Baile de la Ópera 2010

Los debutantes (imagen tomada -y nunca mejor dicho- de la retransmisión de la ORF)

20:15.- La antigüedad es un grado: megaperraca veterana (Alfons Haider) inaugura la retransmisión del Baile de la Ópera 2010. Le flanquean Barbara Rett –la clase hecha persona- que va de azul Prusia y cristales de Swarovsky y Claudia Retter una belleza rubia algo caballuna que va de rojo pasión: el color de la noche. Se echa en falta a alguien. Sí: mis lectores lo han adivinado: Dominic Heinzl no está con los presentadores oficiales. Nadie le menciona. Tras las elegantes presentaciones de rigor, los tres moderadores dan paso a los tradicionales reportajes enlatados que muestran la transformación del teatro de la ópera en, según la expresión algo cursi que se utiliza en estos casos, “el salón de baile más bonito del mundo”.

21:12.- Como si se tratase de un sofisticado complot para chotearse del antiguo competidor, a Heinzl le han dado la parte más ingrata: la recepción de los invitados ilustres en la alfombra roja que hay delante de la entrada principal. Nieva. Heinzl, está muy nervioso y se le nota. Megaperraca triunfadora se ha transformado en un caniche que no tiene ni la clase, ni el aplomo ni las tablas de Haider. Lleva la bufanda del frac torcida y trata de ser gracioso y ocurrente. Sin guión, no es tan fácil.

21:20.- Birgit Sarata llega a la Ópera de Viena. Diva en lejano siglo. Hoy se entrega con denuedo a reflotar los balances de las maltrechas empresas fabricantes de laca. Puede presumir de que una parte del agujero de ozono antártico lo ha hecho ella solita.

21:22.- Alfons Haider, como un empleado de Burger King que hace su hamburguesa número diez mil entrevista a Desiree Treichl-Stürgkh, la organizadora del evento. A la tercera va la vencida: esta vez Desiree ha encontrado un vestido que le favorece. Va de gris perla, mostrando unos hombros muy bonitos –en general, esta mujer tiene cara de criatura heráldica, así que no es tan fácil verla guapa-; el peinado es sencillo aunque algo alto. Perfectos pendientazos verdes que le dan mucha vida a su cara.

21:26.- Mi Barbara Rett (Aaaaaah) entrevista a los chiquillos del coro ¡Qué clase tiene esta mujer!


21:35.- Presidente de la Baja Austria y charmante gattin (esposa). Pröll…Pröll…De qué me sonará a mí ese apellido ¡Óndiga! De pronto aparece su sobrino, el ministro de economía y vicepresidente Joseph Pröll y se aclara la cosa. La familia no se corta y se saluda afectuosamente ante las cámaras. Frau Pröll se ha inclinado por uno de los pocos vestidos estampados que se ven. Un estampado, eso sí, un poquito demasiado Versace. Heinzl, que pasa por allí, le comenta a la tercera dama del Estado Austriaco que está encantadora.

21:38.- Canciller Faymann  y esposa. La presentadora le pregunta al canciller por qué ha llegado tarde ¡Ay, el peso de la púrpura! Faymann comenta que acaba de llegar de Bruselas, de cantarle las cuarenta a los griegos morosos (esto no lo dice, pero se sobreentiende). El mensaje es ¡Austriacos, austriacas: vuestro canciller curra como el que más! La mujer del canciller acepta el cumplido de la presentadora y explica que el vestido que lleva puesto es uno de sus preferidos, y que a ella, con el hambre que hay en el mundo, no se le caen los anillos por repetir traje.

21:48.- Pasamos al interior: bonitos planos de la sala de la ópera engalanada de flores. Cacatúas en los palcos.

21:58.- Tradicional entrevista a Herr Fischer, Presidente de la República Austriaca, y su esposa. Herr Bundespresident rememora que, de joven, en 1955, estuvo en la reinauguración de la ópera con Fidelio. Su esposa, haciendo las veces de abuela de la nación, se muestra orgullosa de que los habitantes de este país sean tan generosos con la gente que no tiene la suerte de poder disfrutar de una ocasión tan lucida como el opernball.


22:03.- Con las bonitas fanfarrias, el Gobierno en pleno entra en el palco presidencial.

22:04.- Himno austriaco. Todo el público se pone de pie. Quien se sabe la letra, canta. El resto (un ochenta y nueve por ciento, aproximadamente) finge.

22:06.- Himno de la UE

22:07.- Al pizpireto ritmo de la tradicional polonesa de Chopin entra la larga fila de los debutantes. Ellas, de blanco virginal. Ellos, de chaqué frac. Más de ciento cincuenta parejas, si no lo he entendido mal, desfilan con militar precisión sobre el parqué encerado. Papás emocionados –incluido Holender, el director de la ópera saliente, cuyo hijo debuta esta noche-. Mamás llorosas cámara digital en mano. Qué momentos, Darling, qué momentos.


Mi Barbara Rett entrevista al director saliente de la ópera.
22:12.- Plano fugaz del palco de Lugner. El primero desde que ha empezado la retransmisión.

22:14.- Tras el desfile de los debutantes, un piano de cola sobre ruedas ocupa el centro del parquet (que tiene un kilómetro cuadrado, aprovecho para decirlo). Aparece el ballet de la ópera de Viena. Ellas, de blanco, ellos de terciopelo color guinda.

22:17.- Fin del ballet y principio de una serie de extractos de grandes óperas cantadas por miembros del equipo de la casa. Carmen, I vespri dei Puritani, La Boheme. En 2010 no hay Netrebko.

22:42.- Holender canta un ária de El Murciélago adaptada a su voz (!) y con una letra alusiva a su paso próximo al estado de pensionista.

22:48.- Empieza a sonar el Danubio Azul. Alles Waltzer!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Sabía que megaperraca triunfadora fracasaría!!!
Se ven muy bien lo toros desde la barrera y se puede criticar la faena a placer (yo no trago a Alfons Haider, pero tengo que admitir que tablas le sobran), pero otra cosa es saltar a la arena. El año pasado, cuando aún trabajaba para la televisión provada, Heinzl dijo que él sería capaz de presentar el Opernball con más gracia/estilo que Haider. Ha tenido su oportunidad...y los nervios le han podido.
Gracias, primo, por la crónica del baile que mi ineludible compromiso con Rubalcaba me impidió ver.
un abrazo

PabloSalzburg dijo...

Magnífica crónica, como siempre. Al menos este año no te has ido al carnaval de Colonia y hemos podido disfrutar una vez más de tu particular punto de vista sobre el "acontecimiento" social del año, con megaperracas y demás. Sólo una pequeña corrección (perdona que sea tan tiquismiquis): un caballero jamás vestiría chaqué por la tarde. Ese traje de ceremonia sólo se usa por la mañana. A la hora del Baile de la Ópera se lleva frac con pajarita blanca. Hago referencia a la pajarita porque en el protocolo español también es posible llevarla negra, pero es un privilegio reservado a los académicos.
Saludos y que la Cuaresma no se te haga muy cuesta arriba...

El Duque dijo...

El megaperraca trunfadora estaba nerviosísimo!!Parece que este hombre no se encuentra últimamente en sus mejores momentos. Lo del Bohlen tiene cosa también. Anda que dejarse servir como segundo plato...Y ya no hablemos de la que tiene montada el "morterito". Qué mundo éste del austro "Society"...Por cierto, felicitaciones por la magnífica crónica. Un abrazo

Paco Bernal dijo...

Hola a todos!

Gracias por vuestros comentarios.

A mi primo: !Qué pena que me abandonaras por Rubalcaba! Lo que nos hubiéramos reido, primo. Lo de Heinzl fue bastante fuerte, las cosas como son. Yo creo que le pudo el miedo escénico y los nervios. Y que, claro, no es lo mismo ir de guay con Paco Porras que con el Bundespresident...Y le tenías que haber oido hablar en inglés. Mare de Deu!:-)
Un abrazo


A Pablo: visto lo que pasó en 2009 con el archivo, no me he atrevido a irme a Colonia, la verdad jajaja. Tienes toda la razón con lo del chaqué. Como digo siempre !Qué sería de uno sin los lectores de uno! Ahora lo corrijo.
Uno es de natural austero, así que está acostumbrado a las privaciones cuaresmales jajaja. Nasío pa sufrí, ya sabes :-)

A El Duque: hola tronx: pues no debe de andar muy seguro porque él pensaba que la ORF iba a ser un paseo militar y la verdad es que se está dando un batacazo importante. En Celtiberia no hubiera durado dos telediarios. A mí Bohlen no me acaba de gustar, no sé. A Lugner, por cierto, le estoy viendo en ATV mientras escribo esto. Sprachloss estoy. Qué visión. En bata y zapatillas.
Abrazos