Sacrificada vida del escritor
27 de Diciembre.- El escritor, después de haber pasado la noche en blanco con una gastroenteritis caballar, intenta pergeñar unas líneas para su blog…
“Hace algunos días recibí un amable correo de un lector amante de los libros. En él me explicaba que él nunca los subrayaba (costumbre que, por cierto, compartimos). El mensaje se prestaba a ser leído entre líneas y creí reconocer en él ese amor casi supersticioso que sentimos todos aquellos para quienes ven el momento de aprender a leer como una de las cumbres de su infancia.
Cuando vuelvo a España, a la casa de mis padres, duermo en la que fue mi alcoba de niño, de adolescente y aún de joven, y me reencuentro con mis libros. Vuelvo a repetir el ritual pulido durante tantos años y que me une como un trazo limpio, familiar y preciso con miles, millones de lectores que me han precedido. Esas largas horas dialogando en silencio con lo mejor que la humanidad ha producido son sin duda uno de los botines que un hombre puede llevarse de la vida.”
El escritor intenta releer lo que ha escrito, concentrándose en ver si el texto tiene tensión suficiente para que el lector no se dé cuenta de que está débil, mareado, en cualquier caso, muy fuera de forma…
“Leo vigilado por dos imágenes. La de mi abuelo S., guapo, vestido de recluta allá en los años veinte del siglo pasado, discretamente elegante sin saberlo. A su lado, una tarjeta grande de Las Meninas, que compré en el Museo de El Prado hace ya veinte años. En un tamaño menor, Audrey Hepburn en Desayuno con Diamantes, Marlene Dietrich en Deseo y una imagen de Fred Astaire que una asociación vienesa ha utilizado para una campaña publicitaria que aspira a recaudar fondos para los damnificados por una modalidad armamentística siniestra.”
Al escritor le gustaría poder escribir un texto con algún que otro chiste, pero el sentido del humor no te sale cuando estás enfermo…
“De vez en cuando, levanto los ojos de la página y veo libros, mis libros. Revueltos, como a mí me gusta. Atlas, biografías, novelas que me unen, pero al mismo tiempo me separan, de la persona que fui. Cuatro años no son nada en el tiempo, pero espiritualmente valen por una eternidad.
En cada viaje, selecciono un par de volúmenes –nunca más de cinco- que llevarme “
El escritor se rinde. Piensa que sus lectores le comprenderán si deja la escritura hasta mañana…
4 comentarios:
Yo sí subrayo los libros. Para encontrar las frases que más me han gustado después.
Cuídate.
Pues yo te veia inspirando, saliendo muy bien del paso.
Cuidate que las Navidades se pagan.
Uy!! Paco, cuidate mucho....pero tu te has pasao dos pueblos con la cena, no?. Te lo pregunta una que aun esta haciendo la digestion de Navidad (y lo que te contaré...)
Besos
Maite
Hola!
Muchas gracias por vuestros comentarios.
A Amelche: jamía, aquí sigo con el estómago hecho unos zorros, pero ya estoy mejor, gracias. A mí es que lo de tirar libros o escribir en ellos me da mucha cosa. Yo creo que es un trauma de infancia jajaja.
A J. Insausti: !Y lo peor es que no he podido hincharme de marisco! jajaja. Aquí estoy a base de cosas ligeritas. Me voy a quedar esbelto que no veas.
A Maite: que no me pasé mucho, de verdad. Yo creo que hasta he cenado menos que otras veces. Yo creo que ha debido de ser un virus de esos. Cachis...:-)
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