Una declaración de amor



6 de Mayo.- Querida Gaby: para agradecerte tu comentario, quiero empezar haciéndote una confesión.


Estos días pasados me he planteado muy seriamente cerrar Viena Directo. El blog, tal y como yo lo concibo, me da mucho trabajo (un trabajo que yo hago con gusto, no te miento); pero lo más descorazonador era el sentimiento de que VD ya no cumplía una de las razones principales por las que lo abrí.

Yo tenía el convencimiento, y aún lo tengo, de que mi historia puede serle útil a alguien que empiece a vivir en Viena como yo empecé. Pensaba que cualquier inmigrante terminaría, más tarde o más temprano, pasando por las experiencias por las que yo he ido pasando y que, quizá, cabía la remota posibilidad de que encontrase lo que yo he escrito, y le sirviera. Aunque sólo fuese para darse cuenta de que no estaba solo. Andar sobre las huellas de alguien siempre es más fácil que pensar que uno tiene que abrirse camino sin ayuda.

Sin embargo, en los últimos tiempos, la tecnología ofrece unas posibilidades que no existían cuando, en 2006, empecé a escribir mi post diario (o casi). La gente ya no busca ayuda en los blogs con tanta frecuencia y, en muchos casos, ha pasado a preferir entretenerse cotilleando lo que hacen sus amigos en Facebook.

No he cerrado el blog porque sé por experiencia que estas crisis de confianza, aunque sanas, pasan;  y, también, porque soy consciente de que la manera más segura de caerse cuando uno va subido en una bicicleta es fijar la atención en los pedales (esto lo aprendí dolorosamente cuando mi padre se empeñó en enseñarme). O sea, no hay que preguntarse por qué escribe uno, sino escribir sin más. Y ya se verá.

Por eso me ha alegrado mucho recibir tu comentario, porque responde precisamente al objetivo primordial de Viena Directo: ser útil.

Me preguntas qué hice yo para enamorarme de Viena y trataré de responderte. En primer lugar, diciéndote que, si has conseguido sobrevivir un año aquí, ya has pasado lo peor. Después, diciéndote que no hay recetas infalibles. La mía puede resumirse en una frase que mi padre dice mucho: si mi abuela tuviera dos ruedas, no sería mi abuela, sería una bicicleta. Esto, aplicado a la inmigración podría formularse así: hay que evitar en lo posible hacer comparaciones con lo que uno ha dejado atrás. Madrid, en mi caso; Chile, en el tuyo. Por la vía de la comparación insistente, el país de uno se convierte en una arcadia idealizada con la que Austria, que es tu realidad cotidiana, no tendrá nunca posibilidad de competir.



Seguramente en tu país hay cosas hermosísimas, pero Austria ofrece también cantidades ingentes de belleza. Sólo te pondré un ejemplo: cuando subí por primera vez a la peña de Aggstein, y pude ver la curva que el Danubio, espejeante, describe por su base, y las montañas y el valle que se pierde en la lejanía, se me hizo un nudo en la garganta y rompí a llorar. Creo que no he visto nunca nada tan hermoso.


Aprende a querer a los austriacos. Esfuérzate en aprender su idioma, que está lleno de una gracia muy especial. Los habitantes de esta tierra tienen muchas virtudes que te enriquecerán como persona. Son decididos, son fuertes, son prácticos, son trabajadores, son cariñosos y, si uno se gana su confianza, son una gente de una generosidad y de una nobleza que nunca dejará de sorprenderte.

Yo, que creo firmemente que el nacionalismo es un atraso contra el que la humanidad tiene la misión de luchar con denuedo, sólo soy capaz de sentir un amor profundo y sin condiciones por esta tierra que me acoge desde hace seis años y a la que he aprendido a querer también con sus defectos, que son muchísimos y, a veces, muy exasperantes.

Espero que a tí te pase también.

Si necesitas algo, ya sabes: escríbeme un correo.

Para eso estamos.

Saludos

7 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Sí a VD!
L.

El herpato dijo...

Voto Si a VD también. A mi me alucina!!

Gaby dijo...

Hola nuevamente Paco! Me alegra mucho haberte alegrado :). Entiendo perfectamente tu cuestionamiento de cerrar o no el blog, pero ves, tuve mucha suerte de haberlo descubierto ahora y darte un soplo de energía para continuar :D. Ahora que tengo tiempo voy a dedicarme a leerlo y mis próximos comentarios serán por correo :). Ánimo y por favor continúa con tus letras y fotos, así me ayudas a descubrir Viena! Ah! Conoces el libro Unbekanntes Wien? A mi me ha ayudado ;). Saludos y buen finde!

Chus dijo...

Espero Paco no nos dejes tirados a los que ya nos hemos acostumbrado a VD y forma parte de nuestra vida.

Siempre un placer leerte.
Besos

Isabel Maria dijo...

Cariño yo digo lo mismo que todos es un placer leerte porque hay varidad de temas un beso

Loles dijo...

Hola Paco...entiendo tu amor por Austria perfectamente. No nos dejes sin tus palabras, tus fotografías y tu compañía. Sabes que todos tenemos esos momentos de "bajón" en algún sentido u otro de nuestra vida; yo aprendí a levantarme con más fuerza. Un abrazo a tí y a esa maravillosa tierra

Maria dijo...

yo te leo aunque no escribo nada. Pero no tengas ninguna duda de que tu trabajo es utilísimo.