13 de Febrero.- Esta noche se ha celebrado en el antiguo palacio imperial de la capital vienesa el Regenbogenball, evento al que, sorprendentemente, no ha acudido Niki Lauda. Yo, sin embargo, sí que he estado allí pertrechado, como siempre, con una cámara de fotos. Esta vez, sin embargo, no la fiel Canon (que aparte de fiel es grande y pesa un güevo, con perdón) sino una Nikon Coolpix canijilla que tengo para estos casos, con la que he tomado las instantáneas que mis lectores podrán ver si se pasan por el correspondiente album de Flickr. Espero que la falta de megapíxeles quede compensada por la frescura de las imágenes.
La noche ha sido divertida y animada, con la asistencia de destacadas personalidades de la política y el espectáculo austriacos, como Gary Kezsler, promotor del Life Ball, Alfons Haider o la jefa del Parlamento de la República Austriaca.
Yo tengo los pies hechos polvo de bailar todo tipo de ritmos, así que mis lectores me perdonarán si, después de darle al botón de publicar (son las cinco de la madrugada) me meto en el sobre, que me lo he ganao. A disfrutar de las fotos.
3 comentarios:
Estimado Paco:
Me parecen interesantes sus fotos del Regenbogenball o baile del arcoiris.
Una pregunta, ¿la entrada para este baile es costosa? porque usted a pesar de no ser un potentado o un aristócrata pudo asistir a dicho baile. ¿qué orquesta sinfónica tocó en el baile?¿se interpretaron obras de la dinastía Strauss?
Saludos cordiales.
Estimado Paco:
Se me olvidaba decirle algunas acotaciones en mi post anterior, le pregunto sobre el precio de entrada al Regenbogenball, ya que este baile, según sus fotos, parece muy elegante y el lugar de celebración es nada más y nada menos que el Hofburg. Siempre he creído que a este tipo de eventos solo pueden asistir gentes de la alta sociedad, mas no ciudadanos comunes como uno. Por ello, es interesante que me aclare este asunto.
Saludos nuevamente,
Estimado Lector/ Estimada Lectora:
La entrada al Regenbogenball era carilla pero, haciendo alguna economía no muy gravosa, asequible. Tocó una orquesta normal de cincuenta profesores que interpretó todo tipo de piezas (no sólo de Strauss vive el hombre). El público fue mezclado. Había gente de la alta sociedad pero también gente de la calle, porque la entrada a estos bailes es libre. Aunque hay otros, como el de la ópera, en los que la concentración de "aristócratas" es mayor debido al precio y a la localización. Aunque aún así, al baile de la ópera puede ir todo el mundo que quiera y se lo pueda permitir.
Espero haber contestado a sus preguntas.
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