Una película distinta



4 de Abril.- Hasta el viernes pasado, Paul Verhoeven era para mí, como supongo que para la mayoría de mis lectores, el cineasta holandés que pasará a la historia del cine por haber demostrado, con un famoso plano de Instinto Básico, que Sharon Stone es rubia natural.


Sin embargo, la carrera de Mr. Verhoeven es algo más que un cruzado mágico, y por eso le traigo hoy aquí. El director neerlandés parece ser un hombre muy versátil. Por lo pronto, antes de dedicarse a la dirección cinematográfica, se licenció en matemáticas y física. Se deduce de ello que es un hombre curioso, una mente aguda e inquisitiva. Además, le interesa mucho la filosofía y la historia de las religiones.

En este marco, Verhoeven publicó en 2009 un interesantísimo volumen cuya traducción alemana estoy leyendo ahora con muchísimo gusto. En alemán, el libro se llama Jesus, die Geschichte eines Menschen (o sea: Jesús, la historia de una persona) y se trata de un ensayo multidisciplinar en el que los evangelios son examinados a la luz de las evidencias que la arqueología, la sociología y, obviamente, las fuentes escritas del siglo primero que han sobrevivido, proporcionan.

El axioma principal sobre el que se basa el libro es lo que cualquier persona está en condiciones de saber si aplica un poco el sentido común: los evangelios son, principalmente, textos destinados a un fin proselitista: o sea, están concebidos para la captación de adeptos al naciente movimiento religioso al que pertenecen los primeros partidarios de Jesús.

Como documento histórico, sin embargo, dejan bastante que desear. Por lo pronto, parece seguro que ninguno de los cuatro evangelistas conoció a Jesús personalmente (aunque en el caso de San Juan, algunos autores aseguran que sí que pudo tener relación con  el Jesús histórico). Los textos que hoy nos han llegado (ni mucho menos íntegros y ni mucho menos como salieron de la mano de sus autores) fueron redactados en un lapso de tiempo que va desde el año cincuenta después de Cristo hasta el año 120 –en esto, los estudiosos no terminan de ponerse de acuerdo, por eso he recogido la cronología más amplia-; posteriormente, y hasta el momento en que, bajo el emperador Constantino, se consolidan, sufrieron no pocas alteraciones, refundiciones y recortes (algunos bastante chapuceros) cuyas cicatrices se notan si uno lee los textos con una mínima atención. Para mí, este ha sido el hallazgo más sorprendente en el libro de Verhoeven y, sin duda el más apasionante.

Soy un lector habitual y atento de la Biblia y yo también había notado que, aún tras la severa poda sufrida a lo largo de sus primeros siglos de existencia, en los evangelios quedan indicios que permiten suponer que el Jesús histórico quizá estuvo bastante lejos de esa figura hierática e icónica, pop, que se ha vuelto universal.

Pongo un ejemplo nada más: hay un momento en el evangelio en el que la familia de Jesús (se dice textualmente “su madre, sus hermanos y sus hermanas” porque, parece bastante lógico que Jesús no fue hijo único) van a buscarle porque, dice el evangelista, “pensaban que estaba fuera de sí” (esto es, en el lenguaje de hoy, que estaba “mentalmente perturbado”) y es cuando Jesús no les hace caso y según la Biblia, mira a los que están a su alrededor y dice lo de que “sus hermanos y sus hermanas son los que creen en el reino de Dios”. Es más, el evangelista da incluso los nombres de los hermanos de Jesús (las mujeres tenían entonces tan poca importancia que el evangelista ni se molesta en consignar sus nombres). Este fragmento de texto da al traste con toda la iconografía que muestra que la familia de Jesús era un triángulo cuyos vértices fueron San José, la Virgen y el propio Jesucristo y muestra que el líder del movimiento político-religioso que más tarde se transformó en el cristianismo (gracias a la intervención decisiva de Pablo de Tarso, sin duda uno de los propagandistas con más olfato para el marketing de la historia de la Humanidad) era en realidad una persona muy de su tiempo.

Verhoeven, en su intento de acercar al Jesús histórico al lector moderno, da un paralelismo que a mí me parece muy eficaz: el que existe, en más de un sentido, entre Jesús y el Che Guevara; otra figura que ha sido estilizada al máximo por amigos y enemigos hasta convertirse poco más que en ese hombre con la boina calada que mira al infinito a la espera de la parusía socialista desde cientos de miles de camisetas.

Por el camino, el director neerlandés traza un fresco fascinante de la sociedad judía de los tiempos de Jesús y sobre alguno de sus componentes, como, por ejemplo, el gobernador Poncio Pilatos, que es presentado en la Biblia (y en la peli de terror gore de Mel Gibson) como un hombre humano y equilibrado, que accede a enviar a un inocente al cadalso sólo para contentar a la masa de “los judíos” sedientos de sangre. Fuentes contemporáneas, sin embargo, presentan a Pilatos como un gobernante déspota, manirroto y corrupto, que utilizaba a la elite del Templo de Jerusalem para mantener pacífica la provincia; de hecho, fue llamado a Roma por haber distraido dinero de las arcas públicas y sólo evitó la ejecución debido a la repentina muerte del emperador Tiberio.

Ilustración: Calvario gótico, Alte Pinakothek de Munich (foto: Archivo Viena Directo)

4 comentarios:

Pablo dijo...

Oye, pues tiene buena pinta el libro. Miraré de buscarlo en español, que el alemán no me llega para tantas alegrías.

Y eso que no has explicado (no sé si vendrá en el libro) que testamentos hubieron muchos más que cuatro, y algunos de ellos históricamente más fidedignos, o literariamente más bellos, con descripciones precisas y coloridas. Cuando Constantino hizo su compilación, se seleccionaron sólo cuatro, que fueron los que se consideraron "revelaciones".

Obviamente eran los más "publicitarios".

El herpato dijo...

Que entrada más interesante!!! Me he quedado con ganas de más. Tendré que buscar el libro, herpato.

Besos.

Paco Bernal dijo...

Hola a los dos:

A Pablo: efectivamente, existen los evangelios apócrifos. Que van desde lo aceptable, a lo incómodo (para la Iglesia en sus diferentes etapas) hasta lo puramente folklórico.

A mi hermano (y a Pablo también): no está traducido al español. Pero hay una versión en inglés que se llama Jesus Of Nazareth y que se vende en Amazon. Por si os animais.

Abrazos

Paco Bernal dijo...
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