar" no entra en ninguno de los pensamientos.

En España hay varias sentencias de juzgados que dicen que el intercambio de ficheros de música sin animo de lucro no es ni delito ni nada. En Austria la situación es diferente, es igual que en Alemania, pero tú denominas a todos "piratas" sin distinguir.

Y que es un pirata? Es una persona que roba los bienes de otros utilizando violencia y actos criminales en general. La Wikipedia en español tiene también una entrada escasa sobre "Pirata informático": "Pirata informático es quien adopta por negocio la reproducción, apropiación o acaparación y distribución, con fines lucrativos, y a gran escala, de distintos medios y contenidos (software, vídeos, música) generalmente haciendo uso de un ordenador."

¿Negocio? ¿Fines lucrativos? Nada de nada. Simplemente estas repitiendo la opinión de un lobby sin aplicarle un análisis legal o diferenciado.

La única cosa en que coincido contigo es cerrar esas paginas web que ofrecen música, películas etc. y se hacen ricos por la publicidad que sale en la misma pagina. Eso si es animo de lucro.

Marta Salazar dijo...

yo no empezaría nunca (Jorgo, hacerlo es típicamente espanol!!! te estás contagiando) un comentario diciendo "A mi me parece que no sabes bien de lo que estas hablando", se puede decir todo lo que se quiera, pero sin descalificar a priori a quien no piensa como una, uno ;)

saludos!

Pablo Rodríguez dijo...

En modo ciertamente irónico (que no pretente ser ofensivo): Marta, ¿su precisión no podría llegar a incurrir en algo análogo lo que achaca a Jorgo?

Las descargas no autorizadas, nos pongamos como nos pongamos, no son «robos». Robo, en sentido estricto, es aquel delito que se comete apoderándose con ánimo de lucro de una cosa mueble ajena, empleándose violencia o intimidación sobre las personas, o fuerza en las cosas —DRAE dixit—. Robar lo propio, sea como sea, es imposible —siempre que se roba, se roba lo ajeno—.

A lo peor la cuestión puede llegar a ser un poco más compleja, por lo menos por dos asuntos: por la remuneración compensatoria por copia privada que pagamos en todos los soportes digitales que sirvan para almacenar datos y por la necesidad de autorización judicial para romper el secreto de las comunicaciones y que sólo en virtud de resolución judicial pueda acordarse su secuestro (CE 18.3 y 20.5).

La propiedad en España no es un derecho fundamental, los dos artículos citados de la Constitución española, sí lo son.

El problema no es moral, ni siquiera legal o jurídico, es una cuestión de modelo de negocio. Yo compro bastante agua embotellada, a pesar de que puedo beberla del grifo, aunque tenga que filtrarla. No sé en Austria, pero en Alemania, casi nadie bebe agua del grifo, y del grifo es sensiblemente más barata. ¿Por qué entonces compro agua embotellada? Porque es un mejor servicio.

A lo peor es que las discográficas no ofrecen todavía un mejor servicio que sus alternativas gratuitas. Desde mi punto de vista, los portales de contenidos tienen dos problemas: el uso de «protecciones digitales», pero sobre todo, el fin de la compra anónima. Esta última cuestión a mí me parece muy grave (y si, no me gusta en absoluto y procuro limitar al máximo el pago con tarjeta).

Paco Bernal dijo...

Hola!
Gracias a todos por vuestros comentarios.
(Este tema ha resultado bastante polémico).

A m. creo que debemos celebrar esta ocasión, porque por una vez estamos de acuerdo en algo. Sólo un pero: hoy, por casualidad, me he metido en la web de la FNAC para mirar una cosa, y tengo que decirte que discos y libros están por el estilo aquí y en Espana.

A Joako: estoy de acuerdo en que el mundo ya no es el de Gutemberg; pero es que, si la alternativa es volver a los juglares (o sea, que el cantante cante siempre ante el público o el escritor se gane la vida dando conferencias) creo que la cosa será más un retroceso que otra cosa. En cualquier caso, en la cadena de producción de la música o de la literatura hay muchos puestos de trabajo implicados, y sólo uno de ellos es el del autor. Es indudable que el autor pone las ideas, pero la discográfica o la editorial ponen la distribución, el marketing, la selección, etcétera. Está claro que, con las nuevas formas de producción se van a tener que reconvertir muchos puestos de trabajo (es inevitable y ya ha pasado en otros sitios, como en la televisión) pero también que, si el que pone la pasta no recibe retornos (o sea, el editor) destinará sus recursos a otra cosa. Y no se producirá más cultura.
La piratería (o el P2P) ha tenido un efecto beneficioso: un mercado que antes era monopolistico (o casi) ha dejado de serlo y, como suele suceder, han bajado los precios. Pero creo que la regulación es necesaria.
Quiero dejar claro también que mi post no iba en contra del P2P sino en contra de la imagen de la piratería como cosa inocua que todos tenemos porque siempre nos enfrentamos al escalón más modesto: al pobre que vende los discos en la manta, por ejemplo. Pero los manteros no fabrican el disco en casa: hay mafias que se dedican a copiarlos al por mayor sin pagar impuestos y utilizando trabajadores en condiciones precarias (pero de eso no se habla). O webs que se lo llevan calentito sin pasar por hacienda o por la seguridad social. Eso es la piratería, y eso creo que el Estado debe atajarlo.

