Viena Spricht



10 de Febrero.- Ayer nació otra extensión de Viena Directo.

Hace tiempo que mis amigos de Facebook me dicen que por qué escribo tanto en español, que ellos también quieren saber de mi vida en un idioma que entiendan (es el drama de los que somos como Kim Bassinger, rubios atrapados entre dos mundos). Así pues, con la ayuda inestimable del traductor de Google y un poco de hilfe de mis freunde, ayer me lié la manta a la cabeza y publiqué el primer post de “Viena Spricht”. Fue una versión más o menos fiel del texto que se publicó ayer en Viena Directo.

Ayer, mientras mis amigos me ayudaban a corregir el texto, caí en la cuenta de que, en alemán, es mucho mayor que en español la diferencia entre la lengua hablada y la lengua escrita. Esta última es tremendamente rígida. El alemán escrito está dominado por una serie de estrictas convenciones que, si son difíciles para un hablante nativo, son la pera limonera para los que, como yo, vinimos en patera como aquel que dice.

Por ejemplo: un hablante español escolarizado que no vea Tele-5 con frecuencia (dato importante), tiene un criterio muy seguro sobre lo que está bien y lo que está mal (la gramática española, en ese aspecto, es un juego de niños). Es más: hay muchas cosas que ni están bien ni están mal y se dejan un poco al albur del sentido de la lengua que tenga el hablante. O, directamente, dependen de la zona en la que ha nacido. Es así, por ejemplo, con la pesadilla de los alemanes que se ponen a hablar el idioma de Jesulín de Ubrique: los tiempos del pasado.

Sin embargo, ayer, mis tres correctores, se las veían y se las deseaban hasta que encontraban una solución que les pusiera de acuerdo. Porque las reglas son muchas y las excepciones incontables y así, los pobres aborígenes, lo flipan cada vez que se ponen delante de un folio en blanco.

Una de las cosas a las que los españoles les damos poca importancia, por ejemplo, es la puntuación. Mi manera personal, por ejemplo, es puntuar de manera que, quien lea el texto haciendo las pausas que yo marco, haga las mismas pausas que si yo estuviera hablando. Es un criterio, como se ve, bastante elástico. Sin embargo, ayer, mientras me corregían la puntuación, yo me hacía cruces de lo convencional que es en el caso alemán y de la cantidad de cosas que hay que saber para no pasar por un analfabeto.

Otro tanto con el orden de las frases. Las palabras en alemán tienen una posición tasada en el discurso de ellas dependiendo de multitud de factores (para que el lector se haga una idea, después de ayer, yo he intentado informarme sobre el tema y en mi diccionario hay tres páginas sólo de reglas para colocar palabras). Los hispanoparlantes tenemos la suerte de que podemos colocar las frases, dentro de un orden, como nos salga de los pelenguendengues.


En fin: Viena Spricht está verde aún pero confío en que, a fuerza de machacar, me cueste cada vez menos trabajo escribir los textos. Ya se sabe: Übung macht den Meister.

7 comentarios:

Álvaro dijo...

Enhorabuena. Confieso que me das envidia: a mi también me gustaría escribir uno en inglés, pero no me veo en el papel (aun). Suerte con el invento ;)

Pablo dijo...

Una de las cosas que me gustan del alemán es precisamente ese orden rígido de las palabras, que da lugar a que puedan construirse oraciones muy precisas y al mismo tiempo muy sencillas. Mis verbos favoritos son stehen y legen. ¡No sólo te dicen que se ha dejado algo en un sitio, sino en que posición lo dejaste!

Voy a aprovechar que escribes el mismo texto en dos idiomas para intentar refrescar mi maltrecho alemán, a lo "piedra Roseta", así que ¡ojalá tengas tiempo de llevar los dos blogs a la vez!

Viena dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Paco Bernal dijo...

Hola a los dos!

a Alvaro: !Que no daría yo por que mi blog fuera en inglés! jajaja (creo que lo domino mejor). Por otra parte, es muy interesante eso que dices del papel. Yo tengo bastante claro a quién me dirijo cuando escribo los posts de VD y, por lo mismo, resulta fácil hacerlo. O lo que es lo mismo: mi objetivo es explicarle a alguien que no vive en Austria, cómo se vive en Austria. Pero, si escribo en alemán, aparte de con las limitaciones del idioma, me tengo que hacer a la idea de lo que puede interesarles a mis lectores. De momento, creo que la línea de Viena Spricht será explicarles a los austriacos qué siente un español o un inmigrante genérico cuando se enfrenta a la realidad austriaca.

En fin: puede que todo esto resulte un poco complicado -se supone que los lectores no tienen que ver la cocina de los blogs- pero son cosas que hay que plantearse.

En fin: quizá hable de ello algún día.

A Pablo: yo le estoy empezando a coger cariño al alemán pero, la verdad, cada vez me doy más cuenta de por qué ni Austria ni Alemania tuvieron imperio colonial (porque no creo yo que sea este un idioma con vocación de masas jajaja).

En fin: constancia es lo que me hace falta. Y si a ti te sirve para repasar el alemán y a mí para aprender a escribir mejor que un sioux, pues mira, bienvenido sea Viena Spricht:)

Desclasado dijo...

¡La leche!
Pregunta "tésnica" desde mi ignorancia: cuando he estado en Austria he observado que las (o algunas) ss finales acaban en una letra beta. ¿Hay un dialecto austriaco del alemán? ¿O es como el zeviyano y el zamorano, que se entienden entre ellos sin problemas?
Gracias.

Paco Bernal dijo...

Hola!

La letra beta (o scharfes S) es una letra que, efectivamente, equivale a dos eses; pero no es exclusiva de Austria, sino que es de todo el ámbito alemán.

En cuanto a dialecto austriaco, claro que lo hay. Hay un Alemán austriaco. Pero dentro del alemán de Austria y del alemán de Alemania y del alemán de Suiza, a su vez, hay cientos de dialectos que dependen de la yona geográfica.

Para entenderse, los germanoparlantes de distintas zonas acuden al hoch deutsch o alto alemán.

Para más información, puedes escuchar este bonito podcast que hice el año pasado

http://vienadirecto.blogspot.com/2010/12/nieves-y-audios.html

Saludetes :-)

Anónimo dijo...

Yo seguiré en éste. Por desgracia fuí mala estudiante y no sé inglés, ni alemán y el español no la empleo correctamente. Pero me anima mucho leer lo que escribes y me gusta mucho. Sigue escribiendo en español, por favor.