Valencia Fotoremember
25 de Mayo.- Empiezo hoy una serie de fotos de estas vacaciones, en orden cronológico. Aquí, Valencia. La primera foto es el palacio del Marqués de Dos Aguas, sede de un museo en donde, casualmente, había una exposición sobre la cerámica de Gmunder, loza muy famosa en Austria. El color de la piedra de la fachada era muy bonito. Cálido como la piel humana.
Esta imagen pertenece a un mercado de cerámicas y otras cosas tradicionales que está frente a la catedral de Valencia (que más que catedral es un complejo de edificios religiosos, pero bueno). De este mismo mercado procede el mortero de mi casa y un azulejo con la Virgen de los Desamparados que cuelga en mi terraza.
Una vista de la ciudad del Turia, de espaldas al mar.
Un detalle del Mercado de Colón. Un lugar muy bonito, ejemplo de la arquitectura del siglo XIX, perfectamente limpio y restaurado. En los bajos, se pueden comprar diferentes delicatessen. Yo me traje un queso que levanta la tapa del sentío. Y hay una tienda que se llama El Huevo de Colón en la que se pueden comprar multitud de sabrosos manjares.
Un alegre verdulero del mercado que hay frente a la Lonja de la Seda. Daba gusto escuchar a la gente por la calle riéndose y charlando.
Unas señoras haciendo ganchillo en la Plaza Redonda. Pongo la fotografía de la que me pareció más guapa. Era curioso porque este club de mujeres se comportaban con la misma desenvoltura que Ana Obregón delante de los flashes, y no paraban de hacer ganchillo y de hablar mientras los turistas les hacíamos fotos.
Uno de los camareros de LA PEPICA, restaurante en el que me comí un delicioso arroz. Es un sitio lleno de sabor, y merece la pena irse a ver las fotos al fondo del local. Imágenes dedicadas de Manolete, de Joselito y de todos los famosos que han ido pasando por el local para disfrutar de una genuina paella valenciana.
La playa de la Malvarrosa.

En el interior, las nubes corren hacia la sierra de la Espadaña, para descargar el agua de una tormenta.
Detalle de un naranjo.
Una flor de granado, que será una hermosa granada cuando llegue el invierno.
La estación de Valencia, punto final de nuestro viaje.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ay, Paco, Paco, antes de venir a Valencia se pregunta, hombre. El arroz te lo tenías que haber comido en la Riuá, que es donde ponen, para mi gusto, los mejores arroces, y no te sacan el hígado como en la Pepica y la Marcelina. La próxima vez, tómate un Agua de Valencia en las Horas y una horchata en Santa Catalina (que es donde la tomaba Isabel II). Me alegra que te haya gustado esta ciudad, la verdad es que tiene un centro muy chulo, si no vas en coche, ñejejeje.

Paco Bernal dijo...

Hola Vega!
Ya sé yo que Valencia está llenita de sitios fantásticos (es una ciudad genial). El arroz que me comí estaba fenomenal y, la verda, conservo intacto el hígado, porque me invitaron jajajaja. El Agua de Valencia no la probé (vamos, fuera de la del grifo) pero me apunto el sitio, porque volveré a la ciudad del Turia. Y el centro me encantó. Ahora bien, lo del coche tienes razón. Yo fui en bici la mayor parte del tiempo y en el metro (del que un habitante de valencia no me dijo maravillas, precisamente, pero que funcionó muy bien mientras yo estuve allí).
Besetes,
P.