Transdanubia


25 de Abril.- Hoy es Lunes de Pascua, fiesta en toda Austria. La ciudad está silenciosa, prácticamente desierta.


Aprovechando el puente, alargado a veces con días de propina cogidos de las vacaciones, los vieneses han cogido sus bártulos y se han marchado donde han podido. Este, a Italia (Punta Sabioni y las playas del Adriático son un destino predilecto), aquel a Celtiberia, al objeto de poder disfrutar de nuestro imprevisible régimen de lluvias, que lo mismo te ofrece un invierno tropical que una Macarena pasada por agua. Los que han preferido reservarse para el verano han hecho una escapadita a las provincias, para disfrutar de las tradiciones pascuales bajo el amparo de la bandera rojiblanca.

Pero quien piense que Viena no ofrece atractivos para los que nos quedamos, se equivoca totalmente. 

Ayer, junto con unos amigos, crucé el Danubio para pasar a esos territorios que los romanos no llegaron a pisar y que se conocen como Transdanubia. En ellos se asientan los distritos más populares de la capital (por cierto, los más nuevos: son de creación nazi) y su población la constituye un bullicioso contingente multicolor en el que el turco de corte de pelo inverosímil se codea con el serbio tatuado o con las matronas árabes que, con sus tocas y sus carnes, tanto tienen que ver con nuestras abuelas andaluzas.
 


Nuestra intención era navegar por la zona que se conoce como Alte Donau (viejo Danubio). Un entretenimiento muy popular entre los económicamente débiles (como uno mismo). El sitio está lleno de embarcaderos en los que se pueden alquilar botes eléctricos o de tracción animal (remos). También a vela, barquitos capaces hasta para seis personas, para lo cual hay que presentar el carnet de conducir botes correspondiente –más frecuente aquí de lo que pudiera pensarse-; los barquichuelos más grandes cuestan a quince euros la hora (un precio muy arreglado si se paga a escote) y ayer, aprovechando el tiempo primaveral, el sitio estaba lleno de marineros domingueros, como mis lectores pueden ver en las fotos que ilustran este post.

Hoy, dicen que el tiempo se estropea, y que para el martes acabará este veranillo que nos ha alegrado las pascuas y que, a los más lanzados, hasta les ha dado para el primer chapuzón del 2011.

Pero lo bailado ya no nos lo quita nadie.

1 comentario:

Pablo Vergara dijo...

Uhm, has sacado el Danubio azul. ¿Es que estás enamorado, o es que alguien ha conseguido hacer algo para limpiarlo? Porque la última vez que lo vi (Praga, hace diez años) lucía un amplio espectro de marrones con espumita blanca que resultaba muy poco romático.

Por cierto, el régimen de lluvias en la península ibérica es muy predecible. En Semana Santa llueve siempre XD