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El irresistible ascenso de Conchita Wurst

Archivo VD

24 de Octubre.- Uno de los personajes más redondos de Almodóvar es la Agrado, la transexual de Todo Sobre Mi Madre (Antonia San Juan, como todo el mundo sabe, es hoy en día una mujer inteligentísima que nació hombre inteligentísimo).
Uno de los mejores momentos de Todo Sobre mi Madre, y una frase que a mi amigo M. y a mí nos hace mucha gracia, es cuando la Agrado le cuenta al personaje de Cecilia Roth que “no puede con las drags”, que “le parecen todas unas mamarrachas” y se lanza a comentar las virtudes de la feminidad “un pelo, una uña, una buena bemba pa mamal-la…” para terminar con aquello de “¿Dónde se ha visto una muhé carva?”.

Una imagen diferente de Austria (Beach Party, Oida)

Saturday Night Fever ofrece algo de lo que la tele austriaca anda muy escasa: carne (Archivo VD)
16 de Octubre.- Hace unos meses, una amable lectora, se conoce que algo escocida por mis elogiosas opiniones sobre Austria y sobre Viena, me dejó un comentario en el blog pidiéndome que “dijese toda la verdad” y que “no me dejase impresionar por las bellezas del país”.

La breve e iracunda nota, lo confieso,  me dio mucho que pensar.

Alfons Haider somos tod@s


19 de Marzo.- Felicidades a todos mis lectores que coman huevos. 

Ayer por la tarde (noche, según la mentalidad austriaca) se retransmitió por la ORF una edición más de Dancing Stars (en Celtiberia, Mira quién Baila y, ahora, Más que Baile). Era, en realidad, un programa especial, porque el morbo estaba asegurado: Alfons Haider, con su pareja, el ucraniano Vadim Garbuzov, se jugaba el permanecer en el concurso. Como mis lectores recordarán, la participación de Herr Haider y el hecho de que bailara con un hombre, levantó un considerable revuelo en la República Transalpina.


Cartas desde el Goliat

Una foto de la maqueta del Goliat que se utilizó en el rodaje de la serie de 1981 ( en realidad se trataba de la reutilización una maqueta que encargó la Fox para rodar una película sobre el Titanic)

14 de Febrero.- Jueves. Exterior. Noche. Un grupo de amigos se despide en la esquina de la Plaza de Margaretten.


La despedida se alarga. Los hombres están muy a gusto juntos y se resisten a marcharse a casa (que es como decir que se resisten a volver a internarse en la rutina invernal, algo espesa, del resto de la semana). El que esto escribe, bastante tocado por un catarro realmente plasta, inicia la ronda de abrazos que siempre sellan el final del encuentro. Los colegas cruzan el paso de cebra en dirección a nuevas aventuras: este, a su tibio lecho matrimonial; aquel, a una cita romántica que terminará a unas horas que, a los más mayores, nos parecen completamente heróicas e incompatibles con la vida laboral; aquel otro, dispuesto a dormir lo más deprisa posible para que el madrugón del día siguiente le pille todo lo fresco que se pueda.


Va de bailes



7 de Febrero.- Austria entera está embargada en un frenesí bailongo que la recorre de norte a sur y de este a oeste. Pasado el empacho de punsch navideño, cualquier asociación que cuente con más de diez miembros, se siente autorizada a montar un baile. La cosa acabará, por supuesto, cuando se celebre la prueba reina de los cien metros vals que es, como todo el mundo sabe, el Baile de la Ópera en donde se reúne la crema y la nata del famoserío de esta república. Tintinean las joyas, corre el champán, las señoras se esfuerzan en quitarle la respiración a los caballeros y los caballeros en que el chaqué tape los excesos cometidos durante el año precedente. 


Ni el olvido ni el delirio (Primera parte)

Bustamante y Bisbal cuando compartían escenario y subidas de adrenalina en Operación Triunfo



"Jamás quiso llegar el desengaño
Ni el olvido, ni el delirio
Seguiremos siempre igual"

Encadenados, de Carlos Arturo Briz

27 de Agosto.- El otro día, apareció entre mis discos un pequeño tesoro que tiene su historia. Mi amigo B. , al que conocí en Madrid, decidió un día dejar su trabajo de ingeniero para una compañía que fabrica equipos de montaje de vídeo y asociarse con su hermana. Los dos montaron un bar en el norte de España que, según mis noticias, funciona fenomenal. B., que es un hombre muy racional, sabiendo que soy bailón y que tengo buena memoria para los títulos, me pidió una lista de canciones pop de todos los tiempos para cuando el bar se transformase en discoteca. Durante dos días, y de manera muy grata para mí, dejé un poco de lado el trabajo que tenía entonces (y que odiaba con todas mis fuerzas) para estrujarme las meninges buscando mis músicas favoritas.