El vídeo es un poco ratonero, pero me recuerda a mi padre, que siempre llevaba a Hakim (o a Roberto Carlos) en el coche. Va por ti papa.

Por aquí (y por Alá)

3 de Febrero.- El Gobierno austriaco quiere poner coto al pernicioso influjo de algunos miembros del clero musulmán en la loca juventud. Según investigaciones del ministerio competente, un número más que preocupante de profesores de religión (islámica) enseña que la democracia (y, suponemos, todo lo que le cuelga) es incompatible con las enseñanzas del Corán. Para atajar esto, se pretende establecer un control para que no conviertan a la chavalería en una panda de fanáticos pero, la verdad es que, en determinados ambientes, van a tenerlo color de hormiga. Un estudio publicado hace días, indicaba que, tras años de asentamiento en Alemania y a pesar de su número, los turcos eran los inmigrantes peor integrados con tasas altísimas de desempleo, fracaso escolar y abandono de la educación (ya se sabe que la ignorancia es el fertilizante ideal para la planta del fanatismo). Para colmo, el año pasado, en una visita de estado, el primer ministro turco arengó a un nutrido grupo de sus paisanos instándoles a que no se integrasen jamás en la vida porque integrarse, según él, era perecer culturalmente.
Hay gente que, es abrir la boca, y subir el pan.
Eso sí: a los que pensamos que en este mundo la gente puede convivir pacíficamente, nos queda una esperanza: la pasta. Cuando estaba en paro, mi profesora (aquella tan maja con gafitas, recuérdese) nos explicaba que los idiomas del futuro eran dos: el chino y el turco. Cada vez hay más empresarios “occidentales” que ponen sus ojos golosos en los antiguos dominios de Solimán el Magnífico. Un mercado virgen, en rápido crecimiento, con varias decenas de millones de almas. O sea: una repetición de España en los años sesenta, vaya. Bullen y rebullen por las marquesinas los anuncios de viajes baratos a Turquía y quién sabe si no habrá por ahí algún Alfredo Landa turco que deje de ver a las nórdicas de carnes prietas como putorcios perdidos y empiece a cambiar el chip. Asimismo, parece ser que la tendencia migratoria está cambiando en los últimos años y que son cada día más los turcos que abandonan Europa para retornar a su patria y poner florecientes chiringuitos, videoclubes y droguerías.
Fuera de coñas: yo he tenido tratos hasta ahora con unos pocos turcos (los que se han dejado que, todo hay que decirlo, tampoco han sido muchos) y mis experiencias han sido tan desiguales que me es difícil sacar una conclusión. Aunque yo diría que, si bien los turcos sufren el racismo de “los de aquí” (de toda la vida) también es verdad que ellos son un pueblo fuertemente racista; xenofobia que se manifiesta en un fuerte sentido de pertenencia a la comunidad que supone un gravísimo impedimento para que puedan llevar una vida normal. Vuelvo a poner el ejemplo que puse en su día (ver post “relaciones austro-turcas”) el que fue mi compañero de trabajo, un chaval nacido y criado aquí, decía sentirse más turco que austriaco y percibía Austria como un lugar extraño en el que no le apetecía echar raices. Unas raíces que tenía sin duda pero de las que él renegaba con todo el empecinamiento de los ciegos que no quieren ver.
Por otra parte, llama muchísimo la atención la ausencia de figuras públicas (presentadores de televisión, cantantes, yo qué sé) de procedencia turca y cultura musulmana (aunque en España sólo ahora empiezan a asomar los presentadores sudamericanos y brillan por su ausencia aquellos de color –negro-). Parece como si los turcos vivieran ocupados en estar cabreados con el mundo y los austriacos se esforzaran por ignorar una realidad presente pero que les incomoda.
Seguiremos informando.

2 comentarios:

JOAKO dijo...

Yo creo que sociologicamente el corto plazo es muy difícil de estudiar, solo en el largo plazo se puede clarificar algo, el que en España aún no haya celbridades foraneas no es extraño, es lo más logico, en una sociedad en la cual la mayoría impone sus gustos, hay que cambiar primero la mayoria (o amortiguarla) y luego buscar alianzas con grupos afines, y eso lleva generaciones. España es un puro cruce de etnias, cuando se expulso a judios y musulmanes de España, se quedaron más de los que se fueron, el resultado es que todos somos algo "judios" y algo "mususulmanes", etnicamente y en costumbres, si nos labamos mucho es herencia musulmana, si nos gustan los dulces con miel, si nos gusta el flamenco, si nos gusta...
Al final el sincretismo siempre se impone, pero a la larga, al igual que en toda revolución hay una fase "jacobina" en toda integración también, pero dado que estamos inmersos en ella, no lo vemos.

Paco Bernal dijo...

Hola!
Sólo decir que en Alemania hay turcos desde los años sesenta, o sea, que no son tan nuevos. A mí me sigue causando una gran perplejidad que las minorías (que no lo son tanto) no tienen apenas presencia en los medios de comunicación. El mestizaje no tengo claro que sea tan fácil en este caso. Por ignorancia mutua de las dos partes. En España, por ejemplo, yo conozco a varios amigos míos que tienen parejas nacidas fuera de España. Aquí no, y eso es algo que no deja, también, de sorprenderme.
En fin, es un fenómeno que me causa gran curiosidad.
Un abrazo.