Cervezas y Corcheas


4 de Septiembre.- Como Viena Directo tiene vocación de servicio público, este post lo voy a dedicar a contestar una pregunta que me hizo el otro día un lector a través de los comentarios.

Me preguntaba este amigo, desde el otro lado del océano, si en Viena había bares en los que se pudiera escuchar música clásica. Y yo le tengo que contestar que sí. Y que, es más, se hace con gran placer. Los dos bares que yo conozco son dos locales muy distintos. Empezaré por el que quizá congregue un público más joven: se trata del Café Santo Spirito (aquí, su página web). Está situado en el distrito uno, y es un local recoleto y luminoso en el que se pueden tomar unos vinos escuchando la mejor música clásica. El propietario, que hasta no hace mucho llevaba una coleta de tabernero del siglo XVII, tiene una querencia especial por la música barroca. Pero yo he escuchado también la suite Los Planetas, de Holst, con lo cual, sé por experiencia que es un hombre de mentalidad abierta (aparte de tener una de las discotecas de música clásica mejor surtidas de este lado del Dabubio).

El otro local, también en el centro de la ciudad, es el Hartlauer. He buscado, pero no tiene página web. El Hartlauer está especializado en ópera. El propietario es un caballero frágil, melómano hasta la médula, que tiene siempre las mejores grabaciones (aunque no siempre de la mejor calidad). Como muchos aficionados a la ópera, habla de las divas del arte lírico con la pasión que otros reservan a los futbolistas. Siempre está dispuesto, por cierto, a desenterrar de su discoteca algún tesoro para complacer alguna petición.

Ya he contado alguna vez que, cuando llegué a Viena, un amigo me llevó a este bar. Había sido una tarde de mucho trasiego y, la verdad, cuando yo llegué al Hartlauer, había ingerido una cantidad de líquidos bastante importante por lo cual, necesité ir a cumplir con la naturaleza. Cuando salí del servicio, una voz primorosa, cálida, pero al mismo aguda, empezó a cantar esto y yo, cuando me repuse de la sorpresa, reuní fuerzas para preguntar quién estaba cantando.

El caballero, con una sonrisa que tenía algo de oriental, sólo dijo:

-Caballé.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Paco,

Muchas gracias por responder mi pregunta de manera afable y detallada. Me gusta mucho que en Viena haya bares donde se pueda escuchar la mejor música. En mi país esto es totalmente inconcebible, los locales sólo colocan música chatarra.

No sé si estoy en lo cierto, por favor acláreme si no es así, que en Austria, al igual que en Alemania y demás países europeos, algunos ciudadanos tienen la costumbre de cargar consigo una licorera o Flachmann, como dicen en la lengua local. Me da gracia imaginarme a algunos músicos de la Sinfónica o Filarmónica de Viena teniendo su Flachmann antes del concierto para así darse ímpetu a la hora de ejecutar las más hermosar piezas

Otra cosa que me pareció muy curiosa es cuando indica que el dueño de uno de los locales es un hombre frágil, quisiera, si no es mucha molestia de mi parte, a que se refiere cuando dice "frágil", ¿acaso tiene problemas de salud o es muy mayor?

Muchos saludos desde Venezuela,

Anónimo dijo...

Paco,

Se me olvidaba preguntarle algo, el propietario del café-bar Hartlauer es un hombre de avanzada edad?

Es muy extraño que un joven se interese por la buena música, aunque, claro está, siempre hay sus excepciones.

Saludos nuevamente,

Paco Bernal dijo...

Estimado amigo venezolano:

Contestando a sus preguntas, le diré que lo del Flachmann es una costumbre sobre todo de los cazadores. Aunque en general, la gente, aquí, es muy aficionada al schnaps o aguardiente. Algunas personas incluso lo hacen en casa.

El propietario del Hartlauer es un hombre mayor y, cuando decía yo que era frágil, me refería a que es un hombre delgado, al que no veo yo corriendo la maratón de Nueva York, precisamente :-)

En cuanto a la música clásica, le doy una idea: si a usted le gusta, quizá haya más personas en su situación. Anímese y abra una sucursal del Hartlauer en su ciudad !Seguro que tiene éxito!

Saludos y gracias de nuevo por leerme.