A Marta: no sé si tengo toda la razón, pero creo que hay cosas de este debate que se obvian y que también son parte del problema. Gracias, en cualquier caso, por el link.

A Jorgo: supongo que el principio de tu comentario es debido a que te has dejado llevar por la pasión, y supongo que me concedes el suficiente criterio como para aceptar que, aunque no estemos de acuerdo, tengo derecho a tener una opinión propia (por cierto: muy buena tu web).
A lo que vamos: me remito a lo que decía antes: el P2P me parece que es una cosa del avance tecnológico. Yo estoy en contra de las mafias. Me parecen perjudiciales para la industria. Y la industria, nos guste o no, es la que da de comer a la gente (hasta el momento). Si la industria se muere -cualquier industria- la gente se va al paro y no come. Es así de fácil. Naturalmente, la industria tiene que adaptarse a los avances tecnológicos, pero como decia anómalo muy bien con el ejemplo del atracador, a mí me parece que no es excusa. Lo mismo que no es excusa robarle el bolso a una anciana porque no puede correr detrás de ti.
En cuanto a la diferencia entre la propiedad intelectual y la física, a mi juicio, la única que hay es que una cosa física es tangible y la otra es intangible. Utilizar una cosa para llevarte dinero sin pagar impuestos y sin estar sujetos a las reglas que todos los demás intervinientes en un mercado crea una situación de indefensión.

Paco Bernal dijo...

(sigo porque la respuesta era muy larga)

A Pablo: el argumento es hábil, pero a mi juicio no recoge toda la dimensión del problema.
Confieso que me ha resultado curioso lo de "la alternativa gratuita" y que se lo diré manana a la cajera del supermercado (sobre todo si me pilla mangándole el pan).
Le diré:
-!Es que yo estaba eligiendo la alternativa gratuita!
Y ella llamará a la pasma, naturalmente.
En serio y con todos los respetos: lo que tú llamas la "alternativa gratuita" existe como ha existido toda la vida de hecho, otra cosa es que tenga que ser legal.
Evidentemente, lo que tú llamas "mejor servicio" es que lo que te descargas en bit torrent es gratis, y por lo otro hay que pagar. Si ponemos el debate en esos términos, pues sí, tienes razón.
Por otra parte me gustaría hacerte una pregunta: siempre que se habla de este tema se habla del modelo de negocio: Con cuál, según tú, estaría resuelto el problema?

Vuestras opiniones me han resultado interesantísimas y me han ayudado a ver aspectos del problema que yo no había visto.
Muchas gracias.
Saludos

Pablo Rodríguez dijo...

La alternativa gratuita es la televisión, la radio, las bibliotecas, y otras posibilidades. No el hurto. Mi argumento es serio.

La copia es una réplica, no priva a nadie de nada, por lo que comparar bienes inmateriales con bienes materiales es una mala comparación. No sé en Austria, pero en España la copia privada existe y pagamos mucho por ella (pagamos más de lo que deberíamos y muchos más de los que deberíamos).

Como le digo, la cuestión es muchísimo más complicada. No es una cuestión jurídico-moral de «no copiarás» o «no descargarás».

Sobre alternativas gratuitas, le recomiendo este artículo de Tim O’Reilly, uno de los mayores editores informáticos del mundo.

Y sobre añadir valor a las alternativas gratuitas, este análisis de un experimento de Nine Inch Nails. Eso es realmente generar riqueza y otorgar valor frente a la alternativa gratuita (que el propio grupo ofreció).

Pablo Rodríguez dijo...

Me olvidé de responderle a la pregunta del modelo de negocio.

No sé cuál es el modelo de negocio, pero le traigo a la memoria dos hechos que cambiaron el «modelo de negocio cultural».

Cuando apareció la imprenta (sí, ha llovido desde entonces), se fue al garete un modo de producir libros. Los copistas debieron sufrir mucho ante la mala calidad de los subproductos de las imprentas. Parte de los que sabían escribir se podrían dedicar a seguir leyendo y escribiendo para otros.

Gracias a los «piratas de la imprenta» creo que en Occidente, tiempo después, hemos conseguido invertir las tasas de alfabetización por las de analfabetización. Creo que es un logro.

Cuando apareció la música grabada, en forma de pianolas, todo el negocio musical era la venta de partituras. Hace un siglo, los «piratas» eran los fabricantes de pianolas, que de una única partitura se fabricaban muchas máquinas. Al final, en Estados Unidos establecieron licencias obligatorias para la música grabada y así la música grabada hoy es un negocio tan grande, que sus editores ahogan a intérpretes y compositores.

Quizá el nuevo modelo de negocio es el que tiene que aparecer. Hay alternativas claras (por ejemplo, sistemas tipo Magnatune), pero se trata de inventar algo nuevo (eso es el sentido de emprender).

Regalar el contenido para vender el contenedor no parece mala idea. Personalmente creo que muchas obras tienen que ganarse la publicación (esto es que pasen a soporte físico cuando haya una cierta demanda real para ellas, ¿mientras tanto? en soporte únicamente digital).

Entiendo que hasta entonces podría establecerse una tarifa plana por descargas (como mucho 10€/mes pot conexión), pero que fuese directamente a los artistas y nunca a los editores.

Además, excepto en los estudios patrocinados por la propia industria, no está tan claro que la descarga de música afecte negativamente a las ventas. Es más, quienes descargan, parece que compran más.

Pablo Rodríguez dijo...

Jamendo también es un sistema interesante, de hecho parte de su publicidad para Jamendo Pro, es precisamente que su negocio necesita música (en referencia a las entidades «recolectoras» de gestión de derechos).

Que las descargas no autorizadas no son el problema de la venta de contenidos, a lo mejor lo puede apuntar que, a pesar de que “Ghosts I-IV”, album que se ofrecía para descarga gratuita y obras derivadas no comerciales siempre que se compartiese igual, eso no impidió que fuese el álbum más vendido en 2008 en la tienda musical de Amazon.

Perdone, pero la obsesión de los intermediarios de los contenidos por hacernos pensar que la copia es una venta perdida es un error categorial: vender o no vender y copiar o no copiar son disyuntivas diferentes.

El negocio de quien vende contenidos está en vender. Pretender sustraerse de esa tarea con cuestiones que no tienen nada que ver (o poquísimo), pues probablemente lleve a tener que dedicarse a otras actividades. A no ser que pretendan obligarnos a comprar.

Pablo Rodríguez dijo...

A modo de conclusión, porque veo que quizá no le interese tanto la conversación.

Al final harán lo que les venga en gana con las descargas no autorizadas de internet (y las autorizadas y todo el tráfico [se trata de control]). A mí me parece extremadamente grave, porque las normas (legales, única y exclusivamente las legales), o se cumplen o se derogan.

¿Servirá eso para algo? Por sí mismo para la venta de contenidos es difícil ver cómo podría llegar eso a funcionar. Todo eso sin conseguir que la criminalización de la actividad la esconda más (el cifrado de datos puede ser muy complejo). Pero ése no es mi problema, ni creo que sea el tema de la entrada.

Lo que sí me temo es los daños colaterales.

Pablo Rodríguez dijo...

[Perdón, porque he publicado algo antes de que estuviese listo para publicar. Sigo con lo anterior.]

Los daños colaterales de esta guerra serán los derechos del público.

¿Qué es «piratería»? Según la industria discográfica, algo tan sencillo como subir un vídeo del primer baile de tu hijo que dura 30 segundos, con una conocida canción de fondo (apenas reconocible para mí). El caso está en los tribunales (más información). Si para mantener un vídeo un portal de internet hay que contratar asistencia legal e ir a los tribunales, algo muy grave está fallando.

Y otro caso grave de falta de derechos, que parece estandarizarse, son lo que denominamos «protecciones digitales». Me sorprendió constatar que muchos de mis amigos no saben que, por cuestiones de derechos afines a los de autor, DVDs comprados en Estados Unidos no pueden verse en reproductores europeos (tratábamos de regalarle a un amigo más temporadas de la serie Monk, que en España sólo venden la primera temporada).

Sobre «protecciones digitales», hubo un «incidente diplomático» gracioso en un regalo de Obama al primer ministro británico, ya que no pudo disfrutar de unos DVDs estadounidenses en reproductores europeos. Se ve que los políticos no se leen las leyes que firman ;-).

Con algo más sencillo: si se considera que uno puede leer y escribir lo que quiera (con poquísimas excepciones en Europa), pasando a una cultura digital, ¿por qué la cita de un fragmento de un DVD se considera piratería? (No es en absoluto un ejemplo banal.)

Pablo Rodríguez dijo...

Un caso de «piratería»: me gustaría saber qué dice en versión original un pasaje de una serie estadounidense que retransmiten en España.

Un error de percepción (o categorial): pensar que si se llegase a producir una descarga, llegaría a afectar a las ventas.

El día que no puedan descargase esos contenidos de la red, no estarán disponibles. Pero de ahí a que eso incremente las ventas, es como pensar que el cierre de las bibliotecas incrementará las ventas de libros (más bien todo lo contrario). Quizá sea el problema que había detrás de la Biblioteca de Alejandría.

Que ese tipo de descargas no autorizadas afecten negativamente a las ventas, es algo más que discutible. Creo que les afectan positivamente, puesto que las series se venden por temporadas (es un regalo común).

Ni siquiera los propios productores de series piensan que sea negativo (aunque de todo habrá), porque las ponen a disposición del público.

Como le dije, es una cuestión económica y existe un error de percepción muy grave en la detección del problema y su presunta solución.

Si algunos piensan que por consultar menos de un minuto de una conversación alguien va a comprar una temporada o siquiera un capítulo entero (yo no compro un libro para consultar una cita [y creo que no soy tan extraordinario en eso]), puede llegar a pasar que estén haciendo economía con el cuento de la lechera. Y el imperio económico de la lechera se vino abajo cuando se rompió el recipiente con la leche.