Al final del resplandor(*)


Tengo miedo, Señor, pero no de la noche,/ tampoco de la sombra, menos de la tiniebla


18 de Febrero.- ATENCIÓN: ESTE POST CONTIENE SPOILERS DE LA PELÍCULA “EL ORFANATO”.
Como uno es un ciudadano responsable, y la economía nacional es lo primero, ayer hice de tripas corazón y me fui a ver El Orfanato. Una peli que, en condiciones normales, yo no hubiera ido a ver. A pesar de la presencia de Belén Rueda y de Geraldine Chaplin, dos actrices (particularmente la segunda) que me caen bien además como personas.
La sala estaba a medio llenar. Público adolescente de dialecto y rayos UVA abrasadores (esto, para quien haya transitado por estas calles, ya indica un medio socio-cultural cercano al de aquel Yoyas que se encerró en una casa para que le grabaran twentyfourseven). Tráileres de pelis de serie B en plan “El ataque de las langostas gigantes asesinas” y por ese palo.
Empieza la película. Primer pensamiento, una vez vencida la extrañeza de ver a la presentadora del VIP guay hablando en alemán:
-¿Esta chica ha tenido tanto pecho siempre? ¿Las dos morcillas esas que tiene por labios son suyas?
Belén Rueda se pasa toda la película vistiendo un modelo pantalón de estar por casa marca Carrefour a juego con camiseta de tirantes blanca modelo “ya que me he gastado en tunearme la personalidad tengo que amortizar la inversión” . O sea, como para un anuncio de Puleva. En momentos en los que hace fresco en la peli, estos básicos están combinados con una chaqueta larga de punto canalé MangoZara que ayuda a disimular que, incluso para los traseros de las presentadoras pizpiretas, el tiempo no pasa en balde.
Seguimos. Aspecto visual del flín raro. Porque se pretende que no parezca “ español “(o sea, no hay la acostumbrada iluminación de quirófano tan querida para Garci, por ejemplo) pero tampoco se consigue del todo que el tema aparente ser americano. Para mis lectores españoles, la cosa termina asemejándose un poco a aquellas pelis de Dario Argento que Tele 5 ponía en sus principios para amortizar el catálogo de flines europeos.
Belén va de persona torturada y nos enseña sus ojeras, que es lo que hacen todas las actrices que pretenden que nos olvidemos de que tienen un físico televisivo y, por lo tanto, pop. Belén es visitada por una señora que le entrega un expediente de su hijo (¿Cómo ha conseguido el expediente? ¿De dónde viene esa señora?). Belén y su hijo tienen una conversación sobre Wendy y los niños perdidos.


-¿Y tú qué edad tienes mamá? –pregunta el niño.
-Treinta y siete –contesta Belén.


“En canal” (piensa el público que ha visto, porque el director se las ha enseñado, las manos de Belén tocando un piano, y parecen las de un estibador del puerto de Pasajes).
La peli tarda en arrancar. Uno de los nudos de la trama, ATENCIÓN ESPOILER la desaparición del niño, pasa en una fiesta llena de gente. Esta gente ve a Belén rueda corriendo como una loca detrás de niños con síndrome de Down y no reacciona. Esta gente ve que Belén Rueda sale con un dedo machacado goteando sangre y piensan que es lo más normal del mundo. O sea, que siguen comiendo sandwiches de paté La Piara como si tal cosa. El niño desaparece, la Guardia Civil hace su aparición. Belén y su marido (uno de esos actores que podría salir de extra en las matrimoniadas de Moreno, insulsito) se apuntan a un grupo de terapia. Por casualidad, encuentran a la señora anciana del expediente. Casualmente, ATENCIÓN ESPOILER la mata una ambulancia antes de que pueda hablar (Lo cual le evita dar al guionista chapucero alguna que otra explicación). Aparecen pelícuas de superocho de manera muy oportuna. Viene una Medium (Geraldine Chaplin) que contacta con unos niños que hacen de las suyas...Aparece un niño fantasma en un pasillo. No dice nada.
¿Influencias? ¿Plagios? Todos. “Al final de la escalera” de Peter Medak (secuencias copiadas plano por plano), “El resplandor” de Stanley Kubrick.
¿Cabos sueltos? ¿Chapuzas? Todas también. ATENCIÓN ESPOILER La más grave: Belén Rueda encuentra una puerta empapelada a través de la cual su hijo ha pasado casi un año antes. ¿Cómo lo hizo? ¿El chaval tenía superpoderes? ¿Le ayudaron sus amiguitos fantasmas?
Aún así, venga, vamos a decir cosas buenas: Geraldine Chaplin, aunque lo que tiene que decir no tenga ni pies ni cabeza, salva la situación con las tablas que tiene y a base de ruidos tenebrosos (es una señora superluminosa, como su padre: capacidad de dar miedo por sí misma, cero patatero). Belén Rueda, aunque lo que tiene que decir (y lo que tiene que hacer), no tenga ni pies ni cabeza, salva la situación a base de sinceridad (yo pienso que es una actriz muy competente a la que su pasado televisivo y sus instencia en recauchutarse le ha perjudicado más que le ha ayudado); el aspecto técnico (aunque nadie pueda creerse que una casa como la que sale en la película esté en algún lugar de España, sobre todo teniendo en cuenta esos interiores victorianos que la aproximan peligrosamente al gótico californiano de Psicosis). Otro aspecto bueno: por fin el cine español ha conseguido producir películas de videoclub. Eso, da un nivel. En fin, un buen intento que estaba pidiendo a gritos un guionista competente.
Seguiremos buscando.

(*)Por cierto, el trailer americano es mucho mejor que el español

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En las películas españolas deberían realizar un cambio: en lugar de "Fin" deberían escribir "Por fin".
Ínfulas de bata y zapatillas, un barbecho intelectual que se confunde con talento, y unos actores y directores que...bueno...sólo desean la subvención. Así nunca surge el talento.

Mújol dijo...

Bien, pues nada, ya no la veo.