Schönbrunn
13 de Diciembre.- Hoy, nuestro recorrido virtual por los mercados de adviento vieneses llega al palacio de Schönbrunn, sin duda uno de los lugares más turísticos de la capital por ser el epicentro, junto con los Apartements del Hofburg del culto a la emperatriz Elisabeth (en este caso, porque las películas de Romy se rodaron allí).


El mercadillo tiene forma aproximadamente circular y está presidido por un gran árbol de navidad que de noche, como mis lectores ven, se ilumina, y al pie del cual la gente toma punsch, glühwein o come cosas con alto contenido en calorías (ayer hizo falta: en las fotos no se ve, pero estaba nevando).



Como en todos los mercadillos vieneses, pero en este más, el contenido de los puestos va en dos direcciones diferenciadas: o bien regalos en estricto sentido (sobre todo productos de artesanía) o bien cosas que colgar por casa para celebrar la navidad como las estrellas sobre estas líneas o los adornos de cristal soplado (abajo) que son la pesadilla de los patazas como un servidor porque parece que se rompen con mirarlos.

Los chavales, por supuesto, disfrutan con los puestos de juguetes. Algunos, como estos cochecitos, con el agradable aire retro que es tan caro a los austriacos.

Este año, la novedad (parece ser que está de moda, son las decoraciones a base de palitos de canela.

Para paladares más adultos, había puestos de licores artesanales (propios para acelerar una digestión difícil o, directamente, para desatascar fregaderos reacios).




Y también bolas de cristal en las que se reproduce el milagro blanco de la nieve, extendidas sobre un terciopelo de color habilmente elegido para que se parezca al tono que, en sus diferentes variedades, puebla las pelis de Harry Potter.

4 comentarios:

Isabel Maria dijo...

Que fotos mas bonitas, la niña de la yolanda colecioma bolas de esas de las fotos.
Un beso.

Te de llimona dijo...

Mmmm, ¿nebaba? ¿vais a tener una blanca Navidad?

Me gusta el aire retro en las cosas. Significa que tienen historia.
Aunque la Navidad y todo lo que la envuelve no me guste, reconozco que ésta me parece exótica y que me gustaría estar ahí.

Un saludo!

María dijo...

Me encantan esos mercadillos. La idea de la canela me parece tan buena que la voy a fusilar para decorar mi casa. Aunque puede que acabe durmiendo en la calle... que no sé si a mis dos chicos les gusta mucho ese olor dulzón.
Besos congelados. ¡Qué en Donosti está nevando!

Paco Bernal dijo...

Hola a las tres:
Gracias por vuestros comentarios.

A mi madre: me acordé yo también de lo de las bolas.

A Te de Llimona: hoy ha vuelto a nevar otra vez; parece ser que sí. Prepárate para Enero jajajaja.

A María: la canela no olía a nada. Igual si la dejas en la calle...:-)