12 de Mayo.-Querida Ainara: desde Viena (y casi en camino para España, a donde llegaré en breve) se observa con curiosidad la movilización que, bajo el nombreDemocracia Real Ya, sacó a muchas personas a la calle durante estos días pasados y que, si los periódicos no mienten, ha provocado que hayan pasado la noche pasada al raso.
“No somos mercancía de banqueros y políticos”, dicen. Hasta el momento, el movimiento ha sabido capitalizar el descontento que flota en amplias capas de la sociedad española y que, en mi opinión, no es más que la manifestación palpable de una cosa que se puede leer muchas veces en las más de ciento cincuenta cartas que te llevo escritas: los políticos españoles han perdido, totalmente además, cualquier conexión con la calle.
“Violencia es cobrar seiscientos euros” leo en una pancarta, y me acuerdo de que, antes de venirme a Austria, yo ganaba poco más (con mis carreras y mis idiomas, y eso que, en aquel momento, España vivía en un paraíso inmobiliario por el que corría la pasta sin que pareciera que iba a ponerse nunca el sol en el cielo verde dólar).
Veo en las fotos y los vídeos riadas de gente que ha descubierto que existe otra gente que está igual de cabreada que ella. Veo las caras sonrientes, leo los posts o los correos eufóricos, escucho a los políticos españoles (otra vez con el paso cambiado, otra vez) balbucear tímidas excusas, autoreivindicaciones o, directamente, subirse al carro haciendo cálculos de lo que pueden representar los movilizados en las urnas del domingo 22.
Debería estar contento, me digo. Y con sorpresa observo que no, que no lo estoy. Es más: me invade un hastío tremendo, porque me parece estar ante una película mil veces repetida que, por lo general, ha terminado mal.
Tu tío se está haciendo viejo, Ainara. Y se nota en estas cosas. Le cuesta entusiasmarse con según qué representaciones callejeras. Porque entonces, Ainara, también “nos merecíamos un gobierno que no nos mintiera” y “las cosas nos pasaban por tener un gobierno facha” y “no a la guerra” Y dime: ¿Qué quedó de todo aquello? ¿Qué quedará de esto? No lo sé.
Por otra parte, es sano que la calle se revuelva; que los políticos se enteren de que la gente que se sube al metro todos los días, que aprieta los dientes para currar por sueldos míseros durante jornadas que les consumen la vida, tienen unos horizontes más amplios que ver cada noche la serie que ponga Tele Cinco. Pero, en algún momento, este movimiento que, como todos, nace puro, encontrará un líder y ahí se joderá el invento. Porque se transformará de movimiento en otra cosa. En la misma cosa de siempre.
Besos de tu tío.
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4 comentarios:
Querida Ainara: desde Granada, desde Andalucía uno de los lugares con el índice de paro más alto de Europa.
En primer lugar disculpa por llamarte "querida" y por dirigirme a ti a pesar de que no te conozca pero, leo desde hace tiempo las letras que te dedica tu tío y te considero cercana.
Querida Ainara, decía: no hagas caso a nada de lo que te dice tu tío aquí. Bueno, hazle, pero sólo a algunas cosas ("tu tío se está haciendo viejo", por ejemplo.
Mira a esa gente: hasta hace poco mucha gente mayor los despreciaba. Decían que sólo servían para perder el tiempo, chatear, emborracharse y fumar porros. Decían que eran indolentes y resignados.
Y míralos, Ainara, están en la calle luchando por mostrar que están cabreados, luchando por un mañana mejor, luchando por su futuro...
No saben si lo conseguiran, no saben si servirá para algo, no saben si su movimiento acabará politizado... pero ¿sabes, Ainara? tampoco les importa. Luchan con un ideal por mejorar el futuro. El suyo... y el tuyo. Puede que no tengan trabajo, ni futuro, ni casa... pero tienen ideales y un motivo por el que luchar.
Si también les faltara eso, Ainara, entonces no serían nada. No dejes que eso te pase a ti. No dejes que nada ni nadie pueda contigo. Adelante, Ainara. Tú puedes. Y ellos... también.
Un beso, Ainara.
Hola:
Espero que Ainara te haga caso (la verdad es que con mi pesimismo tampoco creo que haga mucho). La única excusa que se me ocurre para ser pesimista es que los libra tendemos siempre a equilibrar y que el equilibrio nos lleva a compensar la euforia ajena.
Por otra parte, tengo una incapacidad (me temo que genética, aunque también combinada con la circunstancia de que tengo dos ojos en la cara) para creer en nadie ajeno que quiera mejorarme la vida. Y eso es un problema gordo y lo reconozco. Cada vez me creo menos las cosas y si como tú dices, no se sabe en qué van a parar ciertas aventuras, si hay que ir se va, pero ir pa ná es tontería.
Espero, deseo con toda mi alma, pero con toda toda, que estas movilizaciones tengan éxito; pero creo que se van a disolver, a más tardar, el martes por la tarde de la semana que viene; cuando se acabe el runrún de las elecciones. Espero, deseo con toda mi alma, equivocarme y que tengas tú razón.
Un abrazo, Landhalauts
Quien ha escrito el último comentario era yo, claro :-)
No se trata de esperar que esta movilizacion cambie algo. Ya lo ha hecho desde el momento en que hay gente que se manifiesta y la mayoria compartimos sus mensajes (eso espero). Efectos mas profundos son muy dificiles de conseguir. Al menos parece que no estamos completamente sedados.
